XXIX.II

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— ¿Te ayudo con eso?

— ¿Huh? Ah... Estoy bien, no te preocupes.

— Pero...

— En el estado en el que te encuentras no puedes cargar cosas pesadas.

Bajó la cabeza con pena. Suspiró profundamente. Por otro lado, se acercó con lentitud para besar su frente.

— No quiero que nada malo te pase. Recuerda que tienes que cuidar de dos personas.

— Lo sé — respondió. Al levantar la cabeza, la mirada profunda de su esposo la hizo sonreír —. Tus ojos siempre me han gustado.

— ¡Tsk!

Ladeó la cabeza para que no mirara su sonrojo, pero no sirvió de nada, los ojos de ella ya habían visto esa imagen hace muchos años, la conocía a la perfección. Su corazón fue el que se llenó de nuevo al verlo así.

— Terminaré de acomodar — dijo él, caminando a la entrada donde había dejado una caja.

Ella, por otro lado, se fue a la cocina.

Terminó de meter las cajas y acomodarlas en el armario. Había llegado de trabajar y se encontraba algo cansado, sólo quería pasar un momento agradable con su esposa.

Al llegar al sofá, Céline brillaba de ausencia. Tomó asiento para después encender la televisión en busca de una película.

— Toma — dijo ella, haciéndole entrega de una taza. Él, confundido, la tomó.

— Pero...

— Has trabajado arduamente esta semana — se sentó a su lado —. Mereces un descanso y, qué mejor bebiendo del té que más te gusta.

Antes de beber, besó su mejilla, robándole una sonrisa tierna.

Al dar el primer sorbo, Céline se fijó en la manera en que había sujetado la taza. Igual que la primera vez que lo vio bebiendo té. El té que ella preparó para él.

— Sabe delicioso — dijo él con una voz suave. Ella suspiró y recostó su cabeza en su hombro —. También deberías descansar.

— Tranquilo, estoy bien.

— Cargar a un bebé ya cinco meses no es estar bien — dijo, ella rió bajo —. Necesitas apoyo. Le diré a Ava y Mikasa que hasta que el bebé nazca, iré a trabajar porque te quiero apoyar aquí.

— Levi, no te preocupes. Mi mamá y Jonathan me ayudan también, incluso mi tío.

— No no. Yo soy tu esposo, así que yo debo de apoyarte.

— Eres todo un amor.

Besó su mejilla.

Another Life; Levi AckermanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora