Capitulo 8

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La tarde era tranquila, increíblemente tranquila, más de lo que podría serlo cuando nos referimos que nos encontramos en estos momentos en el departamento del omega, faltaba poco para el anochecer y pronto llegaría su compañero a recogerlo para que juntos fueran al festival al que lo había invitado hace dos días atrás.

Hace poco había terminado de bañarse y vestirse y en estos momentos se encontraba cepillándose el cabello, permaneció unos segundos viendo su reflejo en el espejo antes de simplemente golpearse repetidamente las mejillas para tratar de alejar los nervios que lo invadían.

No había vuelto a hablar con el rubio luego de lo que había pasado en su departamento, tan solo esperaba que el Alfa se hiciera presente y cumpliera la promesa que hicieron de ir a aquel festival, de ir a aquella... Cita...

El rojo cubrió el rostro avergonzado de nuestro omega y simplemente negó con la cabeza para tratar de alejar esos pensamientos de su cabeza.

-Bien Dazai tranquilo... -inhalo y exhalo aire unas cuantas veces para calmarse.

-...Concéntrate, velocidad, soy veloz, un ganador, 42 perdedores, yo desayuno perdedores... ¿desayuno?, tal vez debí desayunar... Nonono, concéntrate... Soy más que rápido, más que veloz, soy un rayo...

-Oye Dazai...

-¡¡AAHH!! -grito asustado, mientras Yosano lo veía con mala cara.

-¿Y a ti que te pasa? -lo cuestionó la doctora.

-Na... Nada, no es nada Yosano-Sensei estoy bien... -respondió mientras trataba de recuperar la compostura tras haber dado aquel grito, para nada masculino.

-Como sea cariño, vengo simplemente a decirte que Kunikida ya llegó, esta esperándote afuera - le comunico la doctora mientras señalaba el pasillo de la entrada, Dazai se sonrojo nuevamente y entró en pánico, trató de regular los temblores de su cuerpo y como pudo se levantó de donde estaba para dirigirse a la salida a encontrarse con... el Alfa Kunikida Doppo.

Yosano lo observó con atención sonriendo divertida al ver los nervios mal disimulados del castaño, soltando una pequeña risita lo sostuvo de los hombros antes de que atravesará la puerta de la habitación y lo vio a los ojos mientras sonreía.

-calma cariño, no es como si Kunikida moridera... El es un buen perrito-animo al castaño mientras le daba palmaditas en los hombros, Dazai trato de sonreír pero honestamente los nervios lo estaban matando, Yosano sonrió con ternura esta vez y abrazo al omega con cariño mientras acariciaba su espalda.

-Todo va a estar bien querido, solo ve y diviértete, ¿si? -lo animo mientras se separaba y daba un ligero beso en la frente del castaño, quien sonrió en una mezcla de diversión y ternura ante el gesto de la doctora y ver lo adorable que se veía al tener que ponerse de puntillas para alcanzar su frente.

Decidido finamente tomó camino a la salida de su apartamento.

-una cosa más querido... - la voz de la doctora lo detuvo y regresó su mirada a ella.

-volar cual cohete... - pronunció ella mientras le guiñaba él ojo al castaño quien sonrió al reconocer aquella frase.

-Atacar como bólido - concluyo Dazai mientras igualmente guiñaba el ojo a su compañera, tomó camino a la puerta y finalmente estuvo frente a ella.

Los temblores de su cuerpo aún no habían disminuido, pero debía ser valiente, después de todo fue el quien había invitado al alfa, inhalando una vez más tomó el picaporte de la puerta y la abrió...

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Rampo permanecía recostado de cabeza en el pequeño sofá de la sala de nuestro querido señor idealista, el cual podríamos decir que estaba igual o aún más nervioso que el castaño.

Amar a una flor rebeldeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora