Al abrir la puerta ve su silueta y una sonrisa se ilumina en su cara, no hay un 'buenas tardes' o la bienvenida, de hecho no hay palabras. Cuando la ve avanzar a ella no duda en que al tan solo verla quiere besarla y es lo que procede a hacer. La morena capturó sus labios a la vez que sus ojos se cerraban para disfrutar la bella sensación y comenzó a besarla con desesperación, con hambre de más. Entra de una vez a aquella habitación de hotel cerrando la puerta con su propio cuerpo al ser aprisionado contra ésta. Se encuentra tan entregada, sumisa a su poder, mentiría si no temblaba con tan solo sentir sus dedos sumergirse bajo su sudadera y como su piel se erizaba cuando sus dedos rozan su vientre, quizás es la adrenalina cada vez que se encuentran en esa situación porque su corazón bombea, pero... ¿lo es si ha pasado un mes? Camila la acerca aún más si eso es posible, profundizando aún más el beso logrando que sus lenguas hagan contacto.
La rubia la besó con más hambre y de un momento a otro los roles se invirtieron, ahora es ella la que de un momento a otro está sentada sobre un mueble tirando todos los objetos que hay allí, de a poco la morena va ganando la batalla y es quién comienza a dominar, mordisquea sus labios y empieza a sentir grandes punzadas de deseo en su entrepierna, pero Camila se separa tirando de su labio inferior y soltándolo.
—Hola —dice y luego ríe al ver su rostro queriéndola matar. —¿Qué?
—¿Cómo que qué? ¿Cortaste todo para decirme 'hola'? —responde incrédula.
—Primero están los modales, ____.
—Lindos modales tienes tú entonces —responde con su humor característico que la ojimiel capta.
—Es una tradición mexicana, ya sabes, rasgos latinos.
—Entonces si voy a México me harán esa tradición al llegar.
—¡No! —dice rápidamente y la rubia arquea una ceja. —Es tradición familiar.
—Creo que no me apetece ir de todos modos —contesta con un tono raro imaginándose otra cosa y Camila se ríe.
—¿Qué te ha parecido la habitación? —cambia de tema.
—Pues está muy bonita no voy a mentir, pero algo costosa por su localización y todas estas cosas lujosas —mira a su alrededor.
—Nuestra cita tiene que ser de primer nivel.
—¿Cita? —se ríe. —Entonces por eso las flores.
—Sí, pero la próxima te daré otra cosa... —sus manos acarician sus piernas ya que aún sigue sentada sobre el mueble.
—Vas muy rápido, Cabello.
Camila sonríe y se separa para ayudarla a bajar del mueble. Esa tarde no hicieron nada más que tener una cita casual, como dos personas que se conocían por primera vez e intentaban ver si podría suceder algo más. La morena se portó de forma respetuosa en pocas ocasiones, no podía resistirse a no besarla, era cierto que iba muy rápido y probablemente a ____ no le importaba mucho ya que era algo recíproco de todas formas. Camila tenía todo planeado; un almuerzo en la habitación, conversaciones improvisadas, risas, y una noche de películas.
