Lost Cave - MonoShin

Capítulo 4

• 🕯 Monoma Neito POV •

El rubio sonrió, satisfecho con la respuesta del ojeroso, volviendo a su sitio de forma tranquila.
Cerca, Jirou recrimina a Kaminari. Era el peor momento, debido a la seriedad del asunto, para exponer las teorías que cada uno tenía al respecto pero eso no les impedía formular, sólo vociferar. Era evidente que todos ya tenían una idea formada para el caso.
Shinsō deseaba escuchar lo que cada uno tenía guardado en su mente puesto que estaba seguro que allí se escondía alguna verdad, una realidad que daba más firmeza a esa idea que al resto.

— En realidad algunos dicen que hay un animal salvaje en el bosque —se animó a decir Tokoyami a pesar de las advertencias de Jirou. — Eso es lo que se murmura en la estación de policía —cruzó miradas con Neito. — Es posible que se esté llevando a los jóvenes.

— Después de todo... —sumó Kaminari. — Lo último que se supo de Kirishima es que entró al bosque para acortar el camino, usando un atajo para acortar camino hacia la fogata...

Seguramente todo el asunto era más difícil de asimilar para él, que tan bien se llevaba con el pelirrojo al punto de apreciarlo como un mejor amigo.
Con el sol comenzando a ocultarse, la decisión de retirada fue general, prefiriendo regresar a casa antes que algún peligro oculto en las calles desoladas pudiera acechar con más fuerza. Las sonrisas amables fueron mutuas así como las despedidas y promesas de reanudar la charla y amena reunión.

La humedad y el fresco en el ambiente se le hicieron perfectos para una pequeñas recolección y entonces, con pasos tranquilos mientras tarareaba una melodía que su mente armaba al azar, caminó hasta la entrada del bosque.
Sólo buscaba algunas hierbas que suelen crecer en los límites al asfalto, quizá camomila y caléndula, siendo siempre gentil y suficientemente cuidadoso como para no dañar la planta al arrancar lo necesario.
Muchos cree que, cuando se trata de tomar algo prestado a la naturaleza, se debe pedir permiso o la función que vayan a cumplir puede verse comprometida.

Quizá se había metido un poco más de lo necesario pues, al intentar salir de aquel inmenso cúmulo de árboles con frondosas hojas que no dejaban paso a la luminosidad, se vio atrapado por unas fauces feroces.
Su pie, inmovilizado, había quedado atrapado en una vieja y oxidada trampa para osos. Agradeció que fuera tan vieja como para no ocasionar dolor más allá de un quejido.
Con ese trasto viejo presionando sobre su tobillo y la nula capacidad se safarse, no tuvo más opción que esperar, viendo el sol ocultarse poco a poco. Esperaba a la patrulla del Sheriff pasar a dar su ronda de vigilancia pero tuvo mayor suerte al ver una figura acercarse con un compás relajado, avanzando entre la opaca luz que el alumbrado público ofrecía.

Ése cabello desordenado y peculiarmente morado era tan reconocible que le daba vergüenza alegrarse por verle. Con las manos en los bolsillos, se notaba absorto en su mundo y aprovechó su casual pasar para tomarlo del tobillo en cuanto estuvo lo suficientemente cerca.

— ¿Podrías... Darme una mano?

***

• 🕷 Shinsō Hitoshi POV •

¿Animal salvaje? Y un carajo...

Llevaba sus pasos aprovechando el  clima ventoso, farfullando por lo bajo mientras le daba vueltas a los rumores una y otra vez. Si había algo que Shinsō utilizaba del entrenamiento militar que su padre le obligaba a practicar como útil método de supervivencia, eran los escasos momentos en que compartían los datos curiosos de los perfiladores.
Su padre era amigo de federales y por consiguiente tenía trato con algunos de sus colegas, personas capaces de desentrañar una escena del crimen viendo ésta como una maraña de lana, buscando armar el ovillo, desenredar el hilo y hallar así la única pista del fin, el indicio que daría con el culpable.
La capacidad de usar la imagen de cerca para hallar rasgos de comportamiento inconscientes que todos manejamos era fascinante a sus ojos que, perspicaz, notaba algunas señales vagas.