¡ Ángel grosero ! ;; Spruan [CANCELADA]

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Entre los horizontes humanos, salía el sol brillando en muchos rincones, mostrando los colores que el mundo se permitía tener, era algo que Juan adoraba ver todos los días, hacia que su vida se sintiera menos miserable, era molestado por muchos ángeles después de todos, le reprendian, le chillaban, jalaban sus delicadas alas, demasiada humillación y como todos pensaban que era un rebelde, permitían eso, hasta su propio padre, había llorado toda la santa noche de pura rabia, haber sido reprendido frente a todos le saco de quicio, obligado a mantener la boca cerrada y solo se fue de nuevo, se escapó.

— que vida mas culera. Sus pies tocaron el suelo con cuidado, sus alas revolotearon antes de acomodarse a sus muslos.

Juan era un ángel que se consideraba defectuoso, no solo en personalidad, también en las actividades que hacía diariamente, y sus alas eran una constante burla puesto no estaban en su espalda, no tenía buen tamaño y sobre todo estaban en su cadera, aunque no volaba como tal y volaba con su magia, tanto sufrir le daba mal humor.

— ¡Juanito!. Escuchó la voz de Axoxer, se giro sobre sus talones, ¿tan rápido le había agarrado cariño?, sí.

— ¡Achocher!. El demonio solo lo abrazo con fuerza quitando el aire de los pulmones del ángel.

— ¡Ay tu puta madre!, ¡Casi no respiro!. Se quejo.

— Luego te quejas, vamos a casa, te tengo mucho que mostrarte. Dijo con suma felicidad, después de todo, era un amigo que mostró interés en lo que hacía.

Ir al inframundo para los ángeles era una pesadilla, puesto el ambiente aveces solía ser pesado, la piel del ángel brillaba en aquel lugar de roja luz, Axoxer contaba sobre sus inventos.

— Así uno puede tener un holograma para salir, aveces lo uso para escapar e ir a comer comida humana con Reborn. Confesó ganándose la risa del castaño.

— me gustaría un invento así o algo que me mate. Miro a su amigo que freno su andar, frente suyo había alguien algo para gusto de Juan.

— Axoxer te dije que debías estar practicando tu magia, Auron te necesita.

— Pero traje a alguien, practico después, ¿ahora qué quiere el viejo ese?.

La voz del demonio superior sonaba rasposa aunque suave, a los oídos de Juan era curioso, los ángeles por regla debían tener una voz melodiosa, otro defecto suyo que gritaba al hablar.

— ¿Así que este es el ángel del que me hablaste?. Preguntó inclinándose un poco, mirándose fijamente a los ojos del mas bajo. — Ve a ayudar a Auron, yo me quedo con tu amigo. Sonrió al bicolor que extrañado se fue corriendo en busca del español.

El silencio se formo en la gran habitación, incomodando al de gafas que miró otro lado que no sea gran demonio, no le apetecía ser humillado o algo por el estilo por otra especia, ya tenia suficiente.

— sos el ángel mas bajo que he visto nunca, aparte de feo, ya no hacen a los ángeles como antes. Dijo un acento peculiar, solo retrocedió unos pasos. — Quién soy yo para juzgar, Soy Betra, un placer, Demonio de Élite.

— ¿me llamas feo y luego te haces el pendejo que no dijo nada?, ¿eres o te haces?. Se mostró ofendido, eso causó la sorpresa ajena, tenía una mala idea de que eran los ángeles, educados no era. — Soy Juan, que te valga verga mi belleza, porque soy lo mas hermoso que existe.

— Tampoco mintamos. Repentinamente el demonio de élite freno su hablar.

— Esa no es manera de tratar a un invitado, pelotudo. Rápidamente hizo una reverencia al notar la presencia del rey demonio.

— perdonalo, se cayó de nene, retírate Betra. La mirada de ambos se conecto, era alto pero no tanto como esperaba, Spreen estaba algo curioso mirando al otro, incluso quería tocar las blancas alas.

— Tu gente es muy grosera, uno me dijo cara pito.

— Quizás lo dijo porque es lo que mas comes. ¿Le tomaba el pelo?, nuevamente no lo tomaban en serio, aunque fuera atractivo, ser un idiota le sacaba puntos, aún así lo tuvo que esperar, Eran demonios. — ¿cuál es tu nombre?. Sintió el silencio incómodo entre los dos, realmente sentía curiosidad, aquel ángel era una belleza, se veía frágil, suave, delicado, le gustaba.

— Que te. Murmuró.

— ¿Que te?. Repitio Spreen.

— Que te valga verga, puñetas. Salió corriendo en busca de Axoxer, agradecía que este ya viniera porque no soportaba al rey demonio, agarro de la mano a su amigo, el bicolor lo consoló para llevarlo a su taller.

Por su lado el de cabello negro miró como se iba entre los pasillos, ¿sentía interés por primera vez?, claro que no, no, no y no, no podía mentirse, ese ángel le llamó la atención demasiado, esos rosados mofletes, su piel sin color alguno, sus ojos a través de esos lentes, era tan precioso.

— Traigan a Carola, tengo trabajo que darle. Ordenó a un guardia de salió a buscar al nombrado.