¡ Ángel grosero ! ;; Spruan [CANCELADA]

🌼 ;; 5

— ¿¡Dónde esta mi hijo!?. Dijo el padre de Juan ante aquellos inútiles, los odiaba, dejaron escapar a su única oportunidad de unión entre los reinos.

— El rey del inframundo se lo llevó a su reino, aunque tratamos de traerlo aquel hombre dio pelea. Explicaron.

El señor mayor miró hacia la ventanal que tenía en su oficina, estaba enojado, molesto, furioso de que su hijo se haya escapado y encima le gritó, suspiro masajeando su frente.

— encuentren la manera y lo traen ante mí, no me importa si lo traen herido, lo quiero vivo y en mi poder. Dio la orden y aquellos afirmaron desapareciendo.

— Génesis. Llamo a su comandante.

— ¿Sí señor?.

— te tengo un trabajo especial.

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Spreen observo al ángel dormir cómodamente en su cama, le había robado por completo aquel habitación suya, se volvía quisquilloso y malhumorado si lo despertaba, el demonio estaba agotado, día y noche trabajando lo dejo exhausto, movió con cuidado al castaño para recostarse, le dio la espalda y durmió boca abajo para su comodidad hasta que un peso en su espalda lo hizo abrir los ojos.

— ¿Uhm?. Juan lo estaba usando de almohada y durmiendo en su espalda, suspiro agotado como para, si se le antojaba, aventarlo de la cama.

Pero se quedó quieto al escuchar quejidos, ¿tenía una pesadilla?, trato de levantarse, cosa que logro a duras penas, aquel muchacho de gafas andaba inquieto, le daba igual aquel mito de despertar a alguien de golpe.

— Juan. . . Juan, ¡Juan la puta que te parió!. Grito sacudiendo al nombrado ya algo molesto, al verlo abrir los ojos se calmo un poco pero aquellos bonitos ojos que tenía se llenaron de lágrimas, gota tras gota caía sobre sus pómulos a su barbilla, estaba llorando.

Por su parte, miró al demonio a lado suyo que estaba ¿preocupado?, no sabía cómo verlo, solo se alejó hasta la otra punta de la cama y se cubrió la cara para calmar su llanto, sentía aún la mirada atenta del mas alto, que patético se sentía.

— ¿Estas bien?. Dejando de esconder su rostro lo miró de mala gana, el silencio fue incómodo.

— Sí, lo estoy. Dejo caer su espalda al respaldo de la cama, el contrario se acercó y se sento a su lado para seguir en su silencio.

— La pregunta era boluda, no me juzgues, no se consolar gente. Confesó

— Me di cuenta. Jugó con sus mano de manera inquieta, su pesadilla se sintió muy vivida, no le gustó eso, significaba que iba a pasar en su momento.

— Juan, ¿hay algo que queres contarme?. Esperaba que le contará su pesadilla, sus males, dejarle en claro que en esos momentos lo iba a cuidar, Spreen deseaba ser el protector de aquel ángel.

Verán, los demonios no son esos seres que la malas lenguas han contado, son criaturas que protegen y cuidan a los celestiales, aunque uno que otro demonio ha sido cruel y malo, otros simplemente se mantienen a raya, ayudando como puedan, debido a su mala fama se esconden de la humanidad, aunque en su gen estaba proteger y servir, este era un caso único porque bueno, El Rey demonio era quien quería brindar esa protección y cuidado, cada demonio tiene un ángel a su custodia, en algún momento podía nacer el amor como la discordia por su manera diferente de actuar, pero la sincronía de ambos siempre los mantenía juntos. Juan se había vuelto su interés, entre sus riquezas y poder, ese ángel le hizo sentir algo nuevo, ¿sano?, lo dudaba pero los sentimientos estaban a flor de piel, Esa conexión estaba en ambos, lastimosamente eran torpes pata darse cuenta, aunque disfrutaban su presencia.