Juan observo con suma felicidad la habitación que traía el de acento argento, espaciosa, llena de artilugios humanos, cosas coloridas y sobre todo una cama espaciosa y grande, bueno, siendo él alguien de baja estatura, todo era gigantesco, aún con el ala lastimada se tiro entre las cobijas cálidas y suaves, se metió bajo de estas escondiéndose, Spreen solo vio un bulto removerse hasta salir en donde estaban las almohadas, acomodo sus gafas y sonrió, ¿por qué su corazón dio una punzada?, le daba ternura ese ángel, cuando no maldecía o gritaba cosas sin sentido, era sin dudas un hermoso ser que podía admirar por horas.
— Que te deje estar en mi habitación no significa que puedes hacer un quilombo. Dijo con seriedad, noto que el otro rápidamente salía de la cama, sintió algo de culpa.
— Perdón, perdón. Trato de ordenar de nuevo, estaba nervioso, solo ante la atenta mirada ajena del demonio.
— ¿No te molesta ir con esa toga a todas partes?, se te ve el pecho. Recordaba que los demonios al no tener cosas como alas no debían preocuparse tanto por la movilidad en sus brazos o demás extremidades.
— ¿Tienes alas?, no verdad. Termino de arreglar la cama y sentarse en el suelo cruzando sus piernas, estiro con cuidado su ala lastimada. — estoy obligado a usar esta ropa y ni me importa si soy sincero, mi cuerpo es hermoso.
— Se te ve el pezon.
El de gafas lo miro de golpe, iba a decirle algo, reclamar por andar mirando aquello pero suspiro sin mas.
— ¿por qué no curas tus alas?, los ángeles poseen magia. Dijo Spreen poniéndose de cuclillas frente al otro, primera vez que lo tenía para si solo y si era sincero, era muy curioso.
— Mi padre bloqueo mis poderes. Susurró a la nada, no sabía ni el porqué contaba eso pero no quería ponerse sentimental, seguía siendo un balde de agua fría aquella noticia sobre su estúpido esposo, Ruben era un buen muchacho pero sabía que esa promesa que hicieron de niños les jodio.
" nos casaremos cuando seamos mayores, yo te haré muy feliz " recordó la voz del Híbrido infante.
— Deja te sano yo. Con cuidado acercó su mano, sin dudas era suave, la fragancia que desprendía el de cabello castaño era embriagador, respiro profundo aquello. — Ya está capo, como nuevo.
— Gracias, creí que ibas a pedir algo raro como que se yo, ¿una mamada?. Ambos soltaron una carcajada, primera vez el ambiente no era tan pesado.
— Quizás en el futuro. . . ¿Te ibas a casar?. Si tenia que admitir, estaba celoso.
— Sí. Condenado Juan, ¿no ves el aura de muerte que carga el contrario?. — Pero ni enterado yo y se supone que me casaba. Río sin gracia escondiéndose entre sus alas, aprovechando que estas estaban mejor.
Sintió una mano acariciar su desordenado cabello, levantó la mirada y vio al de acento argentino concentrado.
— Puedes quedarte el tiempo que quieras pero vas a ayudar acá.
— Jalo, con tal de no estar rodeado de esa gente, acepto.
— Me arrepiento tanto de haber dicho que sí. Se quejo escuchando la risa de los demonios amigos del rey, se acercaron a este.
— Así que tu eres Juan, Axoxer tenía razón, estas algo enano, hombre. Dijo un rubio de ojos brillantes.
— No soy enano, mido como un ser humano normal. Se defendió con una sonrisa.
— Soy Carola, él es Barca y él-
— ¿Realmente se llaman así?. Preguntó con calma.
— Nuestros nombres dejaron de ser importante una vez llegamos al inframundo, nos manejamos a base de Apodos o algunos mantienen su nombre. Explico Auron. — Yo por ejemplo me llamo como tu puta madre.
Carcajadas sonaron, se sentía a gusto con gente que podía entender su forma de hablar y no reclamarle por aquello, a la lejanía estaba Spreen, cuidándolo, Juan noto su presencia y sonrió, nuevamente para prestar atención a un tal Karchez que contaba tonterías que le causaba risa.
— Veo que el ángel llamo tu atención. Escuchó la voz de Sara, se giro un poco.
— No digas estupideces, solo lo cuido porque esta en el inframundo.
— Y claro, mi cabello es negro. Dijo con sarcasmo la rubia. — Es muy tierno tu ángel.
— No es mi ángel.
— Lo será en ese caso.
Hace varios días atrás, Spreen recibió la información que pidió a Carola, todo sobre el ángel, gustos, Disgustos, aquel vikingo tardo día y noche anotando cada cosa que notaba, fue fácil entrar al reino de los cielos, después de todo nadie le decía nada por su apariencia, parecía un ángel que escondía sus alas, de allí nadie sospecho.
— Eso es todo. Entrego la carpeta con una sonrisa. — escribí cosas como su peso, altura, lo normal de lo que te voy a hablar no te va a gustar. Se sento en uno de los cojines, Spreen hizo un ademán con la mano para que continuará, estaba ocupado leyendo.
— Sabes como es el muchacho, grosero, revoltoso, eso para los demás ángeles es un problema, para nosotros no pero ellos deben ser una buena imagen, le gritan. Allí el rey demonio levantó su mirada. — Cada dia hay un castigo nuevo por lo grosero que es ante sus maestros, limpiar, ordenar, trabajar para las demás jerarquías, técnicamente lo humillan.
Sabía que el ángel era revoltoso pero ¿humillarlo?, no le gustó.
— ¿y qué mas?.
— Su padre planea casarlo, es lo que escuche, no soy de meterme pero, dudo que sea verdad. Quería pensar que no, después de todo, un pequeño enojo ajeno y mataba a alguien.
— ¿algo más?.
— Le gusta alguien. Eso fue suficiente para escucharse un rayo. — ¡Era broma, hombre!.
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¡ Ángel grosero ! ;; Spruan [CANCELADA]
Fanfiction" Juan era un ángel peculiar junto a sus compañeros, gracias a ese carácter suyo terminó enamorando al mismísimo rey demonio " - Me van a funar de a Gratis. - Au de Tortillaland. - Capítulos cortos. - Contenido homosexual.