MÍRAME

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-...¿Quieres ser mi mascota?

¿Ustedes escuchan eso? Porque yo no, las palabras se habían quedado atascadas en alguna parte de mi subconsciente, aunque en realidad no sé que responder ¿A qué se refería con mascota? Y ¿Porqué mi pene vibró?

Volvió a su lugar poco a poco sin dejar ir su sonrisa ni sus ojos clavados en los míos - Es broma Kookie - Agrandó más su sonrisa dejando que sus ojitos se escondieran en un par de pequeñas medias-lunas.

"Tierno"

Ese fue mi primer pensamiento pero tan pronto como llegó se fue al ver a un chico parado detrás de él.

-Jimin - Lo llamó.

"Jimin" "Jimin" "Jimin" Que precioso nombre.

-Dime - Contestó aún con sus ojos clavados en los míos.

-Es hora.

Suspiró profundamente y volvió a estirarse en mi dirección - Nos vemos después Kookie - Dejó un pequeño beso en mi mejilla provocando que mi corazón latiera como loco.

Y aunque quería preguntar a dónde iba sencillamente las palabras no querían salir de mi garganta, no cuándo sus ojos aún miraban los míos.

Dio media vuelta e inevitablemente mis ojos que antes miraban los suyos siguieron el patrón de las correas de cuero en forma de X en su espalda, quitándome el aliento cuando estuvo en mi campo de visión su redondo, provocativo y celestial culo, demonios, mi mano picó pidiendo tocarlo y mi pene palpitó rogando por penetrarlo.

-¿A dónde van? - Pregunté aún inconsciente de mis propias palabras.

-Recordaste cómo hablar - Respondió con tono de burla mi mejor amigo.

Volteé a mirar a Jin Hyung cuando el sexy hombre de nombre Jimin abandonó mi campo de visión - Idiota.

-Hasta recordaste como insultar - Volvió a burlarse de mí y yo entrecerré los ojos mientras sentía como mi mandíbula se tensaba.

-¿Me vas a decir o no Kim Seok-Jin?

-No te enojes Kook - Se acercó a mi y abrazo mis hombros con su brazo derecho - Es sólo que a donde van no tienen permitido el ingreso - Se separó y miro al tal Namjoonie - No sin autorización.

Fruncí el ceño, aclaré mi garganta y con la voz mas firme que pude encontrar en mi garganta dije - Quiero entrar.

Nos dirigimos a la parte trasera del enorme club nocturno, el que ahora conocía como Namjoon guiaba nuestro camino mientras sostenía la mano de mi mejor amigo.

Pasamos por un largo pasillo iluminado con luces led rojas ¿Todavía me puedo arrepentir? No, no hay lugar al arrepentimiento cuando sus ojos se posaron en los míos y su voz inundó mis oídos.

Bajamos unas largas escaleras hasta llegar a un par de puertas siendo custodiadas por dos enormes gorilas a cada lado.

-Señor Namjoon bienvenido - Dijo uno de los guardias - ¿Primera vez? - Preguntó clavando sus ojos en mi rostro.

-Jungkook - Namjoon llamó mi atención - Todo lo que veas o escuches en este lugar se queda en este lugar ¿De acuerdo?

Y quise preguntar el porqué ¿Qué había allí? Pero en lugar de hacer cualquier tipo de pregunta sólo asentí, si en esa instancia estaba Jimin yo tenía que estar allí también.

Entré detrás de mi mejor amigo tratando de que mis pasos fueran lo más firmes posibles, nunca en mi vida me había sentido tan nervioso como en ese momento.

Mis ojos se permitieron vagar por todo el lugar, parejas y grupos vestían de cuero, había una que otra persona con disfraces que los hacían ver como animales ¿A eso se refería Jimin con lo de mascota?

¿Porqué no me molesta la idea si es él?

Estoy seguro que si la pregunta la hubiera echo otra persona, mi raciocinio se hubiera ido al carajo y un puño de mi parte se hubiera llevado, obviamente Jeon Jungkook no iba a ser la mascota de nadie...

Mis ojos se abrieron completamente cuando a mi campo de visión llegó la imagen que ocupaba mis pensamientos ¿Cómo podía verse tan sexy y tierno al mismo tiempo?

Las luces neón pegaban en su cuerpo mientras su sonrisa no se desvanecía, como si fuera un conejo atraído por la más deliciosa zanahoria mis pies se movieron por voluntad propia hasta estar a solo centímetros de su cuerpo, deseando sentir el calor que emanaba su piel.

-Ji... Jimin - Susurré su nombre esperando que no le molestara mi repentino llamado, diablos, apenas nos conocíamos, no habíamos cruzado más de dos palabras y yo ya trataba de llamar su atención.

Volteó a mirarme y su sonrisa volvió a desarmar cualquier impulso de racionalidad que pudiera tener en mi sistema.

-Jungkookie.

Ay mi corazón, mierda, esos pequeños apodos van a acabar con mi pobre entendimiento.

-Yo... Yo - Suspiré tratando de calmar el golpeteo en mi corazón al ver como mordía su labio inferior mientras no dejaba de ver mis ojos - Tenía curiosidad.

-Has escuchado el dicho que dice - Desvió levemente sus ojos a mi boca y volvió a clavar sus ojos en los míos - Que la curiosidad mató al gato - Pasó su lengua por su rosado belfo inferior.

Mi garganta dolía de lo fuerte que pasaba saliva, ordené mis ideas lo más rápido que pude y en un impulso de lucidez repiqué - Pero murió sabiendo.

Santo cielo y ese brillo malicioso que se había instaurado en sus ojos azules ¿Porqué mi cuerpo reaccionaba a cada pequeño gesto que hacía?

-Espero que éste lindo gatito - Se acercó a mi rostro dejando su boca a sólo centímetros de la mía - Pueda saciar toda su curiosidad.

Mordí mi labio inferior tratando de contener las enormes ganas que tenía por acortar los míseros milímetros que separaban nuestros belfos, Dios, daría todo por probar esa boca.

-Es hora del show principal - Dijo una voz femenina a través de los parlantes.

-¿Qué te parece si empezamos a satisfacer tu curiosidad Kookie? - Preguntó y mi cabeza se movió sola asintiendo, es como si no pudiera negarme a sus ojos, a él.

Sin decir ninguna palabra dio un paso adelante y mi cuerpo por inercia retrocedió, sonrió ladeado - Sígueme - Exclamó en un tono de voz bajo y demandante más parecido a una orden que aunque quisiera no podría desobedecer.

Empezó a caminar conmigo siguiéndolo mientras nos adentrábamos en lo que parecían ser salones privados ¿Sería un prostíbulo?

Conforme avanzábamos alcancé a divisar varias personas entrando a uno de los salones con el número 7 en la puerta, temblé al saber que nosotros también nos dirigíamos a ese lugar, mordí fuertemente mis labios sintiendo los nervios escaparsen por cada poro de mi piel.

Entramos en la habitación y mis ojos tambalearon, en la mitad del enorme salón había una tarima circular, en el centro había una cama forrada en cuero y al lado, oh demonios, una cruz ¿En dónde mierda me había metido?

-Aún estás a tiempo de irte - Escuché decir a Jimin cuando nos detuvimos en la puerta de la habitación.

¿Irme? Jodida mierda, eso no iba a pasar, esto es lo más emocionante que he vivido en toda mi vida, negué y obligué a mis pies a moversen hasta quedar al lado de su sexy cuerpo.

Jimin dio un par de pasos hasta encararme, fijó su vista a la mía mientras pegaba completamente su cuerpo al mío dejando que su pecho desnudo tocara mi camisa.

- Mírame - Ordenó y se alejó rápidamente para subirse a la tarima.

¿Mirarlo? Siempre lo estoy haciendo desde que lo conocí.

Rojo (Kookmin-Jikook) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora