Rojo (Kookmin-Jikook)

DADDY

Estoy completamente seguro que jamás voy a querer escapar de su cuerpo y de su corazón, me tenía completamente a sus pies.

-¿Cuándo te hiciste estos piercings? - Pregunté mientras mi dedo índice recorría el adorno metalizado.

-Mmmm - Sentí como se removió debajo de mi tacto provocando que una sonrisa escapara de mis labios - Un día después de conocerte.

Dejé que mi cuerpo se acomodara a su lado mientras que su cabeza reposaba en mi pecho mis dedos se paseaban por las hebras de su cabello.

-Jimin ¿Cómo empezaste en todo eso del BDSM?

La curiosidad que me provocaba conocer cada una de sus experiencias era casi asfixiante.

Sus dedos se deslizaban tranquilamente sobre mi abdomen, su postura, su sonrisa y sus ojos dominantes habían sido cambiados por la expresion de un tierno gatito a la espera por ser acariciado, caricias que no le iba a negar.

Pasé mi mano por su espalda desnuda dándole tiempo y espacio a su hablar, bajé mi rostro dejando un pequeño beso sobre su cabello dándole a entender mi interés no solo sexual por él.

-Creo que nací así - Una sonrisa escapó de ambos - Desde que era pequeño me ha gustado mandar y dominar... Ser el heredero de los Park sólo lo afianzó más...

Los Park, una de las familias más imponentes del mundo, con tantas conexiones y tanto poder que se podrían confundir fácilmente con los mismísimos Walton.

-... Supongo que empecé a buscar personas con mis mismos intereses - Mis manos bajaron a su trasero sobándolo suavemente - Ya lo siguiente es historia - Apreté una de sus nalgas recibiendo un suspiro pesado como respuesta.

Mis labios buscaron los suyos en un beso lleno de deseo, mis manos recorrieron su cuerpo mientras mi boca marcaba cada centímetro de su piel.

-¿Puedo intentar algo? - Pregunté sintiendo mis ojos brillar de ansiedad.

-Puedes...

Mordí mi labio inferior mientras me ponía de pie buscando la maleta debajo de la cama.

Vi la preciosa sonrisa de Jimin volverse más grande cuando mis manos abrieron el maletín de cuero.

-...Todo es nuevo - Mis ojos se clavaron en los suyos - Puedes usar lo que quieras en mí o en ti.

Dios mío.

Saqué una cuerda roja y Jimin alzó una ceja indicándome que le gustaba mi elección.

-Pero no sé como usarla.

Una carcajada salió de su perfecta boca - Ven cariño.

Fruncí mi ceño, por algún extraño motivo no quería ser tratado dulcemente, me aproximé a su cuerpo y posando mi mano derecha sobre su cuello exclamé - ¿Cómo me llamaste?

Sin despegar sus ojos azules de los míos mordió su labio inferior para luego sonreír ladeado.

-Cariño - Repitió haciendo que mi ceja izquierda se elevara por su actitud, me incliné sobre su rostro dejando a milímetros de distancia nuestros labios.

-¿Cómo?... - Cuestioné sintiendo nuestras respiraciones mezclarsen.
Sus ojos retadores no daban tregua al igual que nuestras bocas, habíamos empezado una guerra silenciosa en la cual ninguno quería ceder.

-... Jimin te hice una pregunta - Reté con la voz más áspera y gruesa que en mi vida había escuchado salir de mi garganta, la excitación del momento me tenía al límite de mi autocontrol.