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Jihoon.

No tengo ni idea de qué esperar de las palabras que acaba de escribir, pero tan pronto como me entrega el papel empiezo a empaparme de cada frase tan rápido como mis ojos pueden escanearlas. El hecho de que exista una barrera en la manera de comunicarnos hace que cada palabra que recibo de él, en cualquier forma, algo que la necesidad de consumir lo antes posible.

"No sé si en realidad soy más consciente de mi propio corazón de lo que otras personas son de los suyos, pero me inclino a creer que lo soy. El hecho de que no puedo escuchar el mundo a mi alrededor me deja centrarme más en el mundo entero de mi. Jeongwoo me dijo que la única vez que es consciente de sus propios latidos es cuando está silencioso y quieto. Ese no es el caso para mí, porque siempre es silencioso mi mundo. Siempre estoy al tanto de mis latidos. Siempre. Conozco su patrón. Se su ritmo. Conozco lo que hace acelerar y frenar, e incluso sé cuándo esperar eso. A veces siento que eran capaces de predecir... hasta hace unos meses.

La primera noche que saliste a tu balcón fue la primera noche que noté el cambio. Fue sutil, pero estaba allí. Sólo un pequeño salto extra. Lo sacudí porque no queria pensar que tuviera nada que ver contigo. Me gustaba cual leal mi corazón era a Yoshi, y no quería que mi lealtad hacia el cambiará.

Pero entonces, la primera vez que te vi cantando junto a una de mis canciones, pasó otra vez. Sólo que esa vez fue más evidente. Se aceleraba un poco más cada vez que veia tus labios moverse empezaba a golpear en lugares en los que nunca senti latir mi corazón antes. La primera noche que te vi cantando, tuve que levantarme e ir dentro para terminar de tocar, porque no me gustaba como hacías sentir a mi corazón. Por primera vez, creí que no tenía absolutamente ningun control sobre él, y eso me hizo sentir horrible.

La primera vez que salí de mi habitación para encontrarte de pie en mi apartamento, empapado por la lluvia... Dios mio, no sabía que los corazones pudieran latir de esa manera. Conocía mi corazón como la palma de mi mano, y nada lo había hecho nunca reaccionar como lo hiciste. Puse las mantas en el sofá para ti lo más rápido que pude, te indiqué la dirección del cuarto de baño, y de inmediato fui a mi dormitorio. Te ahorraré los detalles de lo que tuve que hacer mientras estabas en la ducha, para calmarme después de verte de cerca por primera vez.

Mi reacción física a ti no me preocupaba. Los reacciones fisicas son normales, y en ese momento, mi corazón todavía le pertenecía a Yoshi. Mis latidos eran todos por Yoshi. Siempre lo habían sido, pero cuanto más tiempo pasaba contigo, más empezabas a infiltrarte sin intención y a robar algunos de esos latidos. Hice todo lo que pude para evitar que suceda. Durante un tiempo, me convencí de que era más fuerte que mi corazón, y por eso permiti que te quedes. Pensé que lo que sentía por ti no era más que atracción y que si me permitía tenerte en mis fantasías lo suficiente, eso bastaría en la realidad. Sin embargo, pronto me di cuenta de que la manera en que fantaseaba contigo no era en absoluto como los chicos normales fantasean sobre otros por los que están atraídos. No me imaginaba a mi mismo robándote besos cuando no había nadie alrededor. No me imaginaba deslizándome en tu cama en medio de la noche y haciéndote todas las cosas que ambos deseabamos que hiciera. En cambio, imaginaba lo que sentiria si te quedases dormido en mis brazos. Me imaginaba lo que sentiría al despertar a tu lado en la mañana. Me imaginaba tus sonrisas y tu risa e incluso lo bien que se sentiría ser capaz de consolarte cuando lloraras.

El problema en que me había metido se hizo evidente la noche que puse esos auriculares en tus oidos y te observe cantar la canción que creamos juntos. Mirando esas palabras pasar por tus labios, subiendo que no podia oirlas y sintiendo cuánto me dolía el corazón por nosotros en ese momento, supe que lo que sucedería era mucho más de lo que podía controlar. Mi fuerza fue dominada por mi debilidad por ti. Los segundos en que mis labios tocaron los tuyos, mi corazón se dividio por completo en dos. La mitad te perteneció desde ese momento en adelante. Cada latido de mi otro corazón era para ti.

𝗳𝗶𝗻𝗲 › sukhoon Donde viven las historias. Descúbrelo ahora