Capítulo 7

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Ciudad Capital.... 09:00 de la noche....... 20 de julio.......

Una hermosa melodía inundaba el parque de la ciudad, todo se veía tan hermoso, las luces de las farolas titilaban armónicamente con la música, las hojas de los árboles se mecían al compás de la balada, una chica de cabello negro y tés latina, caminaba atraída por la hermosa voz, como lo haría una polilla por la luz, la joven que no pasaría los 16 años llego al lago artificial que se encontraba en el centro del lugar, en la orilla de este, entonando la angelical canción, estaba un hermosa joven, sus ojos de color caoba despedían un brillo embriagador, era unos palmos más alta, tenía el cabello corto pintado de magenta, vestía uno legins negros y una playera deportiva de color turquesa, su piel almendrada le recordaba tanto a alguien, intentaba ubicar su rostro, saber si la conocía de algún lado, para ella era la mujer más hermosa de todas, la extraña en el lago alzó sus manos, invitándola a acercarse, la canción cambio:

.....Ven aquí hermosa Eva, no necesitas un Adán, yo seré tu heroína de brillante armadura...... ven conmigo..... nuestro amor no está maldito.... no es un tormento ni un castigo divino.... nuestro amor es infinito.... nuestro amor es perfecto.... Ven aquí mi dulce Eva.... Cometamos nuestro pecado....

La joven le tomó de las manos, se acercaron y comenzaron a besarse, al tiempo que la interprete caminaba hacia el lago... esa fue la última balada que la chica escucho...

Mientras todo eso pasaba, una mujer en sus treinta lo contemplaba desde la superficie del agua en una vasija de roca volcánica, con extraños garabatos en ella.

Ciudad Capital.... 07:00 de la mañana....... 21 de julio.......

Gavin estaba sentado sobre la barda de su balcón, despertó temprano, estaba intranquilo, sabía que una calamidad se acercaba, estaba tan ensimismado que no escucho a la persona que le gritaba, hasta que un limón lo golpeo

--¿Pero qué demonios? – grito enojado, pero su enfado se esfumo al contemplar a su atacante, en la cera frente a su casa, bajo el limón de los Henderson, estaba Lili – wow tus pensamientos debieron estar muy interesantes, te estuve gritando – le dijo su amiga – lo siento, soy un chico muy ocupado—fanfarroneo el de cabello rizado – cállate tonto, ¿Por qué no bajas y me acompañas a correr? —lo invito la joven, encantado el de ojos bicolor acepto.

Después de correr aproximadamente un kilómetro, los chicos se detuvieron en el parque central – por aquí, en el quiosco cerca del lago venden mi café favorito—dijo Lili, al llegar al puesto se encontraron con bastante algarabía alrededor del lago – buen día, ¿Qué van a tomar? —pregunto el vendedor – un americano helado con limón—ordeno la chica – yo un caramel machiato, por favor – pidió Gavin

-- ¿Por qué tanto alboroto? –quiso saber Lili –encontraron el cuerpo de una chica, al parecer se ahogó—dijo el empleado y continuo con su labor, vaya, un cuerpo, bueno al menos murió ahogado, no había nada de sobre natural en eso, ningún arcano lo había hecho, Arcano, que nombre tan peculiar, Gavin sabía que esa era la terminología que se utilizaba para nombrar a los dibujos dentro de las cartas del tarot, y como este no era más que una imitación, una arte de adivinación inspirada en el Litterae, varios siglos atrás decidieron llamar así a las infamias, sonaba menos aterrador, wow, eran demasiados términos, necesitaban una guía, cuando finalizaran con esto, si seguían vivos y el mundo no había sucumbido ante las tinieblas, talvez podría publicarla, o si, La Guía súper explicativa para casi todo de Gavin, que buen título, y tendría una foto suya en la portada, sería un best seller.

-Vamos a ver- propuso su amiga, Gavin asintió, tomaron los cafés, los pagaron y se encaminaron al lago, la muchedumbre estaba aglomerada en un punto en específico, dando traspiés y empujones, los dos adolescentes lograron llegar al frente, una cinta amarilla evitaba el paso, sobre la orilla y cubierto con una manta blanca estaba el cuerpo sin vida de la joven, a diferencia de Asher, Gavin no podía usar magia, a diferencia de Froy, Gavin no podía percibir, soñar o detectar a las infamias, pero podía sentir su maldad, en cuanto comenzó a acercarse supo que esto era obra de ellas, se le erizo la piel, un escalofríos lo recorrió de cuerpo entero, -- otra más—suspiro -¿Qué?—pregunto confundida su acompañante –nada, que Froy me matara si sabe que vine a ver esto sin él—se excusó el aludido, a escasos metros de los jóvenes Takato estaba hablando con los forenses y los policías, sin embargo su atención se desvió al escuchar ese nombre, el cual no era muy común, miro con recelo al chico de ojos bicolor y cabello rizado, ¿Qué posibilidad había que una persona cualquiera en una escena del crimen mencionar el nombre de otra persona, que había estado en otra escena del crimen?, ninguna, algo estaba pasando en Ciudad Capital, y estos chicos tenían información, debía encontrar a Froy.

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