El Cazador de mitos

Capítulo 2

Una mujer de porte elegante caminaba sola por la calle del teatro de la ciudad, vestía un costoso vestido de noche, era de color azul, varias joyas colgaban de sus muñecas, su bolso de diseñador se bamboleaba al caminar, llegó al estacionamiento del teatro, le mostró al guardia del lugar su pase, este la dejó entrar, caminó hasta la tercera fila haciendo sonar sus tacones en el silencio nocturno, había decidido abandonar la función media hora antes, cuando descubrió a una de las chicas del club campestre con el esposo de otra de ellas, era un chisme en toda regla, no podía esperar a contarlo, pero fue un cotilleo que jamás se contó, junto a su auto la figura encorvada de una anciana, con una túnica harapienta de color café, y un bordón entre las manos que le permitía mantenerse en pie –Que desagradable, ¿Por qué dejan entrar gentuza a este lugar?- eso fue lo último que dijo............

Froy despertó aterrado, se levantó de un salto, su corazón latía a mil por hora, estaba bañado en sudor, acababa de ver la muerte de alguien, por más que intento tranquilizarse y decirse que solo era un mal sueño, en su interior sabía que no.

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Por la mañana el joven desayunaba apesumbrado, había pasado una semana desde la muerte de su abuelo, él sabía de alguna forma, que no sería la única muerte, y a siete días de lo ocurrido ya había aparecido la segunda, sus padres no estaban, después del funeral, habían pasado unos días de luto, pero el manuscrito no podía atrasarse más, su madre se fue a su despacho en el centro de la ciudad, pues quería cambiar de aires y su padre estaba en una conferencia matutina en la universidad de la ciudad.

Tomó su cuenco con cereal y se encaminó a la sala, prendió la televisión y sintonizó el canal de las noticias, la misma reportera que había cubierto la nota de su abuelo, decía -Así es Jacky, la Señora Delacour fue encontrada muerta en el estacionamiento exclusivo del teatro Saint Royal, la escena es desconcertante, las siguientes imágenes serán sensibles, se recomienda discreción por parte de la audiencia- Froy quería voltear a otro lado, pero algo no se lo permitía, reprimió un arcada y de pronto el cereal le pareció incomible, en primer plano, se veía el cuerpo de la mujer, estaba seco, marchito, como si alguien le hubiese succionado la vida y dejado nada más que la exuvia de la mujer.

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La casa lo sofocaba, después de la noticia de la mujer muerta, no pudo seguir dentro, tomó sus auriculares inalámbricos, su skater y salió a la calle, tomó rumbo al este, al parque deportivo, tenía planeado encontrarse con Gavin, necesitaba distraerse, la escena de la mujer muriendo rondaba en su cabeza, ¿Por qué veía esas cosas?, ¿Por qué sentía que la muerte había salido a jugar?, estaba tan distraído que no miró un bordo en la acera, la llanta delantera de su tabla lo golpeó y perdió el equilibrio, se fue hacia el frente, metió los brazos para proteger su rostro de la caída y se dio de bruces contra el duro concreto, se levantó adolorido, miro rápidamente hacia los alrededores, peor nadie en los suburbios parecía a ver visto su estrepitosa caída, se incorporó como pudo, tenía un feo raspón en el brazo izquierdo y la rodilla ensangrentada, había sido mala idea usar shorts y no llevarse su equipo de seguridad, ya se imaginaba la regañiza de su madre cuando lo viera.

Se encaminó hacia el frondoso árbol de los Mcartney, y se sentó a su sombra, la rodilla le dolía demasiado, contempló las hojas danzantes sobre su cabeza, los rayos del sol las atravesaban formando una cortina de luz, el calor abandonó el mundo, un frio glacial se instauro a su alrededor, el sol se había marchado, estaba en la vieja estación del tren, las vías estaban oxidadas y cientos de hierbajos crecían a su alrededor, señal de que ningún tren las había cruzado hacía más de 3 décadas, todavía quedaban algunos viejos vagones, hogares de vagabundos, basura por todos lados, tablones rotos, los grandes ventanales de la estación estaban esparcidos por todos lados, la puerta de la taquilla había desaparecido muchos años atrás, un olor nauseabundo inundaba el sitio, una extraña niebla bajaba del cielo, enroscándose, reptando por la bóveda celeste, acercándose cada vez más, Froy sabía que era algo malo, miró media docena de sin techos, quería gritarles que corrieran, que esa niebla no era natural, los mendigos ni siquiera lo veían, y a pesar del frio imperante ninguno se movió, corrió hacia estos, se quedó perplejo, el color de sus pieles comenzaba a cambiar, ellos hablaban con dificultad, cada vez estaban más morados y de repente, todos cayeron muertos, Froy sintió la niebla cerca de él, sintió como si esta estirace un par de brazos invisibles y lo sujetara por el cuello, -¡NOOOOO suéltame!- gritó aterrado, un silueta humana con gabardina y capucha lo empujó al suelo –te veo, voy por ti- dijo con una voz ronca, el mundo se desintegró ante los ojos de Froy.

Miró atodos lados, estaba sentado en la acera, bajo el mismo árbol, respirabaentrecortadamente, aun sentía esos brazos invisibles alrededor de su cuello,¿Qué diablos le estaba pasando? ¿Quién demonios era ese hombre?, el adolescentese revolvió el cabello con sus manos y miro al cielo - ¿QUE ESTA PASANDO?- gritóa todo pulmón, sin importarle que los vecinos lo escuchasen –Pronto- dijo unavoz femenina, el pelirrojo se incorporó de un salto mirando en todasdirecciones –pronto- dijo de nuevo la voz, Froy miró a las ramas del frondosoárbol, sobre una de ellas estaba posado un cuervo, este abrió el pico –pronto-volvió a decir y emprendió el vuelo,dejando aún muy asustado y desconcertado chico.