𝟘𝟜

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—¡YOONGI Y NAMJOON VENGAN AQUÍ AHORA MISMO!— Gritó alguien enfurecido mientras trataba de encontrarlos

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—¡YOONGI Y NAMJOON VENGAN AQUÍ AHORA MISMO!— Gritó alguien enfurecido mientras trataba de encontrarlos.

—Te dije que no debiste tomar sus cosas.— Susurró el pálido sin intenciones de salir de su escondite.

—Tú fuiste quien me dio la idea, así que la culpa es tuya... Ahora sal y enfrenta tu destino.— Esta vez quien habló fue el moreno siendo cuidadoso de no ser escuchado por la persona que les haría sufrir a ambos al romper una de sus cosas mas preciadas.

—¡Namjoon esta escondido en el closet!— Después de gritar aquello YoonGi salió corriendo en dirección a la ventana, aquella seria su única salvación antes de que el castigo también fuera para él, segundos más tarde logro bajar hasta llegar a la calle y huir.

Por el contrario, Namjoon esta hecho un manojo de nervios al oír como los pasos se acercaban más y más hasta que se detuvieron enfrente de donde estaba. Desde dentro sostuvo la puerta en caso de que quisiera abrirla.

—Kim Namjoon es mejor que salgas del closet de una buena vez.— Espeto con furia.

—Salí del closet años atrás... no le hace mal a nadie estar un poco más aquí.— Titubeo nervioso.

Sabia lo enojado que Jin podía estar ya que habían roto... o mejor dicho él había roto su secadora de cabello favorita. Pero no todo era su culpa ya que su malicioso hijo había dado la idea de jugar un rato con ella fingiendo que era un arma, lo cual no le pareció mala idea, pero no esperaba el trágico final de aquel objeto. La puerta trato de ser abierta y los nervios del moreno estaban mas que presentes, no sabia que debía hacer, por más que pensara no tenia escapatoria.

—¡Sal de ahí de una buena vez!— Su rostro estaba más rojo que una manzana mientras forcejeaba por abrir la puerta, pero al ver que no lo lograría se detuvo, necesitaba buscar otra estrategia. —Oh pero mira que lindo peluche... Seria una lastima que algo le pasara a Koya.

Aquella fue la manera más efectiva para que saliera corriendo gritando con todas sus fuerzas un "No" mientras alargaba la palabra, al buscar con la mirada se dio cuenta que había sido una trampa recordando que en la habitación donde se encontraba era la de YoonGi y no la que compartía con Jin.

—Mierda.— Cerró sus ojos al sentir como una mano impactaba sobre su cabeza.

Sin decir más el mayor lo tomo de la ojera para hacerle caminar hasta donde se encontraba la prueba de su desastre.

—Suelta, suelta, suelta por favor, duele.— Dijo Namjoon al sentir que su oreja comenzaba a doler aun más por la presión que aplicaba.

—No, además no debes decir malas palabras, por eso tu hijo habla de esa manera.— Lo jalo hasta el baño donde varios pedazos yacían debajo del mueble tratando de esconder la secadora rota. —Y hasta para esconder sus delitos son malísimos.— En ese momento soltó el oído del menor.

—Pero...

—NADA.

—Déjame explic...

—Cuando vuelva quiero todo limpio.

—Jinnie...

—Iré a comprar una nueva secadora con tu tarjeta, diviértete limpiando.

Sin dejar que hablara camino hasta la recamara tomando un bonito y elegante abrigo color rosa pastel, al igual que la tarjeta de crédito. Hace varios meses había querido cambiar de secadora pero con tal de no hacerle gastar a Namjoon no dijo nada, y el que la rompieran fue un gran motivo de alegría la cual no iba a demostrar para por fin poder cambiarla. Dio la última mirada al moreno antes de salir, viendo como con algo de torpeza comenzó a juntar las piezas, sonrió y finalmente salió.

[♥]

YoonGi corrió hasta el centro comercial donde comúnmente iba con su mejor amigo, pensaba que ahí estaría a salvo, regresaría horas más tarde cuando a su padre se le bajara el enojo, pero jamás imagino encontrarlo frente a frente.

—Pero mira a quien tenemos aquí...

—Hola, viejo.— Dijo sin vergüenza alguna tratando de no mostrar el miedo que le producía ver a Jin frente a él, lo que le tranquilizaba es que no podría regañarle frente a todas las personas del lugar o eso es lo que él quería pensar. No recibió respuesta, eso le hizo creer que lo pasaría de largo para continuar su camino, pero su sorpresa fue mayor al sentir como lo tomaba de la oreja comenzando a jalarlo mientras lo regañaba.

—Me estas avergonzando, por favor para.— Rogó el pálido mientras trataba de que ya no siguiera maltratando su oreja ya que esta se había tornado de un color rojo por lo sensible que era su piel.

—¿Ahora te avergüenzo?— Detuvo su caminar mientras lo soltaba. Min supo que lo que había dicho no había sonado nada bien.

—No no no, a lo que me refiero es que... ya no soy un niño pequeño.— Bajo la mirada tratando de que entendiera, a Jin se le llenaron los ojos de lagrimas.

—¿Ya no eres mi bebé?— Sus labios se bajaron levemente hasta dejar un semblante triste y muy cerca el llanto.

No sabia que mas decir en ese momento, no quería hacerlo llorar pero tampoco quería que lo siguiera tratando como aquel niño indefenso que adoptaron... O quizás si. Aquel par fue su salvación en sus años de soledad, cuando creyó que toda esperanza seria desechada llegaron para mostrarle que aun había algo por lo que sonreír. Le costo tanto el entenderlo ya que la ausencia de su pequeño cachetón le había afectado tanto, pero con los años aprendió a sobrellevarlo pero sin perder la fe en que algún día podría volver a encontrarlo.

—Aún lo soy.— Sonrió dejando a la vista sus rosadas encías que mostraba muy poco, no le gustaba sonreír de tal manera porque en sus pensamientos decía que se veía mal. Jin lo abrazo mientras era correspondido. Algunos minutos pasaron antes de separarse. —¿A dónde ibas?

—A comprar una nueva secadora.

—¿Quién la rompió?— Se hizo el desentendido fingiendo que no sabia nada al respecto aún cuando gritó para que descubriera donde se estaba escondiendo Namjoon. Jin lo miro seriamente a lo que YoonGi solo dejo escapar una risa nerviosa mientras revolvía su cabello. —¿Quieres que te acompañe?

"Funciono" Fue lo último que pensó Jin al ver que logro convencerlo... Había sido más fácil de lo que pensó.

Su padre asintió mientras comenzó a caminar siendo seguido. Aquel día torturaría a su hijo, lo llevaría tienda por tienda sabiendo que no le agradaba caminar... aunque también compartirían un momento de padre e hijo.

"Le arrebataron a su angelito, pero en recompensa llegaron dos más para calmar su pena."


𝑷𝒓𝒆𝒅𝒆𝒔𝒕𝒊𝒏𝒂𝒅𝒐𝒔 [𝖄𝖔𝖔𝖓𝖒𝖎𝖓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora