𝕰𝖕í𝖑𝖔𝖌𝖔

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—¡VETE!— Gritó el más pequeño recargado en la puerta evitando que alguien más entrará

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—¡VETE!— Gritó el más pequeño recargado en la puerta evitando que alguien más entrará.

—Mi amor, abre la puerta no voy a dejarte solo.— YoonGi llevaba un buen rato tratando de convencerlo pero sin poder lograrlo.

—¡Soy un fracaso y también feo!— Su voz sonaba totalmente rota, desde que se fue de aquel lugar corriendo no lograba parar de llorar, él creía que esas personas tenían razón.

—¡ELLOS SON UNOS MALDITOS IDIOTAS! NO PODRÍAN VER A LO MEJOR DE LA VIDA NI AUNQUE LO TUVIERAN FRENTE A ELLOS... ¡MALDICIÓN, ABRE LA PUERTA!— Al ver como se burlaban de su pequeño los había golpeado tan fuerte que jamás podrían olvidarlo, dejando en claro que no debían meterse con él y menos con Jimin porque estaría a su lado para protegerlo de todo.

El menor se asustó por el tono que uso, tallo sus ojitos con la manga de su suéter y finalmente abrió la puerta para caminar hasta la cama dejando que su novio entrará a la habitación. YoonGi al oír como el seguro era retirado a pasos lentos entro viendo como los ojos del castaño y su nariz estaba roja, suspiro cerrando la puerta detrás de él.

—¿Quieres hablar?— Se puso a su lado tomando su manita para entrelazar sus dedos con los de él, esta vez más relajado.

—N-No.— Se levantó de la cama para sentarse en su regazo abrazándolo mientras escondía su rostro en la curvatura de su cuello, solo a su lado podía sentirse así de seguro.

Comenzó a repartir varios besos en el rostro de Jimin mientras le hacía cosquillas haciendo que aquella melodiosa risa se escuchará, además de que sus mejillas se abultaran y sus ojos desaparecieran por unos segundos.

—H-Hyung... B-Basta.— Cuando dejo de hacerle cosquillas inhaló tratando de conseguir todo el aire que necesitaba, se acercó hasta él para darle un beso, recordando la suavidad de sus labios.

—Te quiero, Jimin.— Volvió a unir sus labios con los de su novio pasando sus manos por su cadera mordiendo al final su labio sacándole un pequeño jadeo al más pequeño.

—¿Estas bien?— Se apartó un poco para verlo notando que parecía estar congelado, con su pulgar pico la mejilla del pelinegro.

—Si... Todo bien.— Le sonrió para evitar que pasara desapercibido su problema.

—Hyung... ¿Tú me quieres mucho?— Comenzó a jugar con sus manitas esperando la respuesta.

—Te adoro, cielo ¿Por qué?— Besó la punta de su nariz acariciando su cabello con una de sus manos.

—Es que...— Sus mejillas se colorearon de un rojo intenso. Hace días había tenido esa duda, sin embargo, no se atrevía a preguntarlo. Todo surgió por un vídeo que su amigo Kook le mostró, según aquel pequeño niño con un nombre de galleta dijo que eso lo hacían las personas que se querían, y hasta ese momento él y YoonGi no lo habían hecho ¿Acaso el pelinegro no lo quería?

𝑷𝒓𝒆𝒅𝒆𝒔𝒕𝒊𝒏𝒂𝒅𝒐𝒔 [𝖄𝖔𝖔𝖓𝖒𝖎𝖓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora