celos.

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El rubio estuvo merodeando por el pasillo en busca de su respectivo casillero

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El rubio estuvo merodeando por el pasillo en busca de su respectivo casillero. Era temprano así que decidió tomarse el tiempo con calma.

—¡Felix, Felix! —el alegre llamado del pelinegro lo hizo detenerse.

—¡Channie! —sonrió ampliamente, corriendo con rapidez hacia los brazos extendidos del alfa.

—¿Cómo amaneciste, eh? —preguntó en tono dulce. Abrazándolo por un buen tiempo.

—Muy bien. ¿Y tú?

—Igual que siempre, con mucho sueño. —bromeó, separándose del omega. —Pero muy, muy feliz de verte.

—No exageres~. —golpeó levemente su abdomen.

—Un día es como un año para mí. —dramatizó, haciendo reír a Felix. —Pero no importa, vamos a dejar nuestras cosas. —rodeó los hombros del más bajo y juntos se dirigieron hacia dicho lugar.

Al llegar, Chan fue mucho más rápido en coger sus cuadernos y cerrar su casillero, para luego recostarse de lado y observar al omega con curiosidad.

—¿Y pasó algo? —cuestionó, intentando ocultar su traviesa sonrisa.

—¿Sobre qué? —terminó con su trabajo y se puso frente al pelinegro.

—No sé, quizás sobre cierto alfa de cabello castaño. —se encogió de hombros. Felicitándose mentalmente al ver las sonrosadas mejillas de Felix.

—No sé a qué te refieres. —su mirada vaciló con timidez.

—Oh, claro que sí sabes. —canturreó divertido.

—¿Por qué no nos vamos ya, uh? —lo evadió, empezando a caminar rápidamente.

Felix no tenía pensado contar algo con respecto a Hyunjin. ¿Y si el alfa se enojaba? Aún no podía pasar por alto todo el mal genio que Hwang se cargaba cuando se trataba de algún omega. Lee no quería correr algún riesgo.

—¿Por qué huyes? ¿Pasó algo significativo? —fue detrás de él.

—No digas esas cosas. —apegó los cuadernos a su pecho. —Somos amigos y ya, no hablemos de ese tema.

—Hey, espera. —posó su mano en el hombro del rubio.

Suelta a mi omega. —la voz de Hyunjin hizo acto de presencia.

Felix instintivamente se quedó quieto por completo. El tono era muy fuerte para su lobo y sabía de sobra el dueño de aquella voz solo podía ser el castaño.

El pelinegro se alejó del omega para dar vuelta y ver a Hyunjin. Haciendo que Felix hiciera lo mismo, sintiendo como el aroma de Hwang estaba medio agrio debido al enojo.

—¿Disculpa? —arqueó una ceja. Bang podía ser un chico muy educado y alegre. Pero al ser alfa, su lobo tampoco podía dejarse mandar por otro.

—Te disculpo. —sonrió ladino. —Solo quería aclarar que soltaras a mi omega.

Si bien Felix estaba sonrojado, esta vez el color carmín en su rostro fue mucho más efusivo.

—¿Qué? —susurró incrédulo, no siendo notado.

—Déjame pasar. —le gruñó, intentado rodear a Chan.

El pelinegro colocó sus manos en el pecho de Hyunjin, empujándolo. —No permitiré eso. ¿Eres consciente de cómo estás? Asustarás a Felix. —le devolvió el gruñido.

—Tú no eres nadie para decirme qué hacer. —lo encaró, su mandíbula estaba notoriamente tensa y su mirada trataba de dominar a Bang.

—Estás haciendo un maldito problema por nada.

—¿Te parece poco tocar a mi omega?

—¡Deja de usar esa puta voz! —bramó con fuerza. —Ponte límites, Hwang.

—¿Y sino qué?

El rubio se alarmó, por más que sabía que estaba corriendo peligro al presenciar una discusión entre alfas, su lobo le decía una y otra vez que calmara a Hyunjin.

A su alfa.

—¡Espera, espera! —el omega dejó sus cuadernos en el suelo y por instinto, abrazó a Hwang fuertemente. —Cálmate, respira con tranquilidad. —le susurró con suavidad.

Chan retrocedió al ver las acciones del omega. Realmente quedó escéptico ante la imagen que parecía muy lejos a ser posible. No lo dudó mucho y salió de aquel pasillo rápidamente.

Las cosas parecían haberse calmado.

El castaño sostuvo a Felix de la cintura, llevando su nariz a la unión del cuello y hombro del omega en donde su aroma era mucho más fuerte.

—Así, tranquilízate por favor. —comentó, dejando suaves caricias en el cabello del alfa.

Suspirando de alivio al ver que la respiración de Hyunjin en su piel empezaba a regularse.

Felix intentó soltar sus feromonas, sintiendo luego que el castaño rodeaba su torso con ambos brazos de manera posesiva. La nariz del alfa rozaba su cuello con delicadeza, aspirando el dulce aroma a manzana y caramelo.

—¿Estás mejor? —dudó al momento de preguntar. Pero de cierta forma se sentía bien al notar que Hyunjin no había reaccionado de mala manera. —Lamento si te incomodo. —llevó sus manos a los hombros del alfa intentando separarse.

—No, no, espera. Sólo un poco más. —pidió suavemente. Acercando a Felix hacia su pecho de nueva cuenta.

Hwang no podía evitarlo. El precioso omega destilaba un aroma tan suave y dulzón que lo hacía sentir cálido y relajado.

Una sensación completamente maravillosa. Una tan fuerte que pudo calmar con los golpes de su lobo debido a los incontrolables celos.

Había mucho que aprender y mejorar. Pero con Felix a su lado, la neblina empezaba a desaparecer lentamente. 

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gracias por leer ♡︎.
—melly.

el príncipe y el plebeyo ୨ৎ hyunlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora