pensamientos.

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—¡Espera, Hyunjin! —gritó el omega, corriendo detrás del alfa para ver como este se detenía en la banca de un parque

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—¡Espera, Hyunjin! —gritó el omega, corriendo detrás del alfa para ver como este se detenía en la banca de un parque.

El castaño contenía el llanto, no podía hacerlo públicamente. Hace mucho que había dejado de llorar.

Felix se puso delante de él acunando las mejillas adversas y queriendo que este hiciera contacto visual. Su corazón dolía, su alfa se veía demasiado frágil.

—Vamos a estar bien. ¿Sí? —le habló bajito, acariciando la piel tersa de su rostro con ambos pulgares. —No importa que tan complicado sea, vamos a superarlo juntos.

Hyunjin sintió sus ojos arder, sorbió por la nariz nuevamente y cubrió el cuerpo de su omega en un abrazo necesitado. Felix le correspondió el toque, dándole suaves caricias en la nuca mientras dejaba que este escondiera parte de su rostro en la unión de su cuello y hombro.

—Todo estaba yendo bien. —susurró con la voz quebrada. —¿Por qué ahora?

—Hay ciertas cosas que no podemos evitar, solo suceden. Aun así, no olvides que estaré siempre para ti. ¿De acuerdo?

El castaño apenas y asintió, su lobo siendo envuelto en un aura de calor reconfortante. —Solo te quiero a ti y a mi papá. Son mucho más que suficiente para mi vida.

Felix sonrió enternecido. —Vamos, quizás quieras hablar sobre el tema con él.

—No, de ninguna manera. No pienso decirle que he visto a ese tipo, el pasado debe quedarse donde está.

El omega suspiró bajito, aunque no supiera sobre el tema con profundidad, podía inferir lo que presenció en aquella escena junto a las palabras de Baekhyun anteriormente.

"Un lazo roto" "Abandono"

—Hay mucho que analizar. ¿No crees? —rodeó con sus manos el cuello del alfa para sacarlo de su improvisado escondite y mirarlo fijamente. —No insistiré, solo quiero tu tranquilidad. Si gustas, puedo llamar a Changbin y decirle que no podremos ir a la fiesta, puedo quedarme en casa contigo.

El alfa pensó por un determinado tiempo y, aunque la idea de dormir abrazando a Felix era algo maravilloso, no podía fallarle a su mejor amigo.

—Estoy bien, Lix. —acunó las esponjosas mejillas y le dio un corto beso en la frente. —Pasaré a tu casa a las siete de la noche y prometo llevarte temprano de vuelta.

El mencionado quiso conformarse con aquella respuesta, pero al notar que el asunto era delicado, terminó por desistir solo un poco.

[...]

Hyunjin se prometió tan solo beber un vaso, pero aquel sabor quemando su garganta era mejor que detenerse a pensar sobre lo que pasó en la tarde. Él tenía muy bien sabido sobre su fijación con el alcohol, pero solo por esa vez quería darse el gran gusto de olvidar.

el príncipe y el plebeyo ୨ৎ hyunlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora