🌸Prólogo🌸

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𝙲𝚘𝚗𝚝𝚒𝚎𝚗𝚎: 𝚟𝚒𝚘𝚕𝚎𝚗𝚌𝚒𝚊 𝚏𝚊𝚖𝚒𝚕𝚒𝚊𝚛, 𝚟𝚘𝚌𝚊𝚋𝚞𝚕𝚊𝚛𝚒𝚘 𝚜𝚞𝚋𝚒𝚍𝚘 𝚍𝚎 𝚝𝚘𝚗𝚘, 𝚜𝚊𝚗𝚐𝚛𝚎, 𝚖𝚞𝚎𝚛𝚝𝚎𝚜, 𝚖𝚎𝚗𝚌𝚒ó𝚗 𝚊𝚕 𝚜𝚞𝚒𝚌𝚒𝚍𝚒𝚘 𝚢 𝚖𝚞𝚌𝚑𝚘𝚜 𝚝𝚛𝚊𝚞𝚖𝚊𝚜.

𝑷𝒓ó𝒍𝒐𝒈𝒐.

"Tienes a la familia perfecta". Esas palabras siempre sonaban en mi mente, esperaba que algún día cayera la máscara de mi padre, que pagara por los daños, tanto en mí, como en mi hermana menor.

Su sonrisa y cálidas palabras, los abrazos, todo me da asco.

Hoy, por algún milagro, mi padre se ha ido a un supuesto viaje de negocios, pero el precio que tuve que pagar por ello fue la desaparición de mi hermanita: Elise.

Un vacío profundo lleno cada parte de mí, me veía en el espejo y esas marcas me daban aún más asco. Todo de mí me daba asco.

Quería morir, eso era claro para cualquier persona que me conocieras lo suficiente, todos los demás solo conocían al Dazai Osamu bromista, inteligente que nunca le preocupaba nada y estaba enamorado de la vida.

La realidad era totalmente equivocada. Lo único a lo que me aferré por años murió hoy, mi mejor amigo, el hombre que me defendió y me cuido como si fuera su hijo.

Odasaku estaba muerto, murió en mis brazos. Sentí la ira pasar por todo mi cuerpo, era extraño pues los humanos lloraban ante la pérdida de un ser querido.

Logré escuchar voces afuera del callejón, ¿Podría ser la persona que lo asesinó? sabiendo que ahora es permitido matar a los humanos y no recibir cárcel, cualquiera sería lo suficientemente idiota como para quedarse cerca del cadáver buscando otra víctima.

La probabilidad era alta, no perdía nada con ir a ver.

Al salir solo vi a una chica de cabellos negros, estaba siendo acorralada por un tipo más grande con ella. El asco volvió, pero esta vez un sentimiento extraño llegó. Tomé el error de no parar mis pasos.

Sin darme cuenta, había asesinado a aquel tipo, lo peor de todo es que no logré sentir ninguna emoción.

La chica me miró asustada, yo solo me devolví por donde había venido.

Era estúpido seguir en ese lugar, aún más cuando acababa de gastar mis tres balas en el mismo tipo.

Iba a volver al callejón por unas cosas que tire, quería llevarme su cadáver de ese lugar, pero alguien como yo no podría si quiera llevarlo por media cuadra antes de cansarse.

Ahora dos voces nuevas llegaron a mis oídos, esta vez eran dos tipos, una voz siendo más grave que la otra.

Agarre el cuchillo que tenía en la cintura siendo tapado por mi camisa, las voces se acercaban.

—Esta ahí dentro, yo nunca me equivoco, hermano.

—Tú necesitas lentes para ver mejor, y en este momento no tienes nada. Realmente dudo que haya alguien en un callejón.— Se oyó un suspiro por su parte.

Estando lo suficiente cerca y sin percatarse de mi presencia, salté encima de uno, clavando el cuchillo en su hombro. Con un movimiento rápido lo saqué y lo dirigí al pecho, fue bloqueado por su mano; el cuchillo le atravesó la palma de la mano, y aún así hacia todo lo posible para librarse.

Note al otro tipo asustado, reaccionó tarde y no siquiera sabía si disparar o no. Su "hermano" se movía de un lado a otro conmigo, por más que intentara darle me era en vano.

Mis ojos se abrieron en grande al notar algo.

El tipo estaba por disparar. En varias ocasiones mientras crecí sucedían cosas extrañas, muchas veces lograba predecir sus acciones o palabras, eran situaciones realmente extrañas y no llegaba a comprender del todo, pero con el tiempo deje de decir o hacer las cosas, aún si supiera lo que pasaría.

Pero ahora todo eso era distinto, no estaba en clases, no estaba con papá, estaba en una situación poco realista; peleando con un tipo más grande que yo, y si lograba que su compañero le diera ganaría totalmente.

La idea de probar algo nuevo, de usar esa ¿deducción? A mí favor era tan tentadora. Sonreí cuando mi decisión fue tomada, podría morir perfectamente por esa bala, y me gustaba la idea, pero las ganas de asesinar a ese tipo gracias a su amigo era tan tentadora que antes de darme cuenta  me balance, moviendo al tipo en dirección a la bala.

La sangre cayó por mi rostro una vez la bala impactó contra el cuerpo del chico, dejo de forzar y frenar el cuchillo, ahora sus ojos estaban abiertos. De un salto caí al piso, el cuerpo me siguió para estrellarse contra el cemento frío.

Era asqueroso, pero la sensación de la sangre cayendo por mi rostro, saber que mi ropa y cabello estaban sucios; bañados en la sangre de dos tipos, era placentero de alguna u otra forma.

Note como el tipo soltó su arma, su pobre compañero había caído muerto por su arma. Irónico.

Su pobre reacción fue única, me asegure de tomar una imágen mental para los recuerdos.

Ahora que era permitido matar no habría que temer al agarrar alguna pistola y asesinar, ¿no?

Ahora que era permitido matar no habría que temer al agarrar alguna pistola y asesinar, ¿no?

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~terminado: 15/1/23~

𝑩𝒓𝒂𝒔𝒂𝒔 𝒅𝒆 𝒖𝒏 𝒏𝒖𝒆𝒗𝒐 𝒂𝒎𝒂𝒏𝒆𝒄𝒆𝒓||𝑫𝒂𝒛𝒂𝒊 𝑶𝒔𝒂𝒎𝒖Donde viven las historias. Descúbrelo ahora