𝙲𝚘𝚗𝚝𝚒𝚎𝚗𝚎: 𝚜𝚊𝚗𝚐𝚛𝚎, 𝚖𝚞𝚎𝚛𝚝𝚎𝚜, 𝚖𝚎𝚗𝚌𝚒ó𝚗 𝚊𝚕 𝚜𝚞𝚒𝚌𝚒𝚍𝚒𝚘 𝚢 𝚖𝚞𝚌𝚑𝚘𝚜 𝚝𝚛𝚊𝚞𝚖𝚊𝚜.
。:゚𝑪𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 𝒄𝒖𝒂𝒕𝒓𝒐: 𝑳𝒂 𝒎𝒖𝒆𝒓𝒕𝒆 𝒕𝒆 𝒑𝒆𝒓𝒔𝒊𝒈𝒖𝒆, 𝒎𝒊𝒓𝒂 𝒂𝒕𝒓á𝒔 𝒕𝒖𝒚𝒐.゚:。
Simplemente me negué. Lucharía hasta el último momento, quería cumplir el tonto capricho que tenía y ver a Oda una última vez.
Sé que nunca fui buena persona, no merezco la vida; un humano tan insignificante como yo no merece nada. Y aún así quiero que me den la oportunidad de ver a mi amigo una última vez, porque él; una persona tan buena, posiblemente habría muerto por mí; alguien inhumano.
La duda llegó, cuando nada pasó. Ningún arma contra mi cuerpo amenazando, ninguna palabra, solo me pegó a sí mismo e hizo más fuerza para que mis gritos ahogados dejarán de sonar tanto.
Por fin me rendí, ese tipo no me iba a matar por ahora. Cualquier motivación que tuviera antes se fue por completo, solo esperé y esperé, pero nunca me soltó hasta que las voces se escucharon más lejos de nosotros.
Fue entonces cuando tiré mi cuerpo hasta el otro extremo, agarrando la pistola en un movimiento rápido. Di una media vuelta, terminado por chocar con la pared de ese extremo, mientras apuntaba mi arma sin seguro a la persona que estaba al otro lado.
Era Oda. Su cabello estaba algo mojado y desordenado, tenía manchas de sangre por todo lado, y de su mano colgaba una bolsa de la tienda con varias cosas de comida.
Me estaba sonriendo con calma y tranquilidad, la misma sonrisa que siempre hacia cuando me quejaba de papá.Hizo que mis pies temblaran un poco, no me podía retumbar y dejar salir las lágrimas, no en esta situación.
Por fin lo había encontrado, y con mis propios ojos identifiqué que seguía vivo y sano, incluso me protegió de esas personas de hace unos momentos atrás. Era surrealista todo eso.
—¿O-oda?— Me permití hablar, casi fue un susurro y mi voz salió ronca. No me había dado cuenta, pero me empezó a arder la garganta.
—¿Qué haces aquí, Dazai? Se supone que te quedarías en casa.
Volví a ponerle el seguro al arma por si acaso, mientras la guardaba me acerqué a él. Poniendo mi cabeza en su pecho, permitiéndome respirar hondo para agarrar aire y poder seguir.
Al separarme me miró curioso, solo sonreí como siempre. Sin importarme más. Salí de aquel callejón tranquilo, prestando atención aún a todo el alrededor.
Hice una señal con mi mano para que Oda me siga.
Todo estaba despejado y solo se podía ver la sangre y cuerpos de personas por la ciudad.Caminamos en silencio, íbamos en dirección a mi casa, aunque fuera el lugar menos seguro; no sabía a dónde ir, y Oda tampoco había dicho nada.
La paz que se sentía era extraña. Dejó de importarme el mal olor de la cuidad, los vidrios, armas y cuerpos por todo lado. Solo estaba concentrado en el camino a casa y en los ruidos.
—¡Ahí está!— Gritó alguien. Oda y yo paramos en seco, prestando toda nuestra atención a las dos voces que venían acercándose.
—Y tiene un niño.
—¿Lo matamos?— Preguntó, empezando a cargar su arma.
Oda tampoco se quedó atrás, cargó su arma y mientras me empujó atrás, susurró:
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𝑩𝒓𝒂𝒔𝒂𝒔 𝒅𝒆 𝒖𝒏 𝒏𝒖𝒆𝒗𝒐 𝒂𝒎𝒂𝒏𝒆𝒄𝒆𝒓||𝑫𝒂𝒛𝒂𝒊 𝑶𝒔𝒂𝒎𝒖
FanfictionLas alarmas suenan por toda la ciudad avisando el "fenómeno" que ha aceptado hacer el gobierno. Para unos era un sueño cumplido, pero para otros una pesadilla total. Luego de horas de matanza, (una en donde nuestro protagonista: Dazai Osamu, perdió...