🌸5🌸

80 8 11
                                    

𝙲𝚘𝚗𝚝𝚒𝚎𝚗𝚎: 𝚟𝚘𝚌𝚊𝚋𝚞𝚕𝚊𝚛𝚒𝚘 𝚜𝚞𝚋𝚒𝚍𝚘 𝚍𝚎 𝚝𝚘𝚗𝚘, 𝚜𝚊𝚗𝚐𝚛𝚎, 𝚖𝚞𝚎𝚛𝚝𝚎𝚜, 𝚖𝚎𝚗𝚌𝚒ó𝚗 𝚊𝚕 𝚜𝚞𝚒𝚌𝚒𝚍𝚒𝚘 𝚢 𝚖𝚞𝚌𝚑𝚘𝚜 𝚝𝚛𝚊𝚞𝚖𝚊𝚜.

No sabía cuánto había pasado desde que abandone ese lugar.

He estado yendo de un lugar a otro sin esperar nada mas que la muerte, pero parece que tope con mala suerte y nadie quiere aparecer.

En el momento en que empecé a salir de mi ciudad, e irme a lugares más lejanos y profundos supe que era un adiós definitivo.
Nunca voltee, tampoco me arrepentí. Y dejar el cuerpo de Oda ahí tirado me daba un mal sentimiento, ¿Pero por qué preocuparme por ello? Él fue obligado.

Debía al menos tener algo de simpatía humana, pero era imposible.

"Qué pasaría si..", rondaba por mi mente. Un universo en donde Oda no hubiera muerto, ¿Aún así me lo hubiera dicho? Posiblemente no.

Oda estaba tan apegado a las órdenes, y su mayor orden era estar conmigo en todo momento. Cosa que hizo, disfrazándose como mi amigo.

-¿Pero, por qué..?- Aún tenía esa pregunta en mi mente.

Mori le había dicho de cuidarme: ¿Por qué?

Oda lo hizo, pero se convirtió en mi amigo: ¿Por qué?

Ninguna de las preguntas que pasaba por mi mente tenía respuesta alguna. Mori debía estar igual de muerto que Oda. Jamás tendría oportunidad de confrontarlo, pedirle una explicación de todo esto.

Estaba solo.
.
.
Siempre lo estuve.

Elise era buena niña, pero no funcionamos para ser familia o convivir.
Mori era un desgraciado de primera, ni siquiera debía de llamarlo "papá.

Oda fue contratado. Y Ango parecía odiarme cada que estábamos juntos pasando el rato.

Mis compañeros de medicina solo me buscaban cuando lo necesitaban. Algún trabajo, útil escolar o porque era "guapo".

Estuve solo desde mi primera respiración, y posiblemente así sería hasta mi muerte.

Mi estómago rugió, sacándome de mis pensamientos.
Para mí suerte; tenía la mochila que había obtenido antes en aquella tienda.

Morir por hambre era una muerte horrible, lo había intentado hace meses atrás y fue lo peor.
Morir así no está en mis planes.

Saque dos manzanas, estaban algo golpeadas pero se veían bien.

Una manzana, junto con un paquetillo y un poco de agua bastaban para sobrevivir unas tres horas más.

Me senté a un lado de un cuerpo a comer.
La calle era silenciosa, no había otro rastro humano además de mi.
El cuerpo a mi lado era un chico, parecía ser extranjero y tenía una expresión de miedo.

Le dí un fuerte mordizco a la manzana para soltar una suave risa.

Todas las personas que había visto muertas por el camino tenían esa misma expresión. Ellos realmente no querían morir, ¿Pero y qué? ¿Querían vivir solo porqué sí?

Los seres humanos somos como una hoja de papel, puedes doblarla, cortarla, quemarla y será fácil manipularla.

¿Y ellos esperaban tener suerte para salir volando lejos y escapar de su destino?
Daban risa. En un mundo así no puedes sostenerte de Dioses, destino o esperanza. Debes pelear y saber sobrevivir; y si, es tu turno, acéptalo.

𝑩𝒓𝒂𝒔𝒂𝒔 𝒅𝒆 𝒖𝒏 𝒏𝒖𝒆𝒗𝒐 𝒂𝒎𝒂𝒏𝒆𝒄𝒆𝒓||𝑫𝒂𝒛𝒂𝒊 𝑶𝒔𝒂𝒎𝒖Donde viven las historias. Descúbrelo ahora