CAP. 1: Inicio

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FABIAN:

Me desperté con el sonido del despertador, un ruido que siempre me recordaba lo rápido que pasaba el tiempo. No me gustaba levantarme tarde; sentía que el día se me escapaba si lo hacía. Así que, como siempre, me obligué a salir de la cama, aunque fuera solo para enfrentarme a la rutina.

La ducha siempre era mi refugio, el lugar donde podía pensar sin distracciones. El agua caliente corría por mi piel, llevándose con ella el sueño y algo más profundo, una especie de peso que nunca lograba quitarme del todo. Hacía bastante tiempo que no salía con nadie. No es que no lo quisiera, simplemente me había acostumbrado a mantener distancia. Había aprendido a evitar sentir todo tipo de atracción por alguien, como si así pudiera protegerme de algo que no quería revivir. La última vez que me había permitido sentir de verdad, había terminado mal, y la cicatriz aún seguía ahí, invisible pero presente.

Mientras el vapor llenaba el baño, me quedé pensando en cómo había llegado a este punto. Había momentos en que me preguntaba si esa barrera que había construido alrededor de mi corazón era realmente necesaria o si simplemente me estaba privando de algo que podría ser bueno. Pero el miedo a ser lastimado nuevamente siempre terminaba ganando, y prefería seguir mi camino sin complicaciones.

Salí de la ducha, sintiéndome un poco más despierto, pero no menos pensativo. Me vestí con el mismo uniforme de siempre, y al verme en el espejo, vi a alguien que, a pesar de las apariencias, se sentía más perdido de lo que quería admitir. "Es solo un día más", me dije, intentando convencerme de que todo seguiría igual, como siempre. Pero algo en mi interior me decía que eso estaba por cambiar.

Con esa sensación extraña aún en mi pecho, salí de mi departamento, sin saber que ese día, todo lo que creía tener bajo control estaba a punto de dar un giro inesperado. Iba a conocer a alguien que haría tambalear esas paredes que había levantado con tanto cuidado.

Al salir de la ducha mi telefono empezo a sonar el ver el nombre de Josh estaba en la pantalla.Él siempre estaba lleno de energía, siempre tenía un plan o una fiesta en mente, y yo, bueno, yo prefería mantenerme al margen.

—¿Qué pasa, Josh? —dije mientras respondía, mi voz ronca aún por el sueño.

—¡Fabian! ¿Estás listo para tu primer día de preparatoria? —La emoción en su voz era contagiosa, pero yo solo podía sonreír con resignación.

—Supongo. —Dije mientras me dirigia a la puerta —. ¿Por qué tan temprano?

—Pensé que podrías pasar por mi para que vayamos juntos. ¡Vamos, hermano! Será divertido. Además, ya sabes que hay que causar una buena impresión el primer día.

Josh siempre tenía esa mentalidad. Para él, la preparatoria era como un gran escenario donde cada día presentaba una nueva oportunidad para impresionar, para socializar, y claro, para conocer chicas. Pero para mí, la idea de volver a abrirme a alguien, de sentir algo por otra persona, era como jugar con fuego. Había aprendido a cerrarme, a mantener una distancia segura. Era más fácil así, menos doloroso.

—No sé, Josh. No estoy seguro si tengo ganas de socializar tanto hoy.

Hubo un breve silencio al otro lado de la línea, algo raro en él, y luego respondió con una risa ligera.

—No te preocupes. Solo pasaremos el rato, como siempre. No te pido que te lances a los leones. Solo que vengas conmigo. ¿Qué dices?

Suspiré, sabiendo que no tenía muchas opciones. Josh podía ser persistente cuando se lo proponía, y aunque yo prefería evitar los dramas que a menudo acompañaban su estilo de vida, él seguía siendo mi amigo.

Atardecer EfímeroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora