CAP. 17: Juntos

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Llegar a casa después de esa aventura en las montañas siempre era un alivio. El cálido abrazo del hogar me envolvía, disipando cualquier rastro de cansancio que pudiera haber acumulado durante el viaje de regreso. Mi madre estaba allí, esperándome con una sonrisa cariñosa en el rostro.

-¡Deisy! ¿Cómo fue el viaje?- preguntó mi madre con entusiasmo, sus ojos brillando con curiosidad.

La imagen de Fabián, su sonrisa reconfortante y sus ojos llenos de ternura, se filtró en mi mente, trayendo consigo una oleada de emoción y gratitud. Pero decidí guardarme esos detalles para mí misma. Mi madre no necesitaba saber sobre él... aún.

-¡Fue increíble, mamá!- respondí con una sonrisa radiante, tratando de ocultar mi verdadera emoción. -Exploramos las montañas, hicimos caminatas y compartimos momentos realmente especiales-.

Mi madre asintió con satisfacción, sus ojos brillando con orgullo. -Me alegra escuchar eso, cariño-, dijo suavemente, colocando una mano reconfortante sobre mi hombro. -Es importante aprovechar cada momento y crear recuerdos que atesorarás para siempre-.

Asentí con gratitud, dejando que sus palabras resonaran en mi corazón. -Lo sé, mamá-, respondí, con la promesa silenciosa de hacer precisamente eso. -Y créeme, tuve algunos momentos realmente increíbles con alguien especial-.

Un brillo travieso apareció en los ojos de mi madre, como si supiera más de lo que estaba dispuesta a admitir. -¿Alguien especial, dices?- preguntó con una sonrisa juguetona.

Sonreí, disfrutando del misterio que rodeaba mis palabras. -Sí, mamá-, respondí, dejando que la emoción de esos momentos compartidos con Fabián me llenara el corazón. -Alguien muy especial-.

Mi madre me miró con ternura, como si pudiera ver a través de mis palabras y entender el verdadero significado detrás de ellas. -Me alegra que hayas tenido una experiencia tan maravillosa, cariño-, dijo suavemente, su voz llena de amor y complicidad. 

Después de ese reconfortante encuentro con mi madre,mientras me acurrucaba en mi habitación esa noche, me sumergi los recuerdos del viaje aún danzaban en mi mente, especialmente los momentos compartidos con Fabián.

Me encontré reviviendo cada sonrisa, cada mirada cómplice y cada risa compartida. ¿Qué significaban esos momentos? ¿Qué camino estábamos trazando juntos? La incertidumbre se mezclaba con la emoción en mi corazón, creando una maraña de sentimientos que apenas podía entender.

Cada sonrisa, cada abrazo y cada mirada han tejido un vínculo especial entre nosotros, uno que trasciende la simple amistad. Nos hemos apoyado mutuamente, compartiendo risas y confidencias, creando recuerdos que atesoro profundamente en mi corazón.

A medida que avanzamos en esta nueva etapa de nuestra relación, me encuentro cada vez más apegada a Fabián. Nuestra conexión se ha fortalecido con el tiempo, y aunque no hemos etiquetado nuestra relación formalmente como novios, nuestras acciones y emociones hablan más fuerte que las palabras.

Cada gesto de cariño, cada momento de complicidad, me recuerda que Fabián y yo estamos en este viaje juntos, explorando lo que significa amarnos y cuidarnos el uno al otro. Aunque no sé qué depara el futuro, estoy segura de una cosa: estoy profundamente enamorada de Fabián y haré todo lo posible para preservar y nutrir este vínculo especial que compartimos.

Estaba disfrutando de una agradable conversación con mi madre cuando mi teléfono comenzó a sonar. Al ver que era la señora Carol, mi antigua empleadora, una mezcla de nostalgia y emoción me invadió. Después de todo, había pasado mucho tiempo desde que había cuidado a sus hijos.

-¡Hola, señora Carol! ¿Cómo está?- contesté con una sonrisa, recordando los buenos momentos que había pasado con la familia.

-¡Hola, Deisy! ¡Qué alegría escuchar tu voz!- respondió la señora Carol con entusiasmo. -Espero que estés bien. ¿Tienes planes para esta noche?-

Atardecer EfímeroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora