El corazón me martilleaba en el pecho mientras caminaba junto a Fabián por las calles iluminadas por la luna. Aunque la pelea con Mathias había terminado, aún podía sentir la adrenalina corriendo por mis venas, recordándome la intensidad del momento que habíamos enfrentado juntos.
Fabián y yo nos habíamos refugiado en un pequeño café después de la pelea, buscando un lugar tranquilo donde pudiéramos procesar lo que acababa de suceder. Nos sentamos uno frente al otro en una mesa apartada, sumergidos en un silencio cargado de emociones.
-¿Estás bien?-, me preguntó Fabián, su voz suave y preocupada mientras me miraba con ojos llenos de preocupación.
Asentí con un suspiro, tratando de calmarme mientras luchaba por encontrar las palabras adecuadas para expresar lo que estaba sintiendo. -Sí, estoy bien. Solo... todavía estoy procesando todo lo que pasó- respondí honestamente, mis manos temblando ligeramente sobre la mesa.
Fabián me miró con comprensión, su expresión suave y reconfortante mientras extendía su mano para tomar la mía. -Estoy aquí para ti, Deisy. Siempre lo estaré-, dijo, su voz llena de sinceridad mientras me miraba a los ojos.
Sus palabras me reconfortaron más de lo que podría haber imaginado, y me sentí agradecida de tenerlo a mi lado en ese momento de necesidad. Sin pensarlo, me incliné hacia adelante y lo abracé con fuerza, buscando consuelo en sus brazos.
Fabián me devolvió el abrazo con ternura, sus brazos fuertes envolviéndome con seguridad mientras me permitía desahogar todas las emociones que había estado guardando dentro de mí. Era un momento de conexión profunda y honesta, uno que me recordaba lo afortunada que era de tenerlo en mi vida.
Después de un rato, nos separamos, nuestros ojos encontrándose en un silencio cargado de significado. Sabía que había algo especial entre nosotros, algo que iba más allá de las palabras y las acciones. Era un lazo inexplicable pero innegable, uno que me llenaba de una sensación de calma y certeza en medio del caos que había estallado a nuestro alrededor.
-Gracias, Fabián-, susurré, mis ojos brillando con gratitud mientras le sonreía. -Por estar aquí para mí, por protegerme, por ser quien eres.
Él sonrió de vuelta, su mirada suave y llena de amor mientras acariciaba mi mejilla con ternura. -Siempre, Deisy. Siempre estaré aquí para ti-, prometió, sus palabras llenándome de una sensación de seguridad y calidez que no había sentido en mucho tiempo.
A medida que la noche avanzaba, nos encontramos frente a un hermoso parque iluminado por la luz de la luna. Nos detuvimos allí, dejando que la tranquilidad del entorno nos envolviera mientras nos sentábamos en un banco cercano.
Miramos las estrellas juntos, perdidos en la belleza del momento y la compañía del otro. No había necesidad de palabras, porque en ese momento, nuestras almas se entendían sin necesidad de explicaciones.
Entonces, sin previo aviso, Fabián tomó mi mano con ternura y me miró a los ojos con una expresión llena de sinceridad. -Deisy- , dijo suavemente, su voz resonando con emoción, -quiero que sepas que eres la persona más especial que he conocido. Estoy agradecido por cada momento que pasamos juntos, y no puedo imaginarme mi vida sin ti.
Sus palabras me conmovieron profundamente, y me di cuenta de que sentía lo mismo. Me incliné hacia él, dejando que nuestras manos se entrelazaran mientras nos mirábamos con amor y gratitud.
-Fabián-, murmuré, mi voz llena de emoción, -Tú también significas mucho para mí. Eres y siempre serás mi chico perfecto,no se que haria sin ti. no puedo imaginar mi vida sin ti.
Nos quedamos allí juntos, sumergidos en el abrazo cálido de la noche, sabiendo que estábamos unidos por algo más que solo el amor. Éramos almas gemelas, destinadas a estar juntas.
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Atardecer Efímero
RomanceFabián es un chico que va en el primer año de bachiller, en su primer día de clases conoce a Deisy una chica bondadosa la cual no tuvo buenas experiencias con sus anteriores relaciones amorosas, pero aún así cree en el amor. Ambos conectan apenas se...