CAP. 4: Un atardecer contigo

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Deisy:

El sol escondiéndose, dándole paso a la luna de poder brillar eran una de mis cosas favoritas,  me lleva a una paz infinita un hermoso trance en donde solo soy yo conmigo misma. Mientras caminaba por el parque. Las hojas crujían bajo mis pies y el aire fresco de la tarde me envolvía, pero mi mente estaba lejos de todo esto, centrada en los eventos del día.

Había pasado una tarde maravillosa con Fabián. Nos habíamos reído, compartido historias y descubierto que teníamos mucho en común, él se había vuelto un amigo muy especial a pesar de conocerlo muy poco tiempo le llegue a tener un gran aprecio, pero había algo más, algo que no podía dejar de pensar.

—¿Qué es lo que siento cuando estoy con Fabián? —me pregunté en voz baja, casi como si el viento pudiera llevarse mis pensamientos. Había una conexión especial entre nosotros, algo que no podía ignorar sin embargo amaba mucho a mi novio Matius, el chico que era dueño de mis sentimientos, aunque nuestra relación era algo agridulce nuestro amor era inmenso.

Me detuve un momento junto a un banco del parque, mirando el lago reflejar los colores del atardecer. La forma en que Fabián me miraba, la manera en que me hacía sentir tan cómoda y especial... era algo que no había experimentado antes.

—¿Me estaré enamorando de Fabián? ¡¿PERO LO ACABABA DE CONOCER? —pensé, sintiendo cómo mi corazón latía más rápido. Había algo en su sonrisa, en su risa, en la forma en que me escuchaba, que hacía que todo pareciera más brillante y lleno de posibilidades.

El parque estaba casi vacío, solo algunas personas paseando a sus perros o corriendo por los senderos. Me senté en el banco, perdiéndome en mis pensamientos. Recordé la conversación que habíamos tenido sobre música, sobre nuestras bandas favoritas, y cómo todo parecía fluir tan naturalmente entre nosotros.

—¿Podría ser que Fabián sienta lo mismo? —me pregunté, con una mezcla de esperanza y duda. Había algo en su mirada que me hacía pensar que sí, pero no quería precipitarme.

Suspiré, dejando que la brisa acariciara mi rostro. No sabía qué nos depararía el futuro, pero una cosa era segura: Fabián había despertado en mí sentimientos que nunca antes había sentido, y estaba ansiosa por descubrir hacia dónde nos llevaría esta nueva conexión.

De repente, un pensamiento incómodo me atravesó. Mi aniversario con Mathius se acercaba. Recordarlo trajo una mezcla de emociones: responsabilidad, confusión y un ligero toque de tristeza. Mathius y yo habíamos tenido nuestros altibajos, pero este aniversario era importante para nosotros.

Decidí que debía hacer algo especial para celebrar. Mathius siempre había sido un gran fanático del baloncesto, así que pensé en comprar dos entradas para un juego de los Philadelphia 76ers. Sabía cuánto disfrutaba esos juegos y quería que nuestro aniversario fuera especial, que fuera el momento correcto para reconectar.

Después de tomar la decisión en el parque, me dirigí a casa con determinación. Entré rápidamente a mi habitación y encendí la computadora. Mientras esperaba a que cargara, mi mente seguía dividida entre los pensamientos sobre Fabián y Mathius. Era un torbellino de emociones, pero estaba decidida a hacer algo especial para mi aniversario con Mathius.

Abrí el navegador y busqué entradas para el próximo juego de los Philadelphia 76ers. Encontré un juego perfecto que se llevaría a cabo justo antes de nuestro aniversario. Sabía que Mathius estaría encantado. La emoción comenzó a llenarme mientras seleccionaba dos asientos con una buena vista de la cancha. Imaginaba su reacción, su sonrisa de sorpresa y felicidad.

—Esto le va a encantar —murmuré para mí misma, sintiendo una chispa de esperanza. Hice clic en "comprar" y completé la transacción. Las entradas estaban aseguradas.

Atardecer EfímeroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora