Todas las calles de Westeros, hablaban sobre la hija rebelde, la corona rebelde. Y sobre lo que alguna vez soñó. Así como Daenys predijo el final de Valyria, y como Aegon el conquistador predijo el fin de los hombres.
"La canción de hielo y fuego."...
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❝Primera guerra.❞
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AEREA CAMINÓ hacia la fosa, llamó a Cirix y esta salió. Se sentió nerviosa, pero al estar con Cirix, la calmó.
Se montó en ella y voló hacia los Peldaños de Piedra.
Mientras tanto en los Peldaños de Piedra, se discutía en como iban a proseguir. Laenor y Paul les había dado la gran idea de usar a Daemon como carnada, pero Veamon se negó rotundamente, ya que según él, por Daemon estaba perdiendo.
―¡Está llegando un dragón!―se pudo ver a Caxares, volviendo.
Se dejó caer en la gran montaña, Daemon se bajó de Caxares y caminó hacia donde todos estaban. Al llegar se quitó el casco y lo dejó en la mesa.
―Si no toma el control de esta guerra, mi Lord. Los cangrejos pronto harán cena de todos nosotros.
Se quedaron en un silencio, que parecía eterno. En unos minutos de silencio, llegaron algunos soldados. Se acercaron a Daemon.
―¡Príncipe Daemon!―lo llamó―. Traigo noticias de su Majestad, Viserys Targaryen. Primero con el nombre, rey de los santas, los roynas y de los primeros hombres. Señor de lo siete reinos y protector de la tierra―sacó un pergamino y sé lo extendió a Daemon.
Él lo agarró y lo comenzó a leer. Al terminar de hacerlo, se lo devolvió al guardia. Pero sin él esperarlo, agarró su casco y lo empezó a golpear varias veces. Ya después de tantos golpes, la separaron del guardia.
Y sin pensarlo, se fue de ahí.
Paul se acercó al pergamino tirado en el suelo, lo abrió y se dispuso a leerlo.
"Hermano, he ordenado que diez barcos y dos mil hombres salgan de King's Landing, para unirse a la lucha en los Peldaños de Piedra. Aunque el tiempo y la circustancia nos han separado, sabes que no es mi deseo el verte fallar tu camino, es mi deseo que esta ayuda conseguirá la victoria que hasta ahora nos ha eluido. Rezaré a diario a los dioses, por tu regreso a salvo".
Paul suspiró.
―¿Qué le escribió?―preguntó Laenor.
―Nada malo―respondió Paul, extendiéndole el pergamino.
―A veces no se le entiende.
―Creéme que no.
―¡Está llegando otro dragón!
La famosa hija rebelde había llegado al Mar Estrecho. Llegó y bajó del lomo de su apreciado dragón, quedando al lado de Caxares.
Caminó hasta donde estaba Paul y los demás, para ver a un pelinegro feliz. No la veía hace más de tres años y verla ahí parecía irreal.
