Todas las calles de Westeros, hablaban sobre la hija rebelde, la corona rebelde. Y sobre lo que alguna vez soñó. Así como Daenys predijo el final de Valyria, y como Aegon el conquistador predijo el fin de los hombres.
"La canción de hielo y fuego."...
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❝Besáme❞.
[ʚ♡ɞ]
Llevaban rato intentando conseguirle un compormiso decente a Rhaenyra, pero se había hecho un tanto imposible, ya que los que le pedían la mano eran muy viejos o muy pequeños. O simplemente muy vagos o muy engreídos.
―¿Considera a mi bisabuela tan hermosa como dicen?―preguntó Rhaenyra. Aerea sin pensarlo soltó una risa, y todos la miraron.
―Fue... hace medio siglo, princesa―respondió confundido.
―Sí lo fue―al decir eso, muchos en la sala rieron.
―Eso fue inpropio, princesa―le susurró.
―El hombre es más viejo que mi padre. Es inpropio que él se proponga como contendiente de mi mano.
―¡Siguiente!
El viejo se hizo a un lado, y se adelantó un niño. Hizo reverencia.
―Y ahora un niño.
―Los Blackwood son una vieja casa con un formidable ejército.
―Sí, eso lo sabemos. Pero que yo sepa, la princesa está interesada en un Blackwood en específico―dijo Aerea, Rhaenyra le golpeó con su codo, haciendo que se quejara.
―Mi princesa, el nuestro es un vinculo que ha predurado, desde Lucas Blackwood, el abuelo de mi abuelo. Quien acompañó al gran dragón en su conquista...
―Sí, los Blackwood fueron de gran ayuda en esa victoria―interrumpió un hombre. En la sala rieron.
―Llenos de la sangre de los primeros hombres―ignoró el pequeño Blackwood―. Nuestra historia está arriegada en esta tierra. En la que su casa, ha hecho un hogar. Sí me elige como pareja, princesa. Sus días serán simples y sus noches, segura bajo mi proteccióm
―¿Protección? La princesa tiene un dragón, maldito imbécil―todos rieron de nuevo, contando a las platinadas.
―Puede llegar a agradarme―soltó Nyra―. Que pase el siguiente. Para irnos a cenar.
―Ya era hora.
El niño se iba a ir, decepcionado, pero antes de que eso sucediera.
―Cobarde.
El Blackwood, sacó su espada y el otro hombre hizo lo mismo.
―Nos vamos―ordenó la princesa mayor, levantándose.
―Lo que ordene la princesa―dijo Aerea, para seguir a su hermana. Sir Criston las siguió.
―¡Guarden sus espadas, idiotas!
―Avisen al puerto, que el capitán prepare el barco.
―Princesa, nos esperan en otro lugar.
―Con gusto remaría yo sola a King's Landing para así darle fin a este rídiculo desfile.
