》ᴍᴇ ɢᴜsᴛᴀs, ʏ ᴍᴜᴄʜᴏ《

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Cuando terminó la ceremonia todos nos reunimos con nuestros padres, que sacaban fotos y algunos lloraban por la emoción, mamá y papá me arroparon en un abrazo para después comenzar con la sesión de fotos.

Los Kim llegaron a mi lado para felicitarme, deduje que ninguno sabía de nuestra ruptura, pues ambas familias nos pidieron a Jisoo y a mi posar juntas, la miré incómoda para después ponerme a su lado sin expresión alguna, la pelinegra no sabia donde poner su mano, la mantenía flotante al lado de mi cintura con la duda de tocarla o no.

—Una más pegadas, chicas. —El señor Kim nos indicó mirando desde el ojo de su cámara profesional, haciéndonos gestos para acercarnos más—

Jisoo se acercó más a mi, poniendo por fin su mano en mi cintura atrayéndome hacía ella. Trague saliva incómoda y con el corazón acelerado, traté de sonreír y cuando el señor K por fin dijo que tenia la foto perfecta me despegué de la pelinegra bruscamente.

Todos los estudiantes salimos por los pasillos corriendo, tiraríamos los birretes en la salida de la escuela como era tradición. Lisa tomó mi mano y ambas tiramos nuestros birretes en las blancas escaleras de afuera del colegio, confeti dorado empezaron a caer sobre nosotros y todos gritamos victoriosos, lo habíamos logrado.

La familia Kim y mis padres habían decidido llevarnos a Jisoo y a mi a almorzar en un restaurante lujoso para celebrar nuestra graduación, afortunadamente cada familia tenía su auto, no tendría que soportar a Jisoo de camino al restaurante.

Mis padres y yo subimos al coche y arrancamos detrás de los Kim hacia el famoso restaurante. Mi diploma descansaba en mi regazo y yo miraba en la ventana distraidamente. Al parecer hoy, en momentos donde mi mente y yo estábamos solas, ella aprovechaba para recordarme todos lo que viví con mi ex novia.

El recuerdo de como empezamos a comenzar a ser algo invadió mi mente.

5 años antes - Edad: 12 años

Después de aquel sueño mi manera de ver a Jisoo cambió, siempre fui consciente de lo bonita que era, pero ahora su belleza había incrementado a ser irreal. Las mañanas después de las pijamadas me levantaba temprano solo para verla plácidamente dormir, sus facciones relajadas y sus labios entreabiertos eran lo que más me gustaba ver al despertar últimamente. En la escuela los celos incrementaban y tomarla la mano a mi mejor amiga ya no era lo mismo.

Un día desperté sintiéndome totalmente diferente, en la escuela estuve distraída y en el almuerzo comí poco y sin prestarle atención a la discusión sobre el nuevo tinte de la maestra de lengua que surgía en la mesa.

Cuando terminó la escuela directamente entré a casa de Jisoo, donde me quedaría esta noche hasta la tarde mañana sábado. Saludamos y cenamos con los señores Kim, y todo fue tranquilo, hasta que subimos a la habitación de la pelinegra a hacer las cosas usuales en nuestra pijamadas, leer, Jisoo peinando mi cabello, pintarnos las uñas de los pies y comer dulces escondidos en el escritorio de la pelinegra.

Cuando Jisoo me pidió que yo fuera la que la maquillara esta vez ambas nos acomodamos en su cama, la pelinegra acostada mientras yo a su lado ponía polvos y cremas en su rostro. En un punto comenzamos a hablar, hasta que yo le pregunté lo que me había estado carcomiendo todo el día.

—¿Cómo supiste que te gustaban las niñas, Chu? —Jisoo se encogió de hombros—

—Ya te lo dije, Evelyn me besó y lo descubrí.

Asentí aunque no pudiera verme, seguí haciéndole el delineado con una sombra café.

—¿Por qué, Ross? ¿Por qué preguntas? —La pelinegra abrió sus ojos observándome, me incorporé alejándome de su lado nerviosa y simulé limpiar el envase de un hidratante de labios en el filo del colchón—

—Curiosidad.

—¿Estas confundida? —Jisoo me conocía mejor que yo misma— 

Dudé un poco antes de asentir.

—Yo... No sé, tuve un sueño extraño y he estado teniendo nuevos sentimientos, no sé que pensar.

Dejé el frasco a un lado mirando hacia el suelo.

—Esta bien, Ross. —La pelinegra se sentó a mi lado, acariciando mi espalda— Ya verás que luego vas a encontrar la respuesta por ti misma, todo va a estar bien.

Asentí no muy convencida. Después una idea pasó volando por mi mente, alcé mi mirada hacia Jisoo, que me miró confundida.

—¡Ya sé, Chu! —Le tomé la mano, tenia una idea— Ya sé como voy a solucionar esto.

—¿Cómo, Ross? —La pelinegra torció su cabeza sin comprender—

—Bésame, Jisoo.

Mi mejor amiga abrió los ojos sorprendida, yo le tomé de ambas manos asintiendo con la cabeza segura de mi idea.

—Así sabré, Jichu. Tu lo descubriste así, ¿no es verdad? Necesito saber si me gustas o no.

La pelinegra abrió más sus ojos sorprendida por mi falta de filtro al hablar.

—¿Yo... Yo te gusto? —Susurró sin poder creerlo, yo me encogí de hombros—

—Eso es lo que quiero saber. ¿Me vas a ayudar o no?

La pelinegra parecía estar en estado de shock, un ligero sonrojo adornaba sus mejillas y orejas, asintió con la cabeza suavemente insegura, como si en cualquier momento esperara a que yo le dijera que era una broma.

—¡Esta bien! —Me acomodé mejor en la cama para mirarla de frente, la pelinegra se giró también, ambas quedamos frente a frente con las manos entrelazadas— Bésame.

Cerré mis ojos esperando, pero nada llegó, abrí de nuevo para mirar a una pelinegra aún aturdida.

—¿Qué pasa, Chu? ¿No quieres? —Traté de zafarme de sus manos con miedo al rechazo, pero Jisoo las tomó de vuelta—

—Si quiero, Ross. Solo que... Me da miedo no ser lo que esperas.

Torcí la cabeza, ahora yo no entendía. 

—No espero nada, Chu. —Eso pareció poner peor a mi mejor amiga, rápidamente negué a mis palabras pensando en una mejor manera de decirlo— Es decir, nada malo va a pasar, cualquier resultado estará bien, confía en mi.

Ambas sonreímos mirándonos, ya que ella tenia miedo yo tendría que dar el siguiente paso.

—Quédate quieta. —Dije suavemente—

Ambas nos miramos, contemplándonos en silencio, mi mirada se desvió a sus labios y lentamente me fui acercando, nuestros rostros quedaron tan cerca como nunca habían estado jamas, y antes de que pudiera pegar mis labios a los suyos, ella se me adelantó y por fin me besó.

Al ser mi primer beso solo tuvimos los labios pegados, pero ese simple toque hizo que algo explotara en mí, mi corazón y estómago parecían tener una fiesta dentro. Jisoo desenredó sus dedos de los míos para poner sus manos en mis hombros, yo las deje en las piernas de la pelinegra.

En cuanto nos separamos mantuve los ojos cerrados cabizbaja. No había duda, me gustaba Kim Jisoo, mi mejor amiga.

—¿Y bien? —Jisoo acarició mi espalda— 

Sin levantar la cabeza asentí.

—Me gustas, Jisoo. Y mucho.

Cubrí mi rostro con mis manos, ahora lo había arruinado todo, mi amistad con Jisoo no seria igual por mi capricho. La pelinegra interrumpió mis pensamientos cuando una suave mano se posó en mi mentón haciéndolo levantar, abrí los ojos para encontrarme con los ojos brillantes de mi mejor amiga, una sonrisa con forma de corazón adornaba su rostro.

—Es un alivio, Ross, porque tu también me gustas, y mucho.

Abrí los ojos sorprendida, y antes de que pudiera decir algo Jisoo volvió a unir nuestros labios en nuestro perfecto segundo beso.

Tonight ~Chaesoo~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora