》ɴᴀᴅᴀ ǫᴜᴇ ᴇsᴄᴏɴᴅᴇʀ《

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—¡Y luego Jisoo miró horrorizada a Rosé cuando terminamos de explicarles como se tenian los bebes! —La señora K no pudo aguantar más la risa y todos soltaron la carcajada—

Me removí incómoda después de escuchar la historia con lujos y detalles de como les habíamos dicho que eramos novias, Jisoo ocultaba su rostro con una de sus manos, ambas no podíamos soportar escuchar esa historia, mucho menos hoy.

—¡Dios! Fue tan divertido ver como al otro día Jisoo fue a recoger a Rosie a casa para ir a la escuela, mi esposo no dejaba de torturarla mirándola amenazante desde la cocina. —Mamá reía escandalosamente— Jisoo temblaba como gelatina en el sofá.

De nuevo todos estallaron en carcajadas, Jisoo doblaba una servilleta con las mejillas sonrojadas, aguanté también la carcajada que quería soltar recordando ese día.

—¡Tuve que abrazar a la pobre antes de que se fueran a la escuela o sino ahí mismo le terminaba a mi hija! —Mi papá dijo en medio de la carcajada, todos rieron aun más fuerte, recosté mi cabeza en mi mano avergonzada—

—Iré al baño. —Dije para después levantarme, nadie en la mesa me prestó atención, estaban más ocupados burlándose de nosotras—

Caminé hasta el baño donde me mojé las manos con agua fría, saqué mi teléfono y contesté los mensajes de Lisa para hacer tiempo y no volver a la mesa por un buen rato. Jisoo apareció en la puerta del baño, una sonrisa pequeña adornaba su rostro. No le presté atención y seguí mirando mi celular recostada al lavado, la pelinegra mojó sus manos también y luego suspiró.

—Siempre hacen eso, ¿no? Les encanta avergonzarnos. —La pelinegra me miró con una sonrisa sin dientes tratando de comenzar una incómoda charla—

—No intentes hacerte la graciosa, Kim, te dije que no me volvieras a hablar.

Estaba decidida a volver a la mesa que a quedarme con la pelinegra, pero su mano en mi muñeca me hicieron detenerme.

—Ya Roseanne, ¿seguirás enojada por lo de esta mañana? No es para tanto. —Soltó mi mano y se cruzó de brazos, claramente comenzaba a frustrarle todo esto— Lo siento, ¿bien? No quise hacerlo, ella llegó a casa y una cosa llevó a la otra, soy humana, es normal, no soy de hierro.

Me enfrenté a ella acercándome más con la cara roja de enojo, ¿enserio iba a comenzar con el discurso de "la carne es débil"? No lo podía creer.

—Cierra la boca si lo único que sale de ella son estupideces, siempre dices cosas sin sentido como esas cuando cometes un error, ¿tanto te cuesta aceptarlo? ¿Tan difícil es aceptar las consecuencias de lo que haces?

Ambas comenzábamos a enojarnos, Jisoo me miraba con las mejillas sonrojadas y los puños cerrados.

—¿Ah si? Hablemos entonces de nuestros defectos, perfecto. —La pelinegra puso un dedo indice en mi pecho acercándose aun más— Mejor hablemos de tus celos enfermizos, que en todo lo que llevamos de conocernos siempre fueron las causantes de todos nuestros problemas, como ahora.

Aparté su mano bruscamente de mi pecho, las lágrimas comenzaban a venir a mis ojos, lágrimas de ira.

—No estamos hablando de eso, no tiene nada que ver.

—Yo creo que si tiene que ver, y mucho. —Jisoo se cruzó de brazos mirándome con los dientes apretados, ya veía a donde iba a parar esto— Eres tan insegura, tus celos lo demuestran, cada vez que tenia una chica al lado te enojabas conmigo, como si yo tuviera la culpa, incluso con mis primas o parientes de mi edad, tus celos siempre me excluyeron de probar nuevas cosas porque mantenías creando una barrera a mi alrededor.

—¿Querías experimentar nuevas cosas? ¿Con otras chicas? —Mi voz comenzaba a romperse—

—No lo sé, no tuve la opción de pensarlo. —Dijo irónicamente— 

—¡Entonces que te besaras con otra fue mi culpa! —Dije irónicamente también agitando los brazos— ¡Kim Jisoo no podía pensar por si sola en lo que quería! No eres una niña, Jisoo.

Volví a acercarme a ella rechinando mis dientes.

—No eres una niña que tiene que pedir permiso para romper con su novia, no estas atada a mi, eso no es excusa para serme infiel, si no sabias lo que querías era problema tuyo, no mío.

—¡Si estoy atada a ti, Rosé! —Dijo casi con desesperación, como si se estuviera desahogando— ¡Desde pequeñas yo soy la encargada de cuidarte, yo soy la dura de las dos, eres con la que le confesé a mis padres que era lesbiana y eres mi primer y única novia que conocen y adoran desde la secundaria! —La pelinegra volvió a respirar agitadamente, tomó entre sus manos su cabello y dio vueltas al rededor ordenando sus pensamientos— ¿Crees que nuestros padres estarían felices si termináramos? Ya planean una boda y nietos de nosotras, somos casi una sola familia, ¿no sientes presión por eso? ¿No sientes que nuestra relación es casi obligada ya?

El nudo en mi garganta se hizo más fuerte en cuanto me miró por respuesta.

—¿Obligada ya? O sea que ya no me amas. —En vez de una pregunta salió una afirmación, Jisoo aflojó toda ira en sus ojos y pasó a una triste— ¿Estabas conmigo solo por nuestros padres y tu estúpida promesa de cuidarme?

Jisoo miró hacia el suelo, ambas permanecimos en silencio.

—¿Sabes que, Jisoo? Jódete. No necesito que me cuides, yo puedo sola —Limpié bruscamente una lágrima que rodó por mi mejilla— Parece que he estado sola todo este tiempo de todos modos.

Salí del baño dando un portazo, todos los que estaban en las mesas cercanas se giraron a verme asustados, bajé la cabeza avergonzada y salí del local a tomar aire.

Me apoyé en el carro de mis padres soltando algunos sollozos, todo estaba de mal en peor. Justo ahora me sentía traicionada, Jisoo parecía haber explotado, como si todo lo que había dicho hace un momento lo estuviera reteniendo toda su vida.

—Ya no me quiere. —Susurré mientras caían más lágrimas por mis mejillas, Jisoo lo había dejado de hacer desde hace mucho, ya no había nada que esconder—

Tonight ~Chaesoo~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora