—Claire, mírame —Leon le pidió tomándola por la barbilla con cuidado—. Mírame. ¿Qué ves?
—A ti —la pelirroja respondió acongojada.
—Ajá. Y no soy un cadáver, ni un zombi, ni estoy moribundo... Tan sólo soy un depredador de mujeres —afirmó divertido.
—¡Deja eso ya de una vez! —le ordenó enfadada.
Trató de levantarse, pero él la rodeó con un brazo y la apretó más a su cuerpo. Ambos se miraron fijamente en silencio.
—Gracias por preocuparte por mí —le dijo con una sonrisa sincera.
Claire tragó con fuerza sintiéndose incapaz de responder.
—¿Sabes? Desde que tú y yo sobrevivimos juntos en Raccoon, me tomarás por loco o por tonto, pero siempre he creído que... no sé bien cómo explicarlo... que tú y yo nos pertenecemos el uno al otro —confesó con sencillez—. Es como si mi vida no pudiera estar completa sin ti, y la tuya no pudiese estarlo sin mí. —Negó entristecido con la cabeza—. No me hagas caso, estoy diciendo tonterías. Espera, te ayudaré a levantarte.
Las lágrimas que brotaron por el rostro de Claire ya no eran salvajes ni impetuosas, sino que fluían serenas como un río tranquilo. Acarició el rostro masculino con suavidad sin dejar de mirarlo a los ojos, y se acercó a él lentamente hasta rozar sus labios con un beso dulce y entregado. Ambos se besaron como dos adolescentes tímidos e inexpertos descubriendo el amor por primera vez.
—Anda, levanta, porque voy a acabar depredándote —le aseguró seductor.
—¡Leon, por favor! ¡Este no es momento para bromas! ¡Te he creído muerto! ¡Muerto! ¿Me entiendes? —le reprochó angustiada mientras se ponía en pie y tiraba de su mano para que la siguiera.
—¿Quién está bromeando? —preguntó con una sonrisa malvada abrazándose a ella por la espalda—. Claire... Desde que te conocí, siempre he soñado contigo, sólo contigo —le susurró enamorado al oído.
—Pero haces 'submarinismo' con otras mujeres —le reprochó del mismo modo.
Él soltó una risa divertida.
—Puede, pero si tuviese que hacerlo contigo, haría el amor, no 'submarinismo'.
—¿Tú... me quieres? ¿Podrías decirlo? ¿Podrías decir que me quieres? —le preguntó escéptica.
—¿Podrías decirlo tú, Claire Redfield? ¿Podrías decir que me quieres? Jamás has demostrado sentir nada por mí, absolutamente nada.
—Te quiero —susurró tan bajito que él casi no pudo escucharla.
El rubio depositó suaves besos en el cuello desnudo femenino incendiándola por completo, tanto, que ella exhaló excitada con fuerza.
—¿Estás segura?
ESTÁS LEYENDO
𝓔𝓝 𝓜𝓘𝓢 𝓢𝓤𝓔Ñ𝓞𝓢
FanficClaire Redfield vive obsesionada por dos frases: una pronunciada por una mujer exuberante perteneciente a los SWAT y la otra por el hombre a quien ama en secreto desde hace siete años. "¿Podríamos volver a hacer submarinismo juntos?" "Será un pla...