Claire era presa de los nervios. Llevaba casi cuatro días en Washington DC, viviendo en el piso de su hermano y él todavía no había podido proporcionarle la información que buscaba, hecho que hacía pensar a ambos que el asunto era realmente importante. Leon no tenía ni idea de que ella estaba allí ni de lo que estaba haciendo, y Chris le había contado que él se mostraba más frío que un témpano de hielo, que actuaba como si al salir del trabajo no tuviese vida personal ni le importara.
La pelirroja le había confesado todo lo que ambos habían compartido en las islas Hawái, y al capitán por poco no le había dado un colapso. Podía entender que su hermana tuviese pareja, relaciones esporádicas o lo que demonios fuera —tampoco quería entrar en detalles, pues asumía que ella era adulta y tenía su vida y sus propias necesidades, al igual que él—; lo que le costaba asimilar era que ella le hubiese pedido ayuda para lograr que otro hombre se la arrebatara, que es lo que no podía evitar sentir por muy absurdo que fuese. Y para hacerlo peor, ese hombre era su propio compañero de trabajo, quien parecía no ser capaz de tener más sentimientos que una piedra.
Le entraban ganas de pedir explicaciones al agente con un buen puñetazo en la mandíbula por haberla abandonado, y tenía que contenerse a todas horas y fingir que la sangre no le hervía en las venas. Y luego estaba el maldito anillo de boda que él llevaba en su mano izquierda... No había comentado nada a Claire sobre ese asunto porque no quería hacerle más daño pero, ¿qué cojones significaba ese maldito anillo? ¿Él había estado casado? ¿Cómo? ¿Cuándo? ¿Por qué? ¿Y por qué no se lo había quitado si ya no lo estaba, si es que realmente no lo estaba? ¿Y por qué su hermana aceptaba algo tan ofensivo?
Leon se mostraba como un agente modélico, demasiado modélico: equilibrado, meticuloso, impasible, frío, implacable... Si los agentes en formación habían comenzado a temer a Chris por su carácter arrollador, infatigable y por su fuerza brutal, Leon los acojonaba por su increíble habilidad, por su mente afilada e infinitamente ágil, y por sus exageradas inflexibilidad e intolerancia frente a las negligencias; prefería trabajar solo y se notaba. Aunque trabajando en equipo era un perfecto compañero que jamás dejaba a nadie atrás. Juntos eran una fuerza imparable e imbatible, tanto, que nada más comenzar su formación, sus 'alumnos' se habían propuesto aliarse para derrotarlos en una maniobra fuera como fuera y costase lo que costase.
Aquella tarde, el moreno entró en su piso y, cuando se sentó junto a su hermana en el sofá de la sala de estar, la miró conmocionado; parecía haber recibido una información, haber descubierto algo o haber escuchado algo que lo había sacudido hasta los cimientos.
Su hermana lo observó aún más nerviosa.
—¿Qué te pasa? —le preguntó temiendo recibir una noticia terrible, la muerte de algún conocido, incluso.
—Ya sé la verdad, toda la verdad —él respondió mirándola fijamente como si aún no pudiese creer aquello que había descubierto.
—¿Tan malo es? —quiso saber angustiada.
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𝓔𝓝 𝓜𝓘𝓢 𝓢𝓤𝓔Ñ𝓞𝓢
FanficClaire Redfield vive obsesionada por dos frases: una pronunciada por una mujer exuberante perteneciente a los SWAT y la otra por el hombre a quien ama en secreto desde hace siete años. "¿Podríamos volver a hacer submarinismo juntos?" "Será un pla...