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El Camila se conocía por ser estricta, así que cuándo los estudiantes guardaban las leches del desayuno para lanzársela entre ellos en la salida y que la hora de ir a casa se volviera un infierno, ya que tenías que correr por tu vida o más bien dicho para que no te pegaran una leche.

El director más terrorífico Black  se ponía en la puerta con el policía a ver qué nadie salga de la escuela con una leche. ¿Y saben qué pasó? Ese mismo día se armó una guerra de leche, está vez dentro de la escuela y le pegaron una justo en la cabeza al director. ¡Jjjjjjj!

Al día siguiente el director pasó aula por aula diciendo:

- Hoy vendrán unos técnicos del ministerio por favor compórtense.

Y justo ese día como era de esperar ya que siempre habían peleas desde que comenzó el año, justo cuando llegaron los técnicos... ¡puf! Se armó la pelea del año, todos corrieron a verla y cuándo esa pelea paro comenzó otra al otro lado de la escuela. Todos estábamos gritando y corriendo. Y si las peleas fueron mucho, también hubo una guerra de leche de un pabellón al otro, el director quería que se lo tragara la tierra de la vergüenza.

Después de lo ocurrido dejaron de dar la leche por un tiempo, ¿pero saben que hicieron los estudiantes?
Tiraban mango verdes de una árbol que estaba afuera, cuándo ya no avían mangos se tiraban piedras o arena. No se cuál era la diversión de tirarse cosas a la hora de irse a casa, pero se que corría por mi vida.

Mi vida en el Camila Donde viven las historias. Descúbrelo ahora