Capítulo 15

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El fin de semana había sido un nuevo descubrimiento para Max.

Ahora que podía desahogarse con cus amigas, descubrió que estar clandestinamente enamorada de Jane no era tan malo.

Bueno, la realidad era una mierda, pero ella no podía evitar sonreír al pronunciar su nombre y sus amigas a sentir náuseas cada vez que lo hacía.

(Por amigas hablamos de Madison y Robin, pues Beverly vivía la vida feliz y tranquila)

El lunes todo iba bien. Estaba con sus amigas caminando directamente a su casillero, pero cuando intentó abrirlo, este no la dejaba.

-Intenta otra vez.- le dijo Robin, y Max volvió a introducir la combinación, pero no se abría.

Estaba segura de que era el suyo, lo había sido durante dos años. Le dió unos cuantos golpes a la puerta y esta no parecía querer ceder. Ya iba a ser la primera clase y su tarea de inglés estaba en el casillero.

Al final tuvo que desistir y fue hasta la clase. El profesor le restó puntos y ni se tomó el tiempo de escuchar su excusa. Ella apretó los dientes, el día no podía empeorar.

Milagrosamente, ningúna de las chicas plásticas la habían molestado aún. Esperaba que lo hicieran, ya que quería ver a Jane.

Después de las primeras clases, al tomar su mochila las dos cuerdas se rompieron y le quedó colgando de la espalda.

-¿Pero qué...?- comenzó a protestarle al aire, pero observó cómo Mike y Nick chocaban los cinco disimuladamente antes de irse del salón. Miró las correas y era obvio que alguien las había cortado, así que tuvo que llevar la mochila con las manos.

-Creo que lo del casillero fueron ellos. murmuró Madison, un poco enfadada también.

Ya le habían informado al conserje y este había logrado abrir el casillero. Alguien manipuló la cerradura para cambiar la combinación de apertura, así que Max tuvo que buscar otro.

Llevó los libros junto con sus amigas a un nuevo casillero. Lo abrió, introduciendo la nueva contraseña, mientras a lo lejos contemplaba cómo Mike se burlaba.

Sus amigas la habían ayudado a traer todos los libros y sus cosas, pero ya que tenían clases diferentes tuvieron que retirarse, disculpándose con la ojiazul.

Max fue guardando casa libro, sin poder que tuviera tantos.

Fué casi una sorpresa cuando escuchó el ruido de unos pasos acercándose y al levantar el rostro se encontró con Jane.

Ella vestía una blusa y una falda, al igual que siempre. Se había detenido, observando con asombro a la pelirroja. Max no retuvo la sonrisa que se le formó en los labios, mirándola con una cara boba.

Jane, después de permanecer un rato sin decir nada y mirar a Max con la boca entreabierta, de sonrojó y carraspeó secamente.

-¿Qué haces aquí?- preguntó, tan autoritaria como siempre, la chica de ojos chocolates.

Max frunció el ceño hacia el chico que las observaba con cautela, parecía estar vigilándola.

-Tu querido novio me saboteó el casillero, así que me mudaron a este.- dijo encogiéndose de hombros, sentía muchas mariposas en el estómago.

-Eso suena a algo que haría yo.- dijo Jane arrugando la nariz, y Max no pudo evitar mirarla con felicidad.

Era realmente muy hermosa. Debería ser un delito ser tan adorable y sexy al mismo tiempo. Si dependiera de ella, Jane ya estaría tras las rejas por ese crimen desde hace años.

Rivales ·elmax·Donde viven las historias. Descúbrelo ahora