Capítulo 28

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Max se encontraba tranquilamente sentada en aquel cómodo sofá, mientras esperaba a Jane.

Después de un rato sintió que alguien la vigilaba. Cuando fue a confirmar, cerca del marco de la sala, estaba asomada una pequeña cabecita castaña, observándola.

Parecía querer acercarse, mirándola con los ojos brillantes y repletos de curiosidad. Max quería hablar con ella, era muy linda como para no hacerlo.

-Hola, Aris. Yo soy Max, una... mmm, compañera de tu hermana.- dijo un poco insegura, acercándose a la niña, ella no se movía.

-Me llamo Iris, no Aris.-dijo con la misma vocecita altanera de su hermana. Max hizo una mueca y una sonrisa apareció en el rostro de la pequeña.- Te ves graciosa.

-¿Crees que soy graciosa, Iris?-dijo avanzando paso a paso y la niña sonrió, asintiendo.- ¿Te puedo decir así?

-Sí, me gusta. Me hace sentir bonita. respondió aún con una sonrisa, al ver la manera en que caminaba la ojiazul.

-Tú eres bonita, Iris.- aseguró la chica y los ojos de Iris parecieron iluminarse.

-¿Sí?- preguntó emocionada y comenzó a acercarse también, llevaba a rastras su osito gris en la mano.

-Sí, lo eres y... ¡ahhh!- pegó un chillido cuando tropezó con la alfombra y cayó de espalda, dándose un golpe en la cabeza.- Ay.

Iris comenzó a reír mientras la ojiazul se sentaba. La niña fue hasta las piernas de Max y se sentó en su regazo, mirándola con una mezcla de curiosidad y emoción.

-¿Te estás riendo de mí, Iris?- preguntó Max con diversión, mientras observaba el rostro feliz de la niña.

-Sí, eres muy tonta.- dijo riendo con la lengua entre los dientes y Max casi se desmaya de ternura. Era la misma expresión que hacía Jane.

La niña colocó sus dos manitas en cada mejilla de la pelirroja, acercándose.

-Tus ojos son un poquito grises, pero también muuuuuuuy azules. Parecen ojos de pitufo.

Max sólo pudo reír mientras la pequeña castaña la miraba con intensidad. Sus ojos eran muy hermosos también, pero no tanto como los de Jane.

-¿Te gustan?- preguntó y la niña asintió enérgicamente, aún sin soltarle el rostro.

-A Jane también le gustan, siempre habla de unos ojos azules que la vuelven loquitaaaa.- dijo canturreando y Max se ruborizó. Iris comenzó a reírse emocionada mientras aplaudía.- Y eso hace cada vez que papá le dice tu nombre. - dijo refiriéndose al color rojo en las mejillas de la ojiazul.

-¿Papá? ¿Tu papá me conoce?- preguntó incrédula, con el corazón en la garganta.

-Nop, pero un día quiere hacerlo. Pero yo te conocí primero, ¿verdad?- preguntó y la ojiazul asintió, logrando que la niña sonriera más. Este es mi osito, se llama Cory.- dijo levantando al osito gris. Se había sentado aún más entre las piernas de Max y parecía cómoda, mientras alzaba al peluche.

-Es muy lindo, parece de verdad.- dijo sintiéndose tonta, pero era lo primero que había pensado.

-¡Yo también dije lo mismo!- exclamó la niña, volteando a ver a la chica con adoración en esos ojos marrones. ¡Al fin alguien que entendía!- Vamos a ver qué hace Olivia, está haciendo mi comida favorita.

Se levantó y tomó a Max de la mano, obligándola a pararse y guiándola hasta la cocina.

La pelirroja tenía miedo de que Jane la fuera a retar, pero los ojos marrones de la pequeña castaña la derretían por dentro. Estaba dispuesta a soportar las consecuencias.

Rivales ·elmax·Donde viven las historias. Descúbrelo ahora