Capítulo 30

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Al día siguiente se había despertado con un dolor horrendo por todo el cuerpo, y era una mierda.

Su madre, al enterarse, la había llevado al hospital.

La ojiazul insistía en que no era nada grave, pero al llegar tenía un chichón en la parte posterior de la cabeza, un gran moretón en el hombro y parte de su brazo derecho.

Tuvieron que colocarle un ungüento y unas vendas, pero no era tan grave como para faltar al colegio.

Mientras Max se colocaba una camiseta, miró con una mueca la gran venda que le cubría todo el brazo y parte de su hombro. Parecía mitad momia y estaba segura de que Mike sacaría provecho de aquello para insultarla.

Terminó de vestirse y bajó por la escalera con cuidado. Su mochila colgaba del hombro izquierdo, para así evitarle el dolor.

En la cocina estaban sus padres, desayunando. Le sonrieron cálidamente al verla llegar.

-Buenos días, cariño.

-Buenos días, papá.- respondió, tomando asiento con lentitud mientras tomaba un pan de la cesta de la mesa.

-¿Cómo te sientes, amor?- preguntó su mamá, claramente preocupada.

Max le sonrió.

-Mejor, mamá.- dio un mordisco.- Aunque, me duele un poco.

-¿Segura que quieres ir al colegio?

-Sip.- dijo, restándole importancia.

Después de comer un rato en silencio, su madre la miró con una sonrisa burlona.

-Así que... cuéntanos, ¿cómo fue el accidente de las animadoras?

Max ladeó la cabeza a un lado, pero se limitó a responder, sin entender las segundas intenciones de su madre.

-Se cayeron y yo... bueno, yo salvé a una chica de que se rompiera el cráneo contra el piso.- dijo intentando sonar indiferente, su madre sonrió aún más.

-Aww, que bella es mi niña. ¿Era Jane Hopper Byers? Beverly me contó los detalles.- confesó fingiendo inocencia y Max casi se atraganta con la comida.

-Sí... sí era ella.

-Pero, cariño, me contaste que te llevabas malísimo con esa chica y ahora me llegan con que la salvas, ¿por qué será?- dijo soltando una risa y Max comenzó a sentirse nerviosa.

-Yo... supongo que soy buena persona.

-¿Qué sucede con esa chica, Max? Siempre hablas de ella y sobre cómo te atormenta, pero al hacerlo tienes un brillo en los ojos.- comentó su madre risueña, llamando la atención de su esposo.

-¿Estás enamorada de esa chica?- preguntó un poco confundido mientras doblaba el periódico.

Su hija siempre hablaba de esa tal Jane y lo hacía con tanto entusiasmo y regularidad, que él ya había concluído que estaba enamorada. ¿Por qué no lo admitía y ya?

-¡Papá!- exclamó Max completamente roja, mientras su mamá se reía y festejaba.

-¡Yo lo sabía! Mi hija está enamorada. ¿Cuándo nos presentas a la chica?- preguntó emocionada y Max negó con la cabeza.

-¿Estás de acuerdo con esto?- preguntó la ojiazul, mirando a su padre con súplica. Él se encogió de hombros.

-Los dedos no embarazan, me parece perfecto.- dijo antes de sonreírle y volver a leer el periódico, la mamá de Max seguía riéndose.

-¡PAPÁ!

Este iba a ser un día difícil.

Salió de la casa y corrió todas las cuadras para llegar al colegio. Desde ayer no había visto a Madison, pero le había contado que planeaba quedarse con Ziggy. La pobre estaba muy lastimada y de seguro no asistiría a clases.

Rivales ·elmax·Donde viven las historias. Descúbrelo ahora