♫︎ ℂ𝕒𝕡𝕚𝕥𝕦𝕝𝕠 𝕝

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Antes de empezar esta historia quiero aclarar que está idea No es mía, le pertenece a Florabba y yo hice una que otra modificación.
Ella ya me dió permiso de hacer está historia, ahora sí empezamos.

¿𝙴𝚛𝚎𝚜 𝚖𝚒 𝚌𝚘𝚗𝚌𝚒𝚎𝚗𝚌𝚒𝚊?


Dabi estaba en su habitación, recién eran las ocho de la mañana y el no había dormido nada, la noche anterior le tocó hacer patrullaje nocturno toda la noche

El acababa de llegar a la guardia a eso de las siete de la mañana pues se encontró con un alado aliado. El fue el que lo había contactado, si, más no le caía muy bien que digamos.

Maldita sea, yo quería dormir un rato más.

El pelinegro abrió los ojos de golpe, se sentó en la cama y miro a todos lados—Ya me está afectando la falta de sueño—Se volvió a recostar y su estómago empezó a sonar.

Soltó un suspiro pesado expresando su incomodidad y se levantó de su cama, bajo hasta la cocina y vio a solo tres integrantes de la liga.

No, no, no, ¡No! ¡No te mueras maldito inútil!

Volvió a escuchar esa misma voz, y sacudió su cabeza. Fue lo más silencioso y lento a la cocina, abrio la alacena para prepararse un sándwich

Estaba por sacar el pan cuando kurogiri entra a la cocina—Buenos días dabi—Saludo la niebla—Voy a hacer de desayunar, ¿Quieres algo?—

—si, prepara lo que sea, voy a dormir un rato—Salio de la cocina agitando la mano—Me llamas cuando esté listo—Le dijo desde la sala.

Empezó a caminar hacia la puerta que daba a las escaleras y escucho otra vez esa voz.

Ahora mi parte menos favorita del día, convivir con esas ratas que llamo aliados.

—Me pasa, me pasa...—Se susurro a si mismo el azabache mientras abría la puerta y la cerraba detrás de si—¿Por qué mierda estoy hablando solo?—Se cuestión y empezó a subir escaleras arriba.

Perfecto, me recibe el primer desquiciado.

—Ah... ya cállate un puto rato—Se tocaba la cabeza y vio a Tomura pasar por el pasillo de las habitaciones.

Y encima habla solo.

—Buenos días—Saludo Tomura pasando de largo.

—Buenos días, trapeador—Le regreso el saludo.

¡Chingas a toda tu perra puta verga bomba madre, maldito carbón con patas! ¡¿Cómo que trapeador?! ¡Usted está peor y no le estoy diciendo encendedor!

—Ay... Me dolió esa, conciencia—Entro a su cuarto y se acostó en la cama dispuesto a dormir.

Vamos a ver a qué maniáticos tengo que ver hoy.

Dabi se tapo las orejas con una almohada para tratar de no escuchar más esa odiosa voz.

Un lagarto, un loco y una psicópata...
Lo de todos los días.

𝑃𝑢𝑒𝑑𝑜 𝑂𝑖𝑟𝑡𝑒 [Omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora