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Salió del salón y cerró la puertas, soltó un suspiro de cansancio –Esto no le va a gustar a Kihyun. –habló para sí mismo, caminó en busca del salón de el amante de los peluches para decirle las noticias.

Cuando lo encontró entro a zancadas para decirle "tengo noticias" y salieron del salón para hablar pacíficamente.

– ¿Pasó algo interesante, hyung?

– Pues...

– ¡Wonho, dime!

Wonho lo miró a los ojos, los cuales destellaban de curiosidad y esperanza. Apartó la mirada y soltó un sonoro suspiro. Kihyun impaciente le dió un manotazo en la frente y río de como su amigo acariciaba la zona afectada y hacía una mueca.

– ¡¿Y eso por qué fue?!

– No te apuras a decir lo que tienes que decir. Ya vamos a entrar a clases. – respondió Kihyun desconsideradamente.

– Está bien, pero no lo vuelvas a hacer. – Kihyun asintió rápido y le hizo un ademán para que siguiera. – Pues, lo tiró nuevamente pero su amigo... ese tal...

– ¿Jooheon?

– ¡Ese, si! Lo reprendió. Aún así no vi que lo sacara.

El castaño amante de peluches bajó su mirada, entristecido susurró un leve "gracias hyung" y entró a su salón. Wonho estaba a punto de pararlo pero la alarma que anunciaba el inicio de clases sonó, dió media vuelta y entró a su respectivo salón. Volteó a ver hacía mesas atrás donde el pelinegro se sentaba y lo encontró todavía hundido en sus brazos.

"Algún día, ellos quedaran juntos" pensó el de cabello rojo, se dió la vuelta y por el resto de clases no pensó en nada de eso.

"Algún día, ellos quedaran juntos" pensó el de cabello rojo, se dió la vuelta y por el resto de clases no pensó en nada de eso

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ᴍᴀᴄᴀʀ𝗈𝗇s  「sʜᴏᴡᴋɪ」 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora