ᴇᴠᴇʀʏᴅᴀʏ ᴛʜᴇʀᴇ'ꜱ ᴀ ꜰʟᴀꜱʜ ɪɴ ᴍʏ ʜᴇᴀʀᴛ, ʟɪᴋᴇ ɪᴛ ꜱᴡᴀʟʟᴏᴡᴇᴅ ᴛʜᴇ ꜱᴜɴ; (...)

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ᴇᴠᴇʀʏᴅᴀʏ ᴛʜᴇʀᴇ'ꜱ ᴀ ꜰʟᴀꜱʜ ɪɴ ᴍʏ ʜᴇᴀʀᴛ, ʟɪᴋᴇ ɪᴛ ꜱᴡᴀʟʟᴏᴡᴇᴅ ᴛʜᴇ ꜱᴜɴ;
ꜱʜɪɴɪɴɢ ʀᴀɪɴʙᴏᴡ

𝟏𝟎

ㅡMe sorprende que a estas alturas no te hayas acostumbrado a ir en autobús. ㅡComentó Jisung, probablemente porque estaba agarrándome a su brazo como si la vida me dependiese de ello. Aunque según yo, lo hacía. No puedo entender cómo alguien utilizaría ese transporte del demonio por decisión propia.

Me limité a encogerme de hombros. Jisung soltó una risita, burlándose de mi miedo. Podría haberme molestado, pero no tenía sentido que lo hiciese, ya que entiendo que Jisung solo bromeava. Y que si realmente estuviera asustado, no me obligaría a subir al bus.

Eso me recordó a un instante de hará ya unas semanas, cuando una tarde cuando el Sol comenzaba a esconderse por el cielo, el peliazul propuso que fuésemos a una noria para ver las vistas de la ciudad. Jisung me aseguró que sería divertido, y que ver las luces de Seoul de noche era una maravilla que no podía perderme.

Sin embargo nunca llegamos a subir a la noria. Y todo porque tuve que descubrir mi aparente miedo a las alturas justo en aquel momento.

La idea de estar tan alto me aterrizó demasiado. Y Jisung lo notó sin que yo llegase a decirle nada. Arrastrándome fuera de la cola pese a cuando le insistí que podía intentar subir a la noria. Jisung se negó, asegurando que prefería no subir a esta a que yo pasara un mal rato.

Me cogió de la mano, justo como ahora. Entrelazando nuestros dedos y dejando que un hormigueo recorriese mi nuca. En vez de subir a la noria, Jisung me llevó a un puesto de algodón de azúcar. Comprando para ambos y llevándome a otra atracción de la feria que no incluyese la presencia de alturas.

La verdad es que era la primera vez que me planteaba aquel miedo. Creo que en Edén llegó a ser capaz de no tener miedo absolutamente nada, ni siquiera a mi propia muerte. Más tengo presente que este hecho no es propio del lugar, ya que mi querido compañero de habitación, Christopher, tiene un miedo aterrador a las alturas. Más él sí ha expresado dicho miedo en repetidas ocasiones. Odiando instancias como acercarse a la ventana, bajar cerca de la barandilla de las escaleras, y evitando los balcones del edificio a toda costa.

Y luego estoy yo, que casualmente la noche que escapé a la Tierra por primera vez casi me planteo saltar de un balcón a otro para llegar al salón de baile.

Perdí la cuenta hace tiempo de cuántos días me concedió el destino para poder pasarlos en la tierra junto a él. Lo único que soy capaz de hacer es atesorar todos y cada uno de los instantes en los que algo consiguió asombrarme, en el que conocí algo inimaginable, todo instante que tuve que contener mi respiración cual protagonista de novela juvenil al estar junto a Jisung.

Creo que mis sentimientos eran obvios. Pero no fue hasta mi último día en la tierra que mi mente decidió ser consciente de ellos. Probablemente esto fuese lo más desgarrador de toda mi miserable historia sobre mi existencia en Edén.

Si no fuese obviamente porque soy una criatura de origen desconocido que vive en un mundo enterrado en mentiras y que cuyo epitafio consiste en no cuestionar ni tan siquiera a uno propio.

ㅡ¿Que ronda por tu cabeza que estás tan concentrado? ㅡPreguntó Jisung. A su vez, este extendió su mano libre para accionar el botón de parada del autobús.

ㅡHay tantas cosas que dudo saber explicarlas.

Bajamos del autobús, aún cogidos de la mano. ㅡTenemos tiempo y me encanta escucharte.

ᴅᴇᴊᴀ ᴠᴜ (ᴍɪɴꜱᴜɴɢ) [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora