ᴅᴇᴊᴀ ᴠᴜ (ᴍɪɴꜱᴜɴɢ) [PAUSADA]

ꜰʟᴀᴘᴘɪɴɢ ᴏꜰ ᴛʜᴇ ʙᴜʀɴᴛ ᴡɪɴɢꜱ

ꜰʟᴀᴘᴘɪɴɢ ᴏꜰ ᴛʜᴇ ʙᴜʀɴᴛ ᴡɪɴɢꜱ

𝟗

Recientemente solo hay una cosa en la que consigo pensar cuando estoy en clases.

Antiguamente siempre fantaseaba ideas romantizadas de la vida irreal que leía en los libros de la biblioteca. Formando en mi mente historietas imaginarias que me ayudaban pasar el rato. Siendo el protagonista de todas ellas, tal vez aquel era uno de los motivos por los cuales mi realidad se sentía insuficiente.

Eso o que vivía en un mundo formado por pilares de mentiras.

Aparte de cumplir mi sueño de viajar a otro mundo al igual que el protagonista de cualquier cuento fantástico, sigo esperando algún día llegar a entender el sentido detrás de este desastre dictatorial sectario, llamado Edén.

Sin embargo, reparo en el hecho de que hace tiempo, aprendí que es mejor no romperse la cabeza pensando en temas complejos durante el horario escolar. Ya que lo único que ibas a conseguir sería agobiarte más. Y las clases ya son suficientemente agobiantes como para tener estrés añadido.

Como he dicho, comúnmente mi concentración cerebral suele terminar siendo nula en clase. Llenando mi cabeza de las historias fantasiosas más extraordinarias que podrías llegar a encontrarte en este universo. En mi mente he vivido más de mil vidas distintas, conocido a tantos seres distintos que hasta me cuesta llevar la cuenta de ellos, y explorado mil mundos diferentes. He salvado el mundo, peleado contra monstruos, buscado tesoros y conocido la realidad de no rendirse.

Soñar despierto era una consecuencia de leer que nadie podía evitar. Y de la que nadie te advertía. Sin embargo, me pregunto cómo últimamente mi mente solo acaba divagando sobre una única cosa, repitiendo el patrón a diario antes incluso de que yo me dé cuenta de su repetición.

Apoyando mi codo sobre la mesa y la cabeza sobre mi mano. Me distraigo mirando por la ventana a las nubes que nunca cambian. Pensando en cada momento vivido en la Tierra. Desde nuestro primer encuentro en el bosque, hasta cuando fuimos a patinar hará no tanto.

Había amado cada segundo de cada día vivido en la Tierra. Habiendo conocido mi propio mundo fantástico pese a la falta de magia de este. Dándome cuenta de que hubiera elegido aquella vida sobre cualquier otra con la que hubiera podido llegar a soñar.

Y aún así me pregunto cómo el día donde patinamos juntos se sintió distinto a los demás.

Como por algún motivo al cual no logro dar respuesta, patinar junto a él, con nuestras manos entrelazadas, rondaba mi cabeza mil veces más que cualquier otro instante.

Daría lo que fuera, la vida, la muerte, la infinidad, por vivir permanentemente en ese momento. Repitiendo el recuerdo en bucle hasta conocer cada detalle de memoria. Sonriendo tan bobamente como hago ahora solo al pensar en ello.

Los pensamientos me distrajeron durante toda la mañana. Tanto fue así que casi termino por obviar el incidente que sucedió aquel día. Sacándome de mis pensamientos y dejándome tan anonadado que no volví a pensar en Jisung hasta altas horas de la tarde.

Estábamos en clase de literatura a tercera hora de la mañana.

Eva estaba dando clase acerca de un libro que habíamos tenido que leer de deberes estos últimos días. El libro se llamaba "Frankenstein", y iba sobre un científico loco que creaba un monstruo o algo así. En fin, no había estado prestando mucha atención en clase, pero sí me había leído el libro. No era mi favorito, pero era de los mejores que Eva nos había hecho leer para clase.