Capítulo 1 - Una oportunidad.

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Ciertamente, algunas primaveras podían ser un tanto frías, sin embargo, siempre se lograba encontrar un diminuto rastro de calidez al medio día, cuando los árboles parecían mecerse gentilmente y dejaban caer los coloridos pétalos de sus retoños.

Sin embargo, nada de eso pasaba en aquel glaciar encima de la montaña disfrazado como una secta de cultivación.

El descanso de las nubes parecía estar enjaulado en un bioma totalmente diferente al del resto de los lugares que el líder de la secta Jiang ha visitado en el transcurso de su vida.

Quizás, gran parte de este fenómeno climático podría deberse a la altura y la ubicación de los cimientos de la secta Gusu Lan.

Si no fuera por las flores vivas y frescas que se instalaban en forma de racimo sobre los árboles de las montañas, nadie sabría distinguir la primavera de Gusu Lan de un crudo y frío invierno.

¿Cómo demonios le hizo Wei Ying para aprender a vivir allí?

Jiang Cheng se frotó un poco sus brazos fijándose en que nadie lo sorprendiera teniendo un desliz de debilidad ante las imprudentes ráfagas de viento que se colaban entre las montañas y árboles.

Miró hacia adelante un tanto nervioso.

¿Qué demonios hacía metido allí?

Claramente lo sabía, pero tenía la necesidad de preguntárselo una vez más debido a que cualquier explicación carecería de demasiado sentido una vez que la repasaba en su cabeza.

La secta Gusu Lan realmente debía estar desesperada para pedir su ayuda, y mucho más con un tema como aquel.

Subió unos cuantos escalones más y frente a él se encontró con Lan Wangji quien en aquellos momentos no parecía tener a Wei Wuxian colgándole en el cuello como un extraño collar humano.

Jiang Cheng se inclinó y Lan Wangji lo siguió poco después.

Luego de que ambos si inclinaran junto a aquellos incómodos silencios que no parecían ceder ni con el pasar de los años, Hanguang-Jun comenzó a guiarlo siguiendo el camino escalonado.

—Por aquí —fue todo lo que dijo Lan Wangji sin agregar siquiera un suspiro de más.

¿Cómo le ha ido? ¿Yunmeng Jiang aún no se incendia en llamas? ¿Qué tal su salud? ¿Gracias por venir?

Ja, claramente imposible.

Cualquiera de esas acotaciones que podrían iniciar una pequeña conversación entre ellos dos estaban lejos de suceder, pero Jiang Cheng también era consciente que si la secta Gusu Lan no lo hubiera recibido previamente el segundo jade se hubiera visto obligado a darle al menos una bienvenida en vez de solo guiarlo en un sepulcral silencio.

Guiarlo...

Jiang Cheng apretó un poco sus labios y jugó con Zidian deslizándolo y girándolo sobre su dedo.

Sabía dónde estaba siendo guiado, más bien, hacia quién estaba siendo guiado.

Y ahora es cuando Jiang Cheng vuelve a preguntarse lo mismo.

¿Por qué demonios él? ¿Cuántas personas lo han intentado ya? ¿Acaso no es inútil que él estuviera allí?

Jiang Cheng recordó como todo esto comenzó hace unos meses.

Al principio, como todos los asuntos que se escuchaban en el mundo de la cultivación, lo que pasó no fue más que un pequeño rumor que se difundió entre unos pocos seleccionados de la misma secta Gusu Lan.

Paulatinamente, uno de esos pocos seleccionados fue descuidado, y con ello, incluso uno que otro intrépido discípulo lejano a la familia principal terminó por enterarse, y a esa altura, luego de que un adolescente en todo el apogeo de su descontrolada juventud usara su habilidad para correr la voz entre sus compañeros, toda o la mayor parte del mundo de la cultivación sabía que había sucedido en Gusu Lan.

Lo que él deseabaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora