Always in my heart

Capítulo 5

Louis: No olvides tu ropa de gimnasio Harry, ¡Va a ser divertido!

Harry se remueve incomodo al sentir su móvil vibrar muy fuertemente cerca de su oído, lo toma a ciegas con manotadas torpes de su mesa de noche, viendo por la pantalla principal de que trata su nuevo mensaje, bufa resignado poniéndose de pie y dirigiéndose directo a la ducha y luego al armario.

Desbloquea su celular y responde una carita feliz nada más, esperando que Tomlinson este lo suficientemente actualizado para saber que significa realmente.

Harry: :)

Mientras Harry trata de escoger que ropa parece más de gimnasio en su armario escucha el mensaje de voz nuevo en su celular, pensando al principio que era de su madre, pero no tenía ni una llamada perdida de ella.

Harry era muy consiente que había estado evitando ver a su madre o invitarla a comer en su nuevo hogar con la excusa del trabajo y la facultad, al menos esta semana no deberá lidiar con eso, pero la siguiente sabe que no contara con tanta suerte, en algún punto sabía que querrían entrar en detalles de su nuevo trabajo, salarios y esas cosas; Harry era muy consiente que su padre iba a matarlo cuando supiese que trabaja en una empresa de los Tomlinson, producto de algo tan deshonroso como el lavado de dinero.

Así que sin más demoras reproduce el nuevo correo de voz.

Hola, tal vez ya estés dormido, pero quiero decir que lo siento mucho por no poder responder, estaba tomando una breve ducha

Como si eso fuese posible. - piensa Harry, luego de reconocer la voz de Louis saliendo del aparato.

Eh, bien, buenas noches Harry, espero que siga en pie lo de conocernos, lo de hoy fue genial, ¿Podemos ser no tan profesionales sabes? Descansa

¿Nervioso Tomlinson? - suelta su mente luego de escuchar el tinte de duda en su voz, es extraño ver como alguien que tiene el mundo a sus pies, que sea tan despiadado con sus negocios y a su vez sea tan tímido conociendo a alguien. Irónico.

Luego de escoger un par de pantalones rojos y una camisa a conjunto sin mangas para poder ejercitarse con su dichoso jefe, Harry mete todo a su bolsa de gym.

Se asegura de meter una botella con agua, un par de medias limpias, ropa interior, su gel de ducha y un rodete para su cabello, el cual ya es muy largo, no sabe cómo aun los maestros no le han ordenado hacerse un corte normal.

Un médico con corte de roquero, menuda confianza que he de inspirar.

Camino a paso cansino fuera de mi habitación, escogiendo que playlist conecta más con mí actitud del día.

Me siento como un completo perdedor - pensé.

- ¡Campeón! - Saluda muy alegre Niall sentado en uno de los taburetes altos de la cocina.

Oportuno.

-Te presento a mi novia. - dice señalando a la rubia sentada a su lado, ya en exceso arreglada y muy, pero muy formal.

Como si fuesen a durar.

Arrojó mi mente mientras me disponía a sonreírle amigablemente a la nueva "novia" del irlandés, era así siempre, literalmente todas caían por ese acento extranjero y par de ojos azules, cara de niño bueno que puedes llevar a casa con tus padres, y sobre todo cero tatuajes.

Todas las madres se arrojarían a besarle los pies al pijo.

-Un gusto. - Digo tendiéndole mi mano en un apretón forzado y una sonrisa amigable. - ¿Vas también a Colegio del Rey? - inquiero curioso viendo a mi reloj, sabiendo que no tenía mucho tiempo, pero aun así iniciando una muy corta conversación, ahora que tenía algo más que jefe- empleado con Louis podría darme ese lujo.