ALLISON
←Que se puede ser mejor en la cama de lo que lo fue él→
←Venga, seguro que sabes hacer más que ese simple beso que nos dimos→
¿Qué estaba haciendo? ¿De dónde saqué el coraje para decirle todo aquello?
←Lo único que se es que quiero comérmelo a besos→
-¿Hace cuánto no te bañas? -En serio, ¿A qué vino eso?
-Hace unas horas -A penas podía contener las ganas de lanzarme encima de él.
-Bueno, estaba pensando.... ya sabes -No, no sabía a qué se refería -Mi cuerpo está lleno de agua salada ←¿A caso quiere que me duche con él?→
-¿Quieres bañarte conmigo? -Puse los ojos como platos.-Sí.
-¿Si? -Asentí sonriendo -¿Estás segura?
Lo miré, el me miró, juro que el fuego que desataba nuestros ojos iba a incendiar aquella maldita cabaña.
-¿A dónde vas? -Me asombré cuando ví que se levantaba y subía las escaleras.
-A ducharme ¿Vienes o qué? -Tenía una leve sonrisa en sus preciosos labios.
←¿Subo?→
Mi cuerpo me pedía que subiera pero había algo en mi mente que me decía que esto era un terrible error que en cuanto pasaran cuatro días ya no le volvería a ver.
-¿Sabes qué? Adelante la vida es corta Allison, ¿qué más da si no le vuelves a ver?
No estaba segura de que hubiera dicho aquello y mucho menos en voz alta pero me levanté de aquel sillón decidida a ducharme con alguien que había conocido hace tres días, alguien que había hecho que sintiera los escalofríos más fuertes de toda mi vida.
Al subir las escaleras me encontré con su recámara, había una cama y algunas cosas. Sinceramente me concentré más en la puerta que había a mi izquierda.
Se escuchaba el sonido del agua caer.
Mi corazón, mis pulsaciones iban a mil y no por hora sino por segundos.
Decidí entrar, la bañadera estaba cerrada con una puerta de cristal y solo se veían reflejos de él porque estaba empañada.
Lo primero que hice fue quitarme la blusa, luego el shorts y después vinieron mis bragas.
-Ufff -Solté un suspiro antes de abrir.
Al abrir, lo primero que se me ocurrió fue echarle un vistazo de arriba a abajo. ←Menudo cuerpazo→
Me tomó de la muñeca derecha y me metió dentro, fue un gesto tan rápido que hizo que nuestros cuerpos se quedaran pegaditos, tanto que pude sentir su miembro en mi.
-No creí que fueras a venir -Dijo sonriente mientras me acariciaba los labios con su pulgar. A pesar de que el agua estuviera cayendo encima nuestro, no podía dejar de perderme en sus ojos -¿Qué quieres que haga? Pídeme lo que quieras y lo haré.
-Bésame, muérdeme, incéndiame.
Se quedó un poco sorprendido, créanme hasta yo lo estaba.
Su próximo gesto me enloqueció aún más porque me besó con tanta fuerza hasta que consiguió meter su lengua dentro de mi boca. Le apreté, le apreté fuerte con todas mis fuerzas, no quería dejarle ir.
Acarició mis caderas, el agua corría por nuestros cuerpos. Por un momento entre ese fogoso beso nos miramos.
-Si hacemos esto, no habrá vuelta atrás ¿Estás segura de que después no te sentirás culpable?
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Los siete días de mi vida
RomanceEsas historias, mitos y inseguridades humanas de qué solo se puede amar una vez , no es del todo cierto . La vida me ha demostrado que hay varios tipos de amor: -Está ese amor tierno y compasivo con el que te tomas el té en la mañana. -Está el amor...