¡ dieciocho !

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— Jeongin... ¿qué pasó?

Sin responder, el menor abrazó a Minho, aferrándose a él y escondiendo su cara en el cuello del omega.

— Te amo, Minho.

Yang seguía sollozando, por lo que el mayor se permitió acariciarle el cabello para calmarlo.

— Yo también te amo. Vamos, entra, Innie, debes calmarte, ¿sí?

Ambos se movieron hasta la sala y se sentaron en el sofá. Jeongin se recostó en el regazo de Minho, sintiéndose tan angustiado por la situación que lo único que podía calmarle era unos mimos del pelimorado.

Jeongin no notó cuando Jinyoung había ido a ver qué ocurría, el alfa al ver el escenario decidió no interrumpir y mejor hacerle algo de comer al omega menor ya que supuso que iba sin cenar.

— Innie —llamó, y el rubio volteó su mirada para verle—. ¿Vamos a darte un baño caliente? Así te relajas y luego comes algo.

Terminó por aceptar, ya que una tina de agua caliente siempre le hacía sentir bien y eso Minho lo sabía muy bien. Acompañó hasta el baño al omega, encargándose de llenar la bañera y templar el agua.

— Ya puedes entrar, iré por ropa y una toalla, ¿sí? —el menor asintió en silencio, Lee sonrió apretando los labios y se acercó a besarle la frente— Ya vuelvo.

Con ese simple besito, el corazón de Jeongin se aceleró y se sintió mejor. Sin perder el tiempo, se apresuró a quitarse la ropa para entrar al agua antes de que Minho volviera. Se sentó y abrazó sus piernas, sintiendo que por primera vez en días podía respirar.

El mayor llegó poco después con prensas y dos toallas, tocó antes de entrar y, al oír la afirmativa del otro, lo hizo.

— Papá casi tiene lista la cena —comentó con voz suave mientras se arrodillaba junto a Yang—. ¿Tienes hambre?

Y aunque Minho evitó comentarios al respecto, pudo ver a Jeongin más delgado que antes, con la ropa no lo había notado, pero ahora viendo su espalda, brazos y piernas lo vió.

— S-sí, gracias...

Al ver que Yang sólo se quedaba mirando al frente, sin hacer nada, tomó la iniciativa y le lavó el cabello. No era molestia, él quería verlo bien y lo ayudaría sin importar que era lo que le estuviera poniendo triste. Aunque intuyó que sería algo respecto a sus padres.

Una vez listo, secó con una de las toallas el cabello rubio del contrario y luego le dió la seca para envolver su cuerpo.

— Iré a ayudar a mi papá, te dejo para que puedas vestirte.

Secó su cuerpo, una vez listo se colocó la holgada camiseta y ropa interior, se sorprendió al saber que era propia, ni siquiera recordaba que la había dejado, luego unos pantalones de pijama y ya pudo salir. Había un olor delicioso, mientras más se acercaba al comedor olía mejor.

Al llegar, sólo Minho estaba ahí, sirviendo un vaso con jugo. Y antes de que pudiera preguntar en dónde se encontraba el señor Lee, el omega respondió como si leyera su mente.

— Fue a dormir, ya cenamos, sólo es para ti.

La sonrisa en el rostro del pelimorado le hizo sentir más confiado y finalmente fue a sentarse frente al plato de comida. Minho se sentó junto a él luego de prepararse a sí mismo una taza con té. Jeongin disfrutó mucho de la comida, hacía días que no comía de manera correcta por evitar a su padre.

— ¿Sabes que puedes contarme lo que sea, verdad? —Lee le miró preocupado— Quiero saber qué ocurre, Nini.

— Discutí con mi padre —dijo al fin—. Estoy castigado desde la última vez que te ví... Aunque más bien era un encarcelamiento más que un castigo. Hoy me sentía muy cansado y le dije todo.

— ¿T-todo?

Pudo ver la mirada asustada de Minho y decidió tomarle la mano.— Sí... incluso pensé que iba a pegarme, pero sólo se quedo ahí, sin decir nada, me fui de casa porque sólo quería verte en ese momento. No puedo vivir sin ti, Honnie.

Los ojos del mayor empezaron a picar y sólo pudo abrazar a Jeongin.— Te extrañé tanto, perdóname por todo —sollozó—. No quise lastimarte.

— Yo también te hice daño, no llores.

Jeongin acunó las mejillas del contrario para que le mirase y por fin, después de tanto, pudo probar nuevamente los dulces labios de su omega.

¡ ☁︎ !

Se sintió como un déjà vu despertar en la habitación de Minho nuevamente. Él estaba abrazándole por la espalda, Jeongin podía sentir la suave respiración sobre su cuello y el calor de su cuerpo contra el suyo. Se limitó a acurrucarse y tratar de volver a dormir, aunque su estómago estaba gruñendo, una cena no compensaría días de sólo almorzar.

Agradeció cuando sintió que el mayor se removía detrás de él, estaba despertando.

— Buenos días, bebé.

La voz ronca le hizo estremecer. Volteó para verle y enseguida recibió un beso en la frente.

— Buen día —le abrazó de nuevo—. ¿Sabías que estaba despierto?

— Sí, hasta tu silencio es ruidoso.

— ¡Oye!

Minho rió con su melodiosa voz.— Vamos a desayunar algo.

Yang aceptó gustoso la invitación y no puso ni un pero para levantarse.

Un delicioso aroma inundaba la cocina de los Lee, resultaba que Jinyoung estaba preparando unos hotcakes.

— Buenos días —saludó el alfa—. ¿Tienen hambre?

Ambos omegas afirmaron y se pusieron en marcha para poner la mesa, Minho por su parte preparó un rico café para cada uno.

El rubio se sentía como en casa nuevamente. Una vez que el mayor de los tres terminó de cocinar, colocó en medio de la mesa la humeante montaña de hotcakes y los dividió en cantidades iguales para todos —bueno, más o menos, porque a Jeongin quizás le había dado uno o dos de mas—.

— Puedes agregarle lo que quieras —invitó el pelimorado pasándole la fruta cortadita y la miel. El menor le agradeció y puso a su gusto los toppings.

Con confianza, Jeongin le contó a Jinyoung la situación en su casa y lo que había ocurrido, también se disculpó por llegar de imprevisto.

— No tienes que disculparte, hijo —le tranquilizó—. Ya lo sabes, esta puede ser tu casa, y si necesitas de un lugar te quedarás el tiempo necesario.

Miró a Minho y éste asentía como cachorro a las palabras de su padre.

— Muchas gracias —el omega más pequeño sonrió—. No sé cómo agrade-

Antes de que pudiera terminar, se escucharon unos leves golpes en la puerta. Alzando una ceja, el alfa se disculpó y se levanto a atender.

Y a lo lejos Jeongin lo oyó. Eran sus padres.

── so let's love !Donde viven las historias. Descúbrelo ahora