Dos

42 4 1
                                    

Cuando llegué a casa no me esperó nada lindo, solo mamá con una cara de enojo y decepción al mismo tiempo.

-¿Donde estuviste Park Jimin?-

-En...el instituto, es-estaba estudiando y...-

-No mientas, dime la verdad-

-Yo...-

Su simple mirada me hacía temblar, no solo por ella, se que no va a golpearme, dejará que su esposo haga el trabajo sucio.

-Tu padre vendrá en cinco minutos por que saldrá temprano del trabajo y él se encargará de darte el castigo que mereces-

-¿Q-que? Espera, solo tardé siete minutos, ¡siete!-

-Díselo a él-

-Él no tiene el derecho de castigarme, ni siquiera soy su hijo-

Fue lo último que dije para luego correr a mi cuarto. Ese hombre estará furioso luego que mamá le cuente absolutamente todo.
Traté de calmarme, la agitación no se iba y el enojo estaba cambiando por miedo.

Esperé...ni siquiera pude hacer mi tarea a gusto, mis manos estaban heladas. Ya no quiero que ese hombre me ponga una mano encima, pero mamá no hace nada y si provoco que él se vaya, mamá me echará la culpa y volverá a estar deprimida.
¿Por que debo preocuparme por otros?

Escuche que alguien abrió la puerta de abajo, las voces de los dos se escuchaban muy lejos.

-¡Jimin!-

-Dios...- cerré mis ojos y los abrí para salir de mi cuarto

Bajé hasta llegar a una distancia considerable con ese hombre.

-¿Que pasa?-

-Llegaste tarde, de nuevo-

-Fue por tarea lo ju...-
Golpeó con fuerza la pared

-¡No me digas esas estupideces! Conozco bien a tu generación, estúpidos adolescentes que se creen lo mejor por fumar o consumir drogas, dime Jimin ¿a caso sales a drogarte con tus amiguitos adictos?-

-No, yo...-

-¡No me respondas!-

Golpeo mi mejilla son su palma abierta

-¡Te dijimos estrictamente que nada de llegadas tarde a casa!-

-¡Ustedes nunca me dejan hacer lo que quiero!-

-Es por tu bien, Jimin, ¿a caso quieres crecer siendo un mediocre?-

-Necesito distraerme mamá, no todo en la vida se trata de estudiar y mantener la cara en un libro para ser alguien en la vida-

-Se necesita de muchos años de preparación para lograr algo mejor que un puesto mediocre- exclamo su padrastro con enojo

-Si conseguir algo mejor que todos me hará como tú, entonces prefiero ser un mediocre-

Otro golpe... Para este punto siento toda la cara arder del enojo e impotencia estoy harto de esto, de mi vida.

-¡Lárgate a tu cuarto!-

-¡No eres mi maldito padre!-

-¡Pero yo soy tu madre y a mi me debes obedecer!-

-¡Siempre te pones de su lado! ¿¡No olvidas quien es tu verdadera familia!?-

-Mierda, ¿Ves Hana? Por esto es que quería que lo mandaras a la escuela militar, sería un estorbo menos y habría más paz en esta casa-

-Jimin vete a tu cuarto ahora...- pidió su madre

-¿Dejarás que me trate de ese modo?-

-No seas maricon y vete a tu cuarto- Dijo su padrastro

Jimin miró a su madre, ella solo lo veía con esa frialdad de siempre. Ni siquiera lo consoló, no detuvo a su esposo, no hizo nada.

-No puedo creer que prefieras a este hombre antes que a mi-

-No estoy prefiriendo a nadie-

-Lo haces, siempre estas de lado de tu esposo, permites que me golpee cuando ni siquiera tiene el derecho-

Mi madre se veía de muchas maneras, menos feliz.

-¡Estoy de su lado por que tiene razón, eres un desobediente y fracasado!-

Si él lo hubiera dicho, creo que me hubiera dado igual, pero mamá...

-¿Entonces también piensas así de mi? Vaya...creí que al menos tu tenías un buen concepto de mi, ya veo que en esta casa sobro-

-Te tardaste en darte cuenta, ahora largate- dijo su padrastro, Jimin miró por última vez a su madre para luego irse.

Entro a su cuarto y cerró la puerta con fuerza. Lloró sin importarle hacer ruido, sabía que su padrastro odiaba con su alma que Jimin llorara o mostrara debilidad, pero esto a él le importaba poco.

Estaba cansado, ya no podía soportarlo.

-¡Cierra la puta boca o yo mismo iré a callarte!- le gritó desde abajo

Jimin apretó ambos puños, con enojo se acerco a su baño y entró. Buscó entre los cajones y repisas unas pastillas.

Lo pensó, incluso desde hace un mes. creía que las cosas mejorarían con el tiempo pero estaba harto de engañarse así mismo, nada iba a mejorar mientras ese hombre esté en esta casa y su madre empiece a actuar como tal.

Salio del baño con el frasco en mano, se sentó en su cama y con las manos temblorosas se echó diez pastillas. Las trago, como pudo se trago el medicamento. Tiró el frasco por la ventana y se sentó nuevamente en su cama.

Con las mejillas húmedas y sin dejar de llorar se recosto en su cama, esperando lo que tenga que pasar.

-Lo siento tanto chicos...ustedes eran mi único motivo para seguir-

tomó su celular, revisó el grupo que tenía con sus dos amigos. Sonrió débilmente viendo su foto de perfil en ese grupo. A los pocos minutos comenzó a sentir un dolor horrible en el estomago, olvidó por completo su telefono y se encogió en su lugar apretando su abdomen con sus brazos.

Sentía que vomitaria pero no iba a dejar que pasara o esto sería en vano. Sus manos temblaban, no, todo su cuerpo, su respiración era lenta y forzada. Poco a poco, entre el dolor iba perdiendo la conciencia, creyendo que al fin dejaría de sufrir y hacer sufrir a los demás.

Su vista se nubló, para luego oscurecerse por completo.

.

-Jimin, habré la puerta en este instante jovencito-

Fue lo último que escucho, muy a lo lejos e inentendible.







Del otro lado// KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora