¡Hola! Ya estoy de vuelta. Quiero agradecerles por todo el apoyo a esta mini-novela :)¡ Espero que sigan dando mas estrellitas! ¡Ya llevamos 700 y vamos por mas! De verdad esto lo hago con mucho cariño para ustedes. Enjoy!
Karen Jimenez
Jane POV
Había pasado una semana desde que mis padres sabían de nuestro compromiso y de que Maxwell hizo una cena para mí. Los días se pasaron volando. Maxwell se quedó por tres días más en mi casa. Los utilizamos para el conociera la ciudad, las escuelas donde me eduqué, los parques, la gente e incluso, fuimos a la feria.
Al principio Maxwell estaba reacio a subirse a un juego mecánico en el que consistía en dar vueltas por lo alto, dijo que preferiría cocinar para cincuenta personas que subirse a esa monstruosidad. Hombres. A veces son cobardes en las cosas mínimas. Como mi forma de ser no me permite estar quieta, trate de subir a la mayoría de los juegos. Obligue a Maxwell a montarse en unos cuantos. Comimos los típicos Hot Dogs y también fresas con crema. Ese día me divertí muchísimo, ¿Y quién no? ¿Quién no se divierte con la persona que ama, hasta con la más mínima tontería?
En cuanto a las camas, dormíamos en habitaciones separadas. Estábamos en casa de mis padres, aunque pasada la media noche Maxwell se filtraba a mi habitación, solo para dormir abrazados; y por las madrugadas regresaba a su habitación. Mi mamá lo obligaba a desayunar todos los días, aunque Maxwell siempre replicaba que con un café le bastaba. Tenía que acostumbrarse a un buen desayuno Sbelthy: huevos, pan, café, juego de naranja y pan tostado.
Para el otro día restante, lo lleve a conocer mi sitio favorito: "La Posta"; el mejor restaurante de mariscos de la zona. Me disculpe con Maxwell en cuanto al restaurante, no era a los que él estaba acostumbrado ir. Me dijo que no importaba. Maxwell pidió un coctel con todos los mariscos, bien preparado; mientras yo una sopa bien servida de mariscos guisados. Toda una delicia. Y el hecho es que le encantó la comida. Sonreí, si alguien sabia de buenos lugares, yo. Baratos y buenos quiero decir.
Por la tarde, Leo vino a mi casa - el día en el que Maxwell se iba por causas de su trabajo - me dijo que quería conocer al causante de ser un bicho raro. Al principio Maxwell estuvo un poco raro, pero conforme pasaron las horas, se permitió relajarse. Reímos, comimos, jugamos y vimos un programa famoso de un chef que enseña administrar restaurantes. Nos la pasamos increíble. Cuando llegamos al aeropuerto, Maxwell me confesó que le estaba costando irse, ya sea había acostumbrado.
-Cada minuto que no estés a mi lado te extrañaré. Por favor vuelve tan pronto como puedas -rodeó mi cintura con sus manos y me abrazó.
-Lo haré Maxwell, no te preocupes - esbocé la mejor sonrisa.
-Eres hermosa ¿Lo sabias? - Me ruborice y le abrace de vuelta. - Y por favor, no más confiancitas con tu amiguito Leo.
-¿Ya estas con eso de nuevo? Ya te dije que no te alteres. Aunque la frase sea típica, solo somos amigos - me recordó un poco al protagonista del libro Neandertal (1).
-Cariño es que simplemente no me gusta que Leo sea tan confianzudo, y ahora no estaré aquí para marcar mi territorio.
Rodeé lo ojos.
-Ten un buen viaje, amor mío. Sabes que tú eres el único para mí.
-Aja (¬¬)*
-Bueno, después de mi papá, Dinky, mamá...
-Ya, ya para, que ya sé que estoy a lo último.
Puso una mirada de quien no quiera la cosa, y después me dio un beso. No un beso cualquiera, de los buenos. De los que te hacen tocar el cielo con las manos. Puro, casto, con amor y también pasión. Le amo tanto.
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El Jefe y la Recepcionista
Любовные романыJane logra conseguir un trabajo en la empresa Walls`ford. Pero ella nunca imagino encontrarse con un jefe con tal mal genio. Eso no será problema para ella. Sin darse cuenta, empezará a descongelar el frío corazón de su jefe mediante unas clases de...