Parte I
Karen Jimenez
"Pensé que lo nuestro estaba decidido! ¿Por qué me haces esto? Lo único que hice fue..."
Jane POV
Tras la magia de la noche anterior y la tensión de trabajar todo el día como si no hubiera ocurrido nada fuera de lo normal, debía prepararme para la fiesta benefica.Con cuidado descolgué el vestido color rojo que la propietaria de Dash había seleccionado para mí. Me metí en el alzándolo con cuidado hacia arriba. El exquisito tejido se adheria a mi mientras iba subiendo cubriéndome las caderas y senos. Después subí los tirantes por los brazos y contuve el aliento mientras me abrochaba la cremallera.
El vestido parecía una segunda piel, podía moverme con facilidad. Al verme en el espejo me estremecí. Parecía modelo salida de una revista.¿Era posible que la mujer del espejo fuera yo? Sonó el timbre y bajé a abrir. Era Maxwell, con un esmoquin negro, estaba... sin palabras. ¿Aquel hombre parado en la puerta de mi casa estaba conmigo? Debería ser un sueño.
-¡Guaauuu!- exclamé al verlo.
- Eso digo yo de ti - susurró- Jane, estas preciosa - dijo mientras me devoraba con los ojos de cabeza a pies-. Me temo que hoy vas a voltear muchas cabezas.
-Muchas gracias por el vestido. Me siento como la protagonista de una novela, o algo por el estilo.
Maxwell sonrió.
-No sabes las ganas que tengo de besarte, pero no me gustaría estropearte el maquillaje- dijo, ofreciéndome el brazo-. Vamos y terminemos con esto cuanto antes.
Me guio hasta a un asombroso Aston Martin color plata. No daba crédito, conocía que Maxwell tenia dinero, pero no que fuera tanto.
-Entiendo que estés un poco nervioso- comenté ya en el coche.
-Oh, desde luego no pienso reconocer que lo estoy.
Claro que no. Maxwell no lo demostraría con esa fachada de hombre frío y duro. Así mismo lo ha hecho igual en el trabajo y todo le ha salido bien. Respiraría aliviado cuando terminara la noche.
-Lo harás muy bien. Es increíble lo mucho que has progresado. Eres con diferencia mi mejor alumno.
-¿Cuántos alumnos has tenido?
- Uno.
Los dos nos echamos a reír.
-En serio Maxwell, date un poco crédito. Lo has hecho muy bien hasta ahora.
- Y he tenido una profesora fabulosa -dijo con una hermosa sonrisa.
- Eso también - dije con una sonrisa.
Continuamos avanzando por las calles mojadas , era mágico lo que podía hacer el dinero. Anthony Bourdain había mandado hacer un sitio para el evento, en regalo a este, por supuesto. En la entrada semicircular, los coches y limusinas se detenían frente de la entrada principal del edificio para dejar a la gente, gente reconocida y famosa.
-Cielos, hay cámaras por todas partes. Y una alfombra roja!- dije sorprendida-. No puedo creer que haya una alfombra roja, es como...los Oscars.- debía reconocer que tenia la debilidad de sorprenderme por todo, aun por las pequeñas cosas.
-No es para tanto, Jane. Hoy en día, todo el mundo pone una alfombra roja.
Dos porteros se apresuraron a abrirnos las puertas respectivas del coche y un aparcacoches se encargó del vehículo. Los flashes de las cámaras me deslumbraron momentáneamente, mientras avanzaba por una alfombra flanqueada de curiosos de ambos lados. Maxwell me tomó de la cintura.
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El Jefe y la Recepcionista
RomanceJane logra conseguir un trabajo en la empresa Walls`ford. Pero ella nunca imagino encontrarse con un jefe con tal mal genio. Eso no será problema para ella. Sin darse cuenta, empezará a descongelar el frío corazón de su jefe mediante unas clases de...