I've seen it all

4.- Privación de los cinco sentidos

Nuevo día. Abría los ojos con un poco de pesadez, pero agradecía a la diosa Athena por permitirle ver otro amanecer. Viró sus esmeraldas hacia la izquierda, topándose con su aprendiz abrazando un peluche, cortesía del santo de escorpio.

Inevitablemente recordó el pequeño convivio que dio hace unos días y esbozó una sonrisa. A pesar de los malos chistes de Milo, y que tuvo que volver a cocinar algo más sencillo gracias a ello, el lazo entre los cuatro santos de oro no sólo se fortaleció, sino se extendió también hacia el pequeño muviano. Era increíble cómo algo tan sencillo como una comida hecha en casa podía lograr grandes cosas.

Miró a su derecha y se encontró, sobre su mesita de noche, con una varita de flores de sakura sumergida en un pequeño jarro con agua fresca, obsequio de la señorita Saori Kido traído de Japón ya hace un tiempo.

"Incluso la diosa Athena, tan divina como lo es desde la era del mito, se permite ser humana"  suspiró internamente al recordar que esa varita se mantenía viva, en condiciones distintas a su lugar de origen, gracias a la pequeña porción de cosmos que ella misma impregnó "¿Por qué tú no, Shaka? "

Se levantó con sumo cuidado de no despertar a Kiki. Cambió su pijama por su ya acostumbrada ropa, y se dirigió a la cocina. Sacó algunos ingredientes de la alacena y comenzó a cocinar. Si había algo que amaba, además de su diosa, su deber como caballero de Aries, y al pequeño muviano que crío en su exilio en Jamir, era cocinar: la textura de las verduras antes y después de cortarlas, el sonido de la tetera bullendo, el aroma de las especias, el dulzor de las frutas, así como el abanico de matices sobre la mesa, deleitaban sus sentidos de tal forma que no se imaginaba su existencia si perdiera alguno.

"¡Eso es!" 

Varios minutos más tarde, ascendía hacia el templo de virgo, con los trozos de su corazón en la mano. Sabía de antemano que no sería bien recibido, pero no dejaría de intentarlo. En cuanto llegó, dejó sobre el mármol una bandeja con el platillo preparado hace rato, cubierto con una tapa, así como la varita de sakura y una notita. Y, tan silencioso como llegó, se fue...

"Shaka, amigo mío, sé que probablemente te has privado a ti mismo de los sentidos en tu búsqueda de alcanzar el Nirvana (1), es respetable... Sin embargo, debo recordarte que no fuimos elegidos como santos de Athena únicamente por nuestro poder y la constelación bajo la que nacimos, sino también por la calidad humana que cada uno posee. Después de todo, servimos y protegemos a la diosa que más ama a la humanidad. Así que, aún temiendo ser tan atrevido, me gustaría decirte que, lo que sea que esté oscureciendo tus días y consumiendo tu sentido de la humanidad, no debes afrontarlo solo. Puedes contar conmigo, como en los viejos tiempos, en las buenas y en las malas.

Cariños, Mu de Aries"

... Sin saber que la pulcra hojita de papel había sido mancillada por una lágrima.

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Nota de autor:
1.-   Según la definición más sencilla que encontré, Nirvana es una palabra del sánscrito que hace referencia a un estado que puede alcanzarse a través de la meditación y la iluminación espiritual, y que consiste en la liberación de los deseos, el sufrimiento, la conciencia individual y el ciclo de reencarnaciones. Por ende, puede entenderse que Shaka pretende hacerlo privándose de las experiencias mundanas, no necesariamente con su propio ataque.