𝑪𝒊𝒏𝒅𝒆𝒓𝒆𝒍𝒍𝒂 𝑺𝒕𝒐𝒓𝒚 | 𝑳𝒊𝒙𝒋𝒊𝒏

𝐃𝐨𝐬

Hyunjin corrió como si no hubiese mañana hasta el carro de Lee Minho, quien lo estuvo esperando desde hace 20 minutos fuera de la mansión de Im Nayeon. Abrió la puerta de los asientos traseros, para tirar su mochila y prosiguió a sentarse en el asiento del copiloto.

Le dió una mirada de disculpa a su amigo, mientras se abrochaba el cinturón de seguridad. Era lunes, es decir, que volvían nuevamente al colegio, a la misma rutina que de hace unos meses atrás. Pero con la diferencia de que esta vez, era su último año. Hyunjin suspiró profundamente ante la idea de que pronto se iba a graduar. No había emoción alguna, la única persona que deseaba que estuviera aquel día viéndolo tomar el pequeño papel envuelto, no estaba.

—¿Estás bien? —preguntó su mejor amigo, dándole un vistazo rápido.

Hyunjin lo miró y asintió regalándole una pequeña sonrisa.

—¿Por qué siento que no te creo? —cuestionó.

—Estoy bien, Honnie. No te preocupes por mí —le respondió, mientras fijaba su mirada en la ventana.

—¿Estás emocionado porque es nuestro último primer día? —sacó un tema, luego de un largo e incómodo silencio.

—Para nada.

—Discúlpate, niñato, ¿no me extrañarás luego de que nos vayamos? —preguntó ofendido, llevándose una mano a su pecho, como todo un drama king.

—¿No sería al revés? ¿quién te va a soportar?.

Minho rió y lo empujó suavemente —Cierto, tú te convertirás en uno de los idols más famosos del mundo... es obvio que no me extrañarás.

Fingió soltar un sollozo.

—Claro que te extrañaré, pero ese futuro todavía no está decidido —habló desganado.

—¿Pero qué cosas dices, Hyunjin? es obvio que te van a aceptar en esa academia de canto. Eres realmente bueno.

—Si me aceptan en la academia de canto, entonces diré que soy bueno.

Minho rodó los ojos y estacionó su auto. Hyunjin bajó de este y abrió la puerta trasera en busca de su mochila; una vez en sus manos, cerró la puerta y dió media vuelta para encontrarse con su peor enemigo.

Yang Jeongin o mejor conocido como In. El rubio que había hecho de un infierno todos los años escolares, Hyunjin todavía no creía el hecho de que hubiese soportado tanto y se aplaudía internamente por eso. Aguantar a Jeongin, a Nayeon y a los hermanos, era un gran, pero gran logro. Solo deberás aguantarlo por unos meses, se fuerte.

—Seungmin, no seas estúpido, por favor. Los que necesitan un gran baño son otros —lo escuchó decir.

Y unos segundos después, Hyunjin sintió su ropa empapada de agua. Las risas por parte de los hermanos no se hicieron esperar.