𝐚𝐥𝐥 𝐢 𝐰𝐚𝐧𝐭... [ᵃˡˡ ᵒᶠ ᵘˢ ᵃʳᵉ ᵈᵉᵃᵈ ˣ ᴼᶜ]

𝟸.𝟹

Ambos Yang se quedaron viendo a los ojos entre sí, dudando de si en verdad estaban viendo al otro único miembro en su familia o su cerebro les estaba jugando una broma pesada.

– Yoona… - Jungwon fue el primero en reaccionar, acercándose unos cuántos pasos hasta la mayor, bajo la atenta mirada de todos los presentes.

– Jungwon-ah… - murmuró la mayor, sintiendo como algunas lágrimas rebeldes querían escaparse de sus ojos, caminó a paso rápido hasta el menor, técnicamente casi corrió, ambos envolviendose en un fuerte abrazo que les hizo caer en cuenta que los dos estaban con vida, juntos en ese mismo instante - Estás vivo… - susurró ella riendo, aún algo incrédula de tener a su menor entre sus brazos, mientras soltaba pequeñas lágrimas.

Yoona, a pesar de que era la mayor de ambos, era superada en altura por el menor, los 15 centímetros de diferencia que había entre ambos era demasiado notable. Los pies de la chica se despegaron del suelo cuando Jungwon la alzó entre sus brazos, apretándola contra su propio cuerpo y dando unas cuantas vueltas debido a la emoción del reencuentro.

– Creí que no volvería a verte… - murmuró ella, cuando sus pies habían vuelto a tocar el suelo - ¿Dónde está Jay?

Los ojos del menor se aguaron haciendo que él volviera a abrazar a su hermana, escondiendo su cabeza en el cuello de ella, la chica acarició la espalda de él, brindándole consuelo.

Los compañeros de la mayor de los Yang apartaron su vista del dúo, dándoles su espacio y tiempo para que hablarán, mientras que el resto comenzaba a idear un plan de lo que iban a hacer para ser rescatados.

– Fue mi culpa… - susurró Jungwon, entre lágrimas, con la voz ahogada y algo rota - Él puso mi vida por encima de la suya…

– No es tu culpa, no lo es, Won… no pienses eso - la fémina pasó una mano por el cabello del menor, dándole una leve caricia - Estaremos bien, ¿sí? Estaremos bien.

Ambos hermanos Yang se habían sumergido en su pequeña burbuja cálida y llena de amor, haciendo que los demás estudiantes que se encontraban junto a ellos en esa azotea sientan un poco de recelo ante el encuentro entre ambos, todos querían volver con sus familias, pero no podían.

Lee Su-hyeok creía que no podía estar más enamorado de Yoona, pero al estar ahí presente y ver la manera en la que los ojos de la chica brillaban al ver a su hermano menor con vida, entendió que la cantidad de amor que él creía que podía sentir por ella era algo superficial, que nunca llegaría a comprender del todo cómo es que verdaderamente funcionaba su organismo para que una simple mirada de ella ocasionará que él cayera a sus pies en un dos por tres, Su-hyeok nunca iba a entender el amor, pero lo que sí había entendido, es que no necesitaba una explicación lógica de un científico para finalmente comprender que lo que sentía por Yang Yoona era amor, un amor verdadero.

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– ¡Busquen cosas grandes y coloridas! - gritó On-jo.