Capitulo 6

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Fue duro ese día.

El jefe al parecer quiso que Jimin "pagara" su falta por lo del día anterior. Aquello de no quedarse todo el día como fue mandado pero, otorgó el nombre al jodido peluche ese y su idea fue robada por esas estúpidas mujeres. Era injusto, si, pero el jefe no le dejó explicar como había sucedido todo.

Era un caos.

Ya no habían trabajadores en ese piso, la empresa solo era resguardada por los hombres de vigilancia a esta hora, casi eran las diez de la noche y Jimin tenia todo es su respectivo lugar, esperando despejar un poco su mente, relajar su cuerpo un tanto y emprender su retorno a casa como lo deseaba desde que llegaba a la jodida empresa. Si bien no era muy amante del ecosistema ni tenia orgullo del ambiente de trabajo. Bueno, era el trato que giraba a él específicamente.

Se sacó sus lentes y limpió los cristales con la esquina de su camisa rosada. Si siempre era un desastre, ahora era el doble con su camisa suelta y arrugada, su cabello más desordenado de lo normal, los labios resecos, aspecto de zombie.

No es que sirva como defensa por descuidar su aspecto y lucir como un desgraciado sin amor propio pero desde que decidió ser padre, dejar su juventud de lado y el disfrute de la misma etapa... Jimin era un desastre andante por el mundo. Aunque las nuevas personas con que se topara le tacharan de "aburrido" las personas que le conocían desde que era estudiante de instituto pueden dar voto que Jimin era aquel chico que proponía las salidas, organizaba las fiestas, estaba la mayor parte del tiempo haciendo reír a sus allegados con cualquier ocurrencia. Si esas personas le vieran ahora... seguramente pellizcarían sus brazos creyendo estar soñando.

Estaba consumido pero tampoco era que se quejaba, lucharía por sacar adelante a Mark.

El jefe Jeon seguia en su oficina, cosa que le parecía sumamente raro debido a que el susodicho salía de la empresa antes de las ocho. Quien si debería estar en casa a esta hora era él y no allí, desparramado en su silla.

Agarró sus cosas con la mayor pereza del mundo. Solo pensaba que a esta hora lo mas probable era que no haya buseta. Le tocaba coger un taxi, como si la economia estuviera muy buena para darse esos "lujos", contando con que caminar no era siquiera una opción inteligente. Con lo peligroso que estaban las cosas de noche... ni loco se va caminando.

Estaba acostumbrandose a bajar por las escaleras pero ahora no estaban las molestas mujeres, esas compañeras suyas, y dudaba que los demás trabajadores siguieran dentro de la empresa.

Se dirigió hasta el ascensor con pasos lentos y pesados, imaginando llegar a casa y ver a Mark, tomar una larga ducha, meterse en su comoda cama y dormir hasta mañana. Lo bueno era que no había ningún trabajo que terminar en casa. Iba a descansar sin problema ni preocupaciones. Presionó el botón del ascensor esperando que este subiera hasta su piso actual. Cuando llegó y abrió sus puertas Jimin notó que no venia vacío, pues dentro había un hombre alto, casi del mismo porte del jefe Jungkook. No se veía como un empresario ni accionista, pero el tipo era atractivo y elegante, su ropa casual pero cara a la vista lo demostraba. Jimin quiso reirse porque el hombre llevaba unas gafas ¿quién llevaba gafas de sol en la noche? Mejor era tranquilizarse y no soltar la risa, presentía que aquellas gafas costaban mas que la casa de sus padres.

Era un hombre riquillo, no había duda alguna.

--Buenas noches--...--Dijo el hombre asistiendo agradable hacia Jimin.--

-- Buenas noches --...-- Respondió Jimin pasando al ascensor y el hombre de cabello chocolate claro salió. El tipo por lo menos era educado.--

Ahora que Jimin entra en razón... ¿qué hacia ese hombre allí a esas horas?

Se giró y presionó el botón para llegar a planta baja.

Antes de que las puertas del ascensor se cerraran Jimin observó a cierto par de hombres entrar en la oficina del hombre mas importante de la empresa Jeon. Al hombre de cabello chocolate y a su apuesto jefe.

Todo estaba muy raro, mas que todo porque recordaba lo que Soffia le dijo aquel día.

-- "Pero estos rumores se hicieron más que simples rumores cuando hace un año llegó un chico que a mí calcular no tenía más de veinte años. La cuestión es que se encerraron en la oficinas del jefe toda la tarde hasta caer la noche. Luego los guardias dicen que vieron salir a aquel chico con marcas en su cuello y una apariencia física digna de haber terminado con una alocada faena".--

El hombre que estaba ahora en la oficina de su jefe no parecía de veinte años, al contrario, se veía muy maduro, con un porte de hombre... no de jovencito.

Dejó sus pensamientos a un lado cuando el ascensor abrió sus puertas de nuevo pero dejándolo en la planta baja. No era de su incumbencia, lo feo era estar dándole vueltas al asunto y la tortuosa imagen del jefe teniendo algún tipo de relación con el tipo de las gafas.

Arriba...

--¿Quién iba en el ascensor?--...-- Estaba seguro que a esta hora no había nadie ... por lo menos en ese piso.--

--Un chico. Su apariencia era algo... rara.--...-- Se sacó las gafas y las dejó en el escritorio amplio de Jungkook.--

--Seguramente era mi secretario. --...-- Se frotó el rostro con sus amplias manos. No podía ser nadie mas que Park Jimin. --

--Oh... Es raro a decir verdad.--...--Sonrie ladino. --

--Feo querrás decir. --...-- Se dirigió a su silla para sentarse elegantemente.--

--Deja de ser cruel, Kook.--...-- Se sienta en su regazo.--...--El tipo es peculiar, por lo menos es educado, no como las otras secretarias.--

--Solo están celosas.--...--Le resta importancia.--

Cada vez que llega un hombre a su oficina (sin ser empresario o accionista) las mujeres suelen ser algo... maleducadas. Con los rumores que hubieron por varios meses, no las culpaba a decir verdad. Mujeres locas. Jungkook no tenia intención de ligarse a ninguna. Ellas mismas crean una fantasía absurda.

--Igualmente no me importa, yo puedo hacer lo que se me de la gana. Al fin de cuentas les pago para trabajar no para que les agrade lo que hago o no.--

--Eso está bien. --...-- Propina un casto beso en su nariz sacándole una sonrisa al empresario.--...--Bueno, no vine aquí para hablar de tus empleados.--

--Tienes razón, Hoseok.--...-- Sus manos fueron a parar a la nuca del pelichocolate para acercarlo y besarlo. Claramente no estaban para hablar.--

Acciones eran requeridas esa noche.

The Secretary - [KookMin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora