La Sombra de la Pasión.

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Parte II : Paso uno, mamar
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Helaena releyó con atención el libro, pero al ver la siguiente página comprendió lo que había hecho mal. Con sólo tocarlo no era suficiente, debía acariciarlo e incluso el libro daba unas fotos más específicas donde la mujer lo tocaba con las manos y otras partes del cuerpo. Entre estas las manos, los pechos e incluso la boca.

No pudo evitar pensar en el sexo flajido de Aemond. Era grande pero cuando lo vio parecía que no tenía vida, cuando lo toco fue cuando sintió una electricidad por todo su cuerpo. Y eso lo había transmitido su pene. Le había gustado a ella, pero sabía que a él también le había gustado aquel contacto.

Aquel día fue al patio de entrenamiento, esperando ver a su hermano pero no logro ir a tiempo, así que la próxima vez que lo vio fue durante la cena. Allí no pudo hablar con él, delante de su familia pero el príncipe parecía ignorarla cuando ella intentaba hacer contacto visual con él.

Cuando llegó la hora de dormir, se dirigió a su habitación como de costumbre y no pudo hablar con él. Pero al instante de cerrar la puerta, se volvió a abrir dejando ver a Aemond entrar. Él cerró la puerta tras el poniendo un seguro en ella.

“¿Aemond? ¿Qué hac-?”

Aemond la calló con su propia boca, dándole un tierno beso.

“N-no he podido dejar de pensar en ti. Y tuve todo el día la imagen de ti desnuda en mi cabeza. Entrenando, comiendo, volando con Vaghar. Todo era lo mismo. Tú.”

Le confesó sorprendiendola. Le había pasado lo mismo que a ella.

“Yo igual. No he parado de pensar sobre nuestro beso y sobre tu... verga.”

“¿Qué hacemos entonces?”

Helaena lo agarró por la mano, dirigiéndolo a su cama y sentándolo ahí.

“Dejarnos llevar.”

Helaena se volvió a desnudar, siguiendo el plan de antes. Esta vez se sentó encima de él cuando estuvo completamente desnuda.

Al contrario de la primera vez, Aemond le respondió. Cuando se subió encima de él, el príncipe le tocó los pechos suavemente, esperando una reacción de ella.

La princesa echo la cabeza hacia atrás, presentándose ante él y gimiendo cuando sintió los apretones de sus manos y consiguiente la boca y la lengua del chico.

“Aemond.”

Le agarró por las mejillas dirigiendo su boca hacia la de él, empezando un beso más pasional. Aemond la abrazó haciendo que sus cuerpos se juntaran. Y Helaena siguió con el siguiente punto del libro. Bajó la mano hacia abajo, hacia el sexo del príncipe notándolo ahora medio ergido, casi duro.

Miró hacia abajo mordiéndose el labio inferior, Aemond la observaba mientras se dirigió hacia abajo y le bajó el ropaje dejando salir su pene.

“Helaena.”

Ambos se miraban a los ojos cuando la princesa introdujo su verga en la boca.

Helaena lo sintió entonces endurecerse del todo, ahora tocaba un falo duro y erecto, sintiendo como su vientre más bajo reaccionaba mojándose solo con sentirlo en su boca.

Movió la cabeza por instinto, sacándolo y volviéndolo a meter despacio.

Aemond colocó una mano sobre su cabeza indicándole la velocidad que seguir, y hasta donde introducirlo porque él se metía más al fondo, hasta su garganta.

“Heleana. Helaena. Me voy a ...”

Siguió mamando hasta que sintió un tirón del príncipe haciendo que se metiera su verga más hasta el fondo, haciéndola atrangantarse con aquel liguido que expulsó en su boca.

“Dios, perdón. ¿Estás bien Helaena?” —se preocupó al verla toser.—

Aemond se colocó a su lado tocándole el hombro.

“Si, si. No sabía que ibas a hacer eso.”

“La próxima vez te avisaré.”

La próxima vez. Habría una próxima vez y ella estaba deseosa de que pasara de nuevo.

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Historia de mi autoría, basada en personajes de Fuego y Sangre de George RR Martin. ¡No se permite su copia y/o adaptación!

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