Parte V : la sombra es el amor
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Helaena corrió al encuentro de su hermano. Lo encontró dormido tapado hasta los hombros. Y ella abrió las sábanas desde abajo, metiéndose y acariciarlo desde abajo de ellas.
Le bajó el pantalón viendo su verga dormida igual que él, la tocó con las manos de arriba a abajo metiéndola dentro de su boca cuando comenzó a ponerse erecto.
"Hmm."
Lo escucho desde arriba, animándola a succionar más rápido, moviendo la cabeza más exageradamente, ayudándose con las manos acariciando los testículos sensibles ya del príncipe.
"Helaena."
Escuchó su voz bronca por despertarse recién y se excitó más aún.
Sintió como quitaba las sábanas de encima, dejándolo ver sonrojado y agitado.
Aemond la agarró por los hombros haciéndola subir hasta donde él estaba y darle un beso con lengua.
"¿Qué haces aquí?"
"Queria darte los buenos días."
"¿Estás bien? ¿Él te ha hecho daño?"
Ella negó con la cabeza aún sonriendo.
"Helaena, no es gracioso. Es tu marido."
"No fue mi culpa. Él solo se durmió, más bien se desmayó borracho."
"¿Qué ha pasado entonces?"
Le enseñó la mano que se había herido ella sola y él la tomó preocupado.
"Creen que habéis consumado."
"Si, y no me ha tocado."
"Dejame hacerlo a mi entonces."
"¿Qué? ¿Cuándo has cambiado de opinión?"
"Toda esta noche, pensando e imaginando y soñando como él te tocaba. Mientras yo aquí tumbado, solo y deseando ser él."
"Pero debes... penetrarme."
"¿Quién se dará cuenta? Él y yo somos hermanos, ¿quién se dará cuenta que no son sus hijos?"
Aemond la convenció con tan pocas palabras.
La tumbó en la cama colocándose entre sus piernas comenzando a besarla de nuevo."Te daré hijos y me da igual que todos crean que son suyos. Los querré y los cuidaré como míos que son y aparentaremos delante de todos."
Helaena le agarró el rostro acercándolo de nuevo a su boca, siguiendo su beso ahora con sus lenguas jugando juntas.
Aemond comenzó a desnudarse mientras ella también se deshacía de sus ropajes, para cuando estuvieron desnudos, sus sexos se rozaron haciéndolos gemir.
"Helaena."
El príncipe comenzó a penetrarla y ella se movió incómoda debajo.
"¡Espera!"
Le agarró los hombros acostumbrándose por un momento a su tamaño.
"¿Te hago daño? ¿Me quito?"
"Sigue, sigue."
Él la penetró del todo quedándose quieto al verla tensarse de nuevo.
"Helaena."
Escuchó su voz rogante.
"Sigue."
Le contesto abrazándose a sus hombros a lo que él colocó su frente en el hombro de la chica.
Comenzó las embestidas, rápidas e impacientes. A lo que ambos gimieron a la vez sintiendo el placer de estar unidos por fin.
"Aemond."
Gimió en su oído haciendo que aumentara las embestidas. Cuanto más rápido iba, más cerca lo sentía, el clímax llegó haciéndola abrazarse fuertemente a él.
"Helaena."
Sus movimientos se convirtieron más eraticos, lentos y fuertes. Haciendo que su semilla la impregnara por completo.
"Te amo."
Escuchó su voz ronca. Ya había escuchado aquellas palabras de él, pero las creyó ser una excusa para su madre. Para que los permitiera casarse. Para ahora estaban solos y él estaba encima de ella, y ya la había follado.
"Yo también."
Le respondió honestamente, dándole un pequeño beso en los labios.
Aemond se quitó de encima de ella, colocándole las sábanas encima para que no cogiera frío.
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Historia de mi autoría, basada en personajes de Fuego y Sangre de George RR Martin. ¡No se permite su copia y/o adaptación!
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La Sombra de la Pasión
Hayran KurguHelaena escucha por accidente una conversación entre sus dos hermanos justo después de ser anunciado su compromiso con Aegon y decide que es hora de darle una lección. Una que ella aprendería a través de un libro prohibido llamado La Sombra de la Pa...